martes, 12 de agosto de 2014

.694 muertos en 26 días: ¿Por qué no se imponen sanciones a Israel?

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció el tercer paquete de sanciones económicas en contra de Rusia por su apoyo a los antifascistas del este de Ucrania. Por supuesto, nada dijo sobre Israel, cuya nueva agresión salvaje contra Gaza se ha saldado ya con 1694 asesinados en 26 días.De hecho, el exterminio llevado a cabo por Israel contra los palestinos desde hace décadas tiene gran
parecido, salvo por su extensión en el tiempo, con el que está intentando perpetrar el gobierno fascista de Kiev en Nueva Rusia y, por algo será, Estados Unidos apoya, en ambos casos, sin dejar dudar a la duda, a los agresores.

En realidad, la que así se denomina "comunidad internacional", se ha apresurado, por orden de Washington, a condenar el supuesto, y bastante escaso, apoyo de Rusia a los rebeldes del Donbass, de etnia rusa en su mayoria, , mientras permanece inmobil ante las matanzas de Gaza.

Solo Bolivia y algún otro país latinoamericano han tomado medidas relativamente importantes contra Israel, declarandolo estado terrorista y empezando a exigir visado a sus ciudadanos para entrar al país, mientras el resto hace que mira para otro lado.

Da igual que los objetivos sean escuelas llenas de niños, mercados a tope de pensionistas, o incluso instituciones de la ONU (justo un día después de que esta declarara que Israel podría estar cometiendo crímenes de guerra).

La cosa está más que clara: cuando un estado "amigo", "aliado", "cliente", comete masacres contra la población civil, se trata del derecho a la defensa; cuando un pueblo se alza o es apoyado por el "enemigo", aunque no cometan matanza alguna, son peligrosos terroristas y hay que aplicar con urgencia sanciones y lanzar a los cuatro vientos condenas firmes y contundentes.

Que en el caso de Israel la causa sea la invención de un estado en 1948 para satisfacer las ambiciones de la élite sionista, la mayoria multimillonarios y muchos de ellos colaboradores de Hitler, y que para ello se tuviera que echar de su propia tierra a todo un pueblo, el palestino, con la justificación del holocausto judio por la Alemania nazi y sus socios fascistas (la mayoria de los asesinados en los campos de concentración eran judios pobres), nadie parece querer recordarlo. Que en el caso de Ucrania el origen sea un golpe de estado fascista en Kiev y el ataque del gobierno surgido de él a los derechos de las minorias étnicas de todo el país, especialmente la rusa, tampoco parece importante.

Terroristas
Mientras los palestinos están mal armados, aislados y encerrados en un campo de concentración con apariencia téorica de estado, los israelís utilizan todos los medios tecnológicos creados para el asesinato en masa inventados hasta hoy, incluyendo los prohibidos por la legislación internacional (bombas de uranio enriquecido o de fósforo blanco, ataques a hospitales o campos de refugiados, etc...); mientras los antifascistas del este de Ucrania se defienden como pueden, el gobierno de Kiev sigue su política de exterminio para crear la Ucrania pura soñada por el terrorista nazi Stepan Bandera, incluyendo el derribo de aviones comerciales llenos de ciudadanos de paises europeos para intentar criminalizar a los que luchan contra el regreso de la pesadilla fascista, que millones de trabajadores de las antiguas repúblicas socialistas todavía recuerdan con terrible intensidad.

Sin embargo, los agredidos son los malos, los peligrosos, los indeseables. Eso sí: mientras hasta ahora 1.694 palestinos han muerto en Gaza, y mas de 8.000 han resultado heridos en los veintiseis días de operación militar del ejército sionista, apenas 50 ciudadanos israelís han caído; mientras los bombardeos sobre las ciudades de Nueva Rusia crean inumerables víctimas desarmadas, y aunque los rebeldes ucranianos están mejor pertrechados que los palestinos, ni un civil ha sido víctima de la defensa de las milicias.

Ninguna noticia de la intención, salvo las pocas excepciones citadas, de sancionar, expulsar o aislar a Israel, y el mundo sigue asistiendo, como si con él no fuera la cosa, a los crímenes, aberraciones y salvajadas convertidas en norma de actuación, en política de estado del estado terrorista de Israel, tal como ya nos tiene acostumbrados desde 1948, cuando comenzó el holocausto contra el pueblo palestino en su propia tierra.

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