jueves, 18 de diciembre de 2014

Que un sol de medianoche no te impida ver el horizonte

Como dije ayer en Facebook sobre la nueva relación Cuba-EE.UUU., tras la euforia por esta derrota del imperialismo hay que mantener la cabeza fría. No podemos esperar nada bueno del mayor país terrorista del mundo. Toca estar vigilantes, muy vigilantes. Afortunadamente Cuba en esas cuestiones es una experta.

Consideramos que, actualmente, el mundo va en otra dirección que en los tiempos del traidor Gorbachov. Rusia y China no son comunistas pero se han aliado contra EE.UU. , porque éste país los considera (como siempre por otra parte) sus enemigos. En ese sentido están en nuestro bando como otros muchos pueblos que lo único que pretenden es un desarrollo independiente sin tutelas externas.

EE. UU. no se ha vuelto "buena" con Cuba de la noche a la mañana no caigamos en ese error que sería fatídico. Es necesario recordar que la dictadura capitalista norteamericana (el presidente como en toda dictadura capitalista es un gestor de la oligarquía) es hoy exactamente igual que ayer, es la comete genocidios, la que asesina niños con drones en Pakistán y Afganistán, la que implementa una guerra de bandidos terroristas contra Siria la que ha declarado la guerra a Moscú para intentar quebrar a sangre y fuego el factor de equilibrio geostratégico que supone Rusia.

Resulta harto sospechoso que mientras Washington presiona brutalmente a Venezuela, de buenas a primeras se muestre benevolente con Cuba pese a que llevaran un año negociando el acuerdo de ayer. Justo es reconocer que EE.UU. se siente débil, que su oligarquía percibe un aislamiento regional de tintes catastróficos para ella en América Latina a consecuencia del surgimiento de regímenes democráticos progresistas, y también lo percibe así a nivel internacional, como se demuestra en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Cuba recibe con agrado la nueva situación que le supondrá un gran alivio económico y es también un premio a su resistencia antiimperialista de medio siglo, pero también sabe que sus aliados estratégicos son Rusia y China de facto y Venezuela de hecho, todos ellos sujetos de agresiones por parte de EE.UU. Es por eso que Raúl Castro enfatizó ayer dos puntos importantes: su divergencia total sobre derechos humanos (en EE.UU los únicos derechos son para los millonarios) y que Cuba está dispuesta a negociar de todo excepto Soberanía y Revolución.

Y ahora lo que compete a quienes moramos en el imperialismo explotador del Tercer Mundo donde Cuba está incluida: nuestra obligación, y lo digo por enésima vez, como habitantes del centro imperialista es subvertirlo, debilitarlo hasta acabar con él, por el bien de nosotros y por el de los países de la periferia, en este caso Cuba, que se ven obligados a hacer concesiones indeseables, que no nos gustan pero entendemos porque la gente tiene que comer. 

La Revolución cubana tiene sus limitaciones por varias razones, pero hay que defenderla a muerte y no tolerar que nadie la ofenda, pues si con tan poco ha logrado tanto ¿qué no habría logrado con mucho?. La revolución cubana es un pedacito de la revolución socialista definitiva que, como dijo Marx, se dará en las sociedades avanzadas industriales o no se dará. Muerto el perro imperialista será imposible el contagio de la rabia, tanto en Cuba como en todo el planeta.

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