lunes, 31 de marzo de 2014

Miles de ucranianos se echan a las calles pidiendo que Rusia los salve




Mientras en París se iniciaron los diálogos entre los cancilleres de EE.UU. y Rusia en busca de una solución a la crisis ucraniana, aumentaban las concentraciones en el este de Ucrania a favor del federalismo.

En Járkov, la ciudad más importante del este; en Donetsk, capital de la cuenca hullera ucraniana; y en Odessa, principal puerto del mar Negro, hubo mítines en los que los participantes pidieron la celebración de referendos de autonomía.
“Rusia, sálvanos”, “Járkov exige un referéndum de autonomía” o “El ruso es nuestra lengua” eran algunas de las frases que se escuchaban y leían en las pancartas en Járkov, durante un acto en el que ondeaban banderas tricolores rusas.
Tras el mitin, los manifestantes se desplazaron a la delegación rusa en la ciudad para entregar una declaración en la que los organizadores piden a Moscú ayuda para convocar un referéndum y convertir el sureste de Ucrania en una autonomía.
“Proponemos aunar las fuerzas del sureste, crear un consejo coordinador y un frente único contra los golpistas (de Kiev). Nuestro lugar en el Estado lo vemos dentro de la histórica autonomía suroriental”, reza el documento, según medios locales y rusos.
En Donetsk, ciudad natal del derrocado presidente ucraniano Víktor Yanukóvich, el mitin se celebró en la plaza Lenin, donde se congregaron miles de personas con banderas rusas y soviéticas. Luego varios centenares de manifestantes se dirigieron a la estación ferroviaria e intentaron asaltar el edificio, aunque se lo impidieron los efectivos antidisturbios, pero sí lograron retrasar la salida de algunos trenes.
En Odessa los protestantes no superaron los 3.000, según fuentes policiales, y tras celebrar un breve mitin marcharon por varias horas entre gritos a favor de Rusia y la Unión Aduanera y en contra de Occidente. Esta ciudad también acogió a partidarios del Maidán (corazón de las protestas contra Yanukóvich), que fueron atacados por activistas prorrusos, aunque no se registraron heridos. También hubo marchas a favor del federalismo organizadas por grupos prorrusos en las capitales regionales de Dniepropetrovsk y Lugansk.
En tanto, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, iniciaron ayer en París una reunión con la que buscan acercar posturas sobre la salida a la crisis ucraniana.
El encuentro, a puerta cerrada, se realiza en la embajada rusa en la capital francesa. Una hora después se unieron sus respectivos consejeros.
En la agenda del encuentro está la hoja de ruta que el sábado pasado Rusia propuso a Occidente para convertir a Ucrania, a través de una reforma constitucional, en una Federación que reconcilie los intereses del este rusoparlante y del oeste europeísta.
Esa Constitución debe ser aprobada por un referéndum y aboga porque cada región disponga de amplias competencias en el ámbito económico, financiero, cultural, lingüístico, educativo y de relaciones económicas y culturales exteriores con los países vecinos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ucraniano rechazó el plan, en un comunicado, al considerar que significaría la desintegración del Estado y aconsejó a Moscú que aplique ese plan en el territorio de la Federación rusa. “Con los cañones de sus fusiles el agresor exige solo una cosa: la completa capitulación de Ucrania, su división y la desaparición del Estado ucraniano”, dice el escrito.

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