martes, 4 de febrero de 2014

La represión tiene un claro carácter político y clasista



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El grado de represión contra el movimiento obrero y popular cada vez es más elevado. Un ejemplo es la condena a una joven de 21 años, Alba, por sus publicaciones en Twitter. El Estado mide con doble rasero según el proyecto político al que se defiende; mientras persiguen a Alba, queda impune una delegada de la AVT que ensalzó la figura de Blas Piñar en la misma red social.
Igualmente quedan impunes asesinos y torturadores de militantes comunistas y antifascistas. La etiqueta de "terrorista" no se coloca por los crímenes cometidos.
Durante la mañana de ayer era juzgada Alba, una joven de 21 años acusada de publicar en su cuenta de Twitter diversos mensajes incitando al asesinato de importantes cargos de la política y la economía burguesa, así como reivindicando la actividad de los GRAPO. La Audiencia Nacional la ha condenado a un año de prisión y siete meses de inhabilitación absoluta de cargos públicos.

Esta condena es una muestra más de cómo el grado de represión incrementa a medida que crece el rechazo general a las medidas de la burguesía para salir de la crisis capitalista. Incluso las publicaciones en una red social son vigiladas muy de cerca por la policía, que busca "cabezas de turco" para extender el miedo al conjunto de la juventud. El objetivo es persuadir a los jóvenes de que se organice en su barrio, centro de estudios o de trabajo para enfrentar el despotismo de las instituciones.
Por el contrario, la patronal y los políticos de la burguesía quedan impunes ante los atropellos que cometen contra la clase obrera y el Pueblo. Frecuentemente son absueltos en los tímidos juicios a los que son llamados o su pena queda reducida al pago de cantidades económicas fácilmente asumibles para los altos ingresos que obtienen de la explotación y esquilmación al Pueblo.
De nuevo observamos cómo la justicia tiene un carácter clasista. El Estado no es un ente al margen de las clases, sino al servicio de ellas. Bajo el capitalismo toda la maquinaria del Estado se encuentra en manos de la oligarquía capitalista, que utiliza las leyes, la policía, los tribunales y las cárceles para ahogar las reclamaciones de las capas subordinadas.
Si quienes defienden las acciones de los GRAPO son perseguidos y la propia justicia considera a esta organización como "banda terrorista", ¿por qué no son perseguidos aquellos que lamentaron la muerte del líder fascista Blas Piñar hace unos días? ¿Por qué los partidos nazi-fascistas no son declarados "bandas terroristas"?
Por hacer memoria, el partido de Blas Piñar, Fuerza Nueva, fue responsable de varios asesinatos durante los años 70 y 80. En 1977 militantes del partido asesinaron a cinco abogados laboralistas de Comisiones Obreras y pertenecientes al Partido Comunista de España (PCE), conocidos como "Los abogados de Atocha", cuyo 37 aniversario se celebró el pasado 24 de enero. Un día antes había sido asesinado un estudiante, Arturo Ruiz, en una manifestación pro-amnistía.
Dos años después, en 1982, Fuerza Nueva se disolvió como partido, pero sus militantes continuaron impunes y, bajo uno u otro nombre, continuaron cometiendo agresiones contra militantes del movimiento obrero y popular.
¿Por qué no ha sido investigada por la Audiencia Nacional la delegada de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) en Cádiz y Huelva, Lupe Sánchez Polo, tras ensalzar la figura de Blas Piñar en Twitter? Esta "señora" publicó tres mensajes en la red social que luego borró: "Se fue uno de los mejores oradores y persona descanse en paz", "D.E.P. una gran perdida" y "arriba ESPAÑA, grande y una D.E.P. don Blas".
¿Blas Piñar una "gran pérdida" y una "gran persona" que merezca descansar en paz? Los que hoy continuamos la lucha de aquellos que fueron asesinados por el partido de Blas Piñar no podemos compartir su mismo criterio. Los intereses de clase de aquellos que dirigen y confraternizan con los poderes del Estado son antagónicos a los nuestros. Los suyos pasan por la defensa de la propiedad privada de bancos, empresas, servicios y tierras. Los nuestros pasan por la socialización de esas propiedades para su gestión colectiva.
Por tanto, podemos afirmar con convicción que la detención de Alba es una detención por motivos políticos, igual que las condenas que padecen los presos políticos que se encuentran encerrados en las prisiones del Estado.
Si estuvieran encarcelados por sus crímenes, también se pudrirían entre barrotes torturadores franquistas como Antonio González Pacheco, alias "Billy El Niño", golpistas como Antonio Tejero y sus acólitos, los miembros del GAL responsables del asesinato de 26 militantes de la Izquierda Abertzale durante 1983 y 1987, así como fascistas de diversa índole y policías torturadores de la historia reciente. La etiqueta de "terrorista" se coloca según el proyecto político al que defiendes, no según los crímenes que has cometido.
En el caso concreto de Alba, se le ha llamado a la Audiencia Nacional porque a través de ella pretenden aplicar un "castigo" ejemplarizante que ponga en alerta al resto de las personas que protesten, incluso a través de las redes sociales. Especialmente se pretende atemorizar a los jóvenes, un sector que está sufriendo de manera especial las consecuencias de la crisis.
Recordemos que el actual Código Penal (en vías de ser modificado) contempla penas de hasta 14 años de prisión simplemente por pertenecer a ''organizaciones terroristas''. Y aún incrementa más las penas para quienes cometan otros delitos contemplados en el código y, además, pertenezcan a ellas (cuya determinación como tal depende –precisamente– a estos órganos judiciales).
A través de estos desproporcionados castigos el Estado burgués intenta parar a la juventud, advirtiéndoles que su vida se verá condicionada para siempre si siguen ese camino.
Pero no nos pararán. El incremento de la represión urge una respuesta. Y esta respuesta pasa en primer lugar por la organización de toda la juventud en las asociaciones estudiantiles, en las estructuras obreras y en la Juventud Comunista. Solo de esta manera la represión puede ser respondida mediante una movilización de masas que presione al Estado para exigir la liberación y la eliminación de todos los cargos. De otra forma no es posible hacer frente al aparato estatal, con grave perjuicio para el proyecto y para la persona.
La estrategia y la táctica del Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) y los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC) difiere de la empleada por otras organizaciones como el GRAPO. No obstante, persecuciones como la que ha sufrido Alba por sus publicaciones en una red social son motivo de alerta para todo el movimiento obrero y popular, que hoy en día se enfrenta a un Estado cada vez más reaccionario.

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