domingo, 19 de julio de 2015

El trabajo en la legalidad sirve a la clandestinidad


estela
 ¡Cuántas veces no habremos repetido esta consigna!

Artículo PCE(r) – El trabajo en la legalidad sirve a la clandestinidad




¡Cuántas veces no habremos repetido esta consigna! Y hoy tenemos que volver a ponerla a la orden del día porque es el único remedio que conocemos para vencer la atracción de la legalidad. Conviene no perder de vista esto de la atracción, porque aunque el régimen tenga que tragar por el momento con que podamos hacer un trabajo un poco más abierto, no por eso renuncia a poder integrarnos en su legalidad, a ver si de esa manera -decía el Informe ya citado-mordemos el anzuelo, nos contentamos y nos dejamos domesticar en su legalidad, tal como consiguieron hacer con los carrillistas y otros lacayos y rufianes más izquierdosos, pero tan cobardes y tan rastreros como ellos. No podemos, por tanto, descuidarnos ni acomodarnos a esa legalidad, esforzándonos por vencer continuamente la ilusoria atracción que ejercen los caminos más fáciles.
Es verdad que el trabajo semilegal nos reporta algunas ventajas, eso no vamos a negarlo, sobre todo en el terreno de la propaganda; el que la gente tenga ciertas facilidades a la hora de acercarse a nosotros y conocer nuestra política está acelerando su toma de conciencia a la vez que se establecen nuevos lazos entre el Partido y las masas. También es cierto que desde la semilegalidad se pueden resolver ciertos problemas prácticos que desde la más estricta clandestinidad se hacen muy complicados; no en vano se dice que los camaradas que están en la legalidad son como los ojos, oídos y manos de los militantes que, desde la clandestinidad, están dedicados a las labores partidistas. Pero lo que nunca se puede pensar es que en la legalidad se puede hacer de todo. Eso es lo que desea el régimen que pensemos, al tiempo que, para ablandarnos, descarga todo su arsenal sobre los camaradas que están en la clandestinidad.Eso sí, eso no, es lo que parecen decirnos continuamente.
Debemos tenerlo siempre claro: el trabajo en la legalidad siempre será limitado, provisional y condicional. Limitado porque el régimen nunca va a permitir que la clase obrera se organice de forma independiente y acumule fuerzas para destruir, precisamente, su legalidad explotadora y opresora. Provisional porque siempre está en su mano decidir qué hacer contigo y en cualquier momento pueden arrasar con todo tu trabajo y mandarte al talego, y sirva la persecución de los jóvenes del MLNV como aviso de navegantes.
Condicional porque el régimen nunca va a desistir de hacerte saber que está ahí, que no te pases, que mira que vamos a por ti con todo el peso de nuestra legalidad; unas veces te dará un toque, otras te detendrá o lo hará con el que tienes al lado, al mismo tiempo que, como complemento, te van a ofrecer la zanahoria de la acomodación, de ¿ves como se puede dentro de unos límites? ¿ves como puedes hacer trabajo de masas si te olvidas de revoluciones, violencias y otros radicalismos inútiles?
Como decíamos al principio, ambas formas de trabajar, la semilegal y la clandestina, son complementarias, pero la principal sigue siendo la clandestina, tal como queda recogido en los Estatutos del Partido: En las condiciones actuales, en que las formas legales de lucha han dejado de ser determinantes para el desarrollo del movimiento revolucionario, sigue siendo válido el principio leninista de aprovechar la legalidad y la semilegalidad para favorecer el fortalecimiento del aparato clandestino del Partido e impulsar hacia adelante todo el movimiento de resistencia popular.

Boletín Resistencia #53, Febrero 2001

No hay comentarios:

Publicar un comentario