Nuevo "éxito" del capitalismo neoliberal
En Almería hay gente
que hace cola para poder ducharse... en plena calle. Les cortaron el
agua y la luz. En Cuba habrá colas, pero de no de esas.
El final de la década de
los 70' marcó un antes y después en la forma en la que la ciudad de
Almería está estructurada, tanto en lo urbanístico como en lo social.
Las lluvias torrenciales fueron excusa para iniciar un proceso de
segregación residencial que llevó a cientos de vecinos de La Chanca o el
Casco Histórico a barrios como el de Los Almendros (también al El
Puche), la mayoría de estos de etnia gitana. En principio, su estancia
en estas zonas iba a ser temporal, se les construyeron casas sin
demasiados artificios, con lo básico, y se les dijo que su cambio de
residencia no se alargaría. Cincuenta años después, las viviendas, de
desacertada construcción, se han degradado, y sus gentes siguen
esperando que alguien se preocupe verdaderamente por ellos. Y lo cierto
es que este es un barrio ignorado por los que mandan.
Es mediodía, y en este
barrio, encaramado a la ladera de entrada a la capital con vistas al
cementerio, Juana acaba de salir a su puerta, en la calle Bueno Amigo.
No ha fregado los platos, tampoco el suelo, esta mañana, incluso ni se
ha aseado. No ha podido, en su casa no hay agua. Así que aprovecha el
único lugar cercano a su vivienda en el que puede encontrar un hilo, se
trata de una boca de riego para la que hay que hacer cola, hasta allí
van todos los vecinos. Las mujeres se acercan a por agua para lavar sus
platos, pero también la ropa, han improvisado un lavadero en la misma
calle hasta donde llevan el agua con garrafas que llenan en la boca. La
manguera es utilizada por los mayores, que hacen uso de ella para
transportar agua a sus casas, y también por los jóvenes. Estos, más
valientes, se atreven incluso a meterse debajo de la goma. "Me he traído
hasta el jabón", dice Cotó, un muchacho del barrio. "Estoy
prácticamente inútil y no me puedo ni echar, en mi propia casa, un
puñado de agua por la cara. No lo veo razonable, no sé por qué nos han
dejado así". No es la única persona en tales circunstancias, unas 300
familias, prácticamente todo el barrio de Los Almendros, se encuentran
en la actualidad sin agua, y otras tantas, todos los de la calle Bueno
Amigo, sin luz. Critican al Ayuntamiento por haberle cortado ambos
servicios "sin haber dado explicación ninguna". "Tenemos a urgencias
llenas de niños. Hay criaturas que por no tener agua se están poniendo
enfermos y ya van muchos días así", explica María.
Los Almendros es un
barrio con dificultades económicas, tiene una tasa de paro superior al
70% y eso hace que muchas familias, por no decir la mayoría, no puedan
hacer frente al pago de los servicios, incluso esos que son necesarios
para subsistir como el agua y claves para las actividades fundamentales,
como la luz.
Ramón Santiago es uno de
los vecinos perjudicados por el corte de los dos servicios. Afirma que
en una reunión a tres bandas entre Junta y Ayuntamiento se acordó que
pagaran la luz. "Algo que ya hemos hecho varias vecinos", explica. Tras
formalizar el contrato, a tenor de lo que explica, ahora esperan a que
no tarden demasiado en devolvérsela. Ramón quiere mostrar su hogar.
Pretende que todo el mundo vea que tira de la cisterna y no sucede nada y
cambia de habitación para ir a la cocina, allí tiene unos platos a al
espera de un hilo de agua, pero abre el grifo y todo igual, ni gota.
"Queremos que el Ayuntamiento nos dé una explicación de por qué nos ha
cortado el agua, solo eso, hemos pedido cita hace tiempo, pero aún no
sabemos nada". Los enganches han sido durante mucho tiempo la forma de
conexión a la electricidad en el barrio.
Durante estos meses, los
más pequeños del barrio están acudiendo a la escuela de verano que se
realiza en el colegio, allí realizan actividades pero también reciben
comida diaria debido al decreto de medidas extraordinarias y urgentes
para la lucha contra la exclusión social. El edificio tampoco tiene
agua, pero una cuba llega cada día para cargar sus depósitos. Algo es
algo.
Pero las dificultades
del barrio abarcan más de dos asuntos. La principal es la higiene. Aquí,
se unen aspectos que miran en muchas direcciones. Los vecinos dicen que
los servicios de limpieza pasan un par de veces a la semana, pero otros
vecinos explican que hay que ser más cívicos en ese aspecto. El caso es
que, unos por otros, las mujeres explican que en las últimas fechas ven
correr a las cucarachas por las calles y piden una fumigación urgente
para que se dejen de producir ciertas imágenes, como las de pequeños con
las piernas, los brazos o el cuello llenos de picaduras y heridas
producidas, seguramente, por algún insecto, y estos, ahora en verano,
hacen más de las suyas.
Más de un 60% de los
vecinos son ocupados eventuales, es una media muy superior a la de
Almería capital (33,62%) y ligeramente superior a la de la comunidad
autónoma (40,82%). Un 24,82% de las viviendas del barrio no tienen
ascensor y la superficie media por habitante de estas es inferior a las
medidas del municipio y la comunidad autónoma, según los datos
proporcionados por el Ministerio de Fomento. Este informe apunta a que
el espacio público se encuentra sumamente degradado, llena de basura y
de vehículos privados apartados. Explica, además, que es un barrio
tradicionalmente de clase trabajadora pero de nivel socioeconómico bajo.
elalmeria.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario