lunes, 2 de noviembre de 2015

Tener iniciativa internacionalista

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Hace relativamente poco tiempo en el estado español iba en ascenso la protesta y la movilización social contra el régimen y contra infinidad de injusticias. Incluso la agenda de la prensa burguesa se veía ciertamente trastocada debido a la polarización que creaba ese ascenso de la lucha de clases. Debates y formas de actuar que hacía tiempo estaban desaparecidas del panorama español volvían a cobrar cierta fuerza en plazas y barrios al grito de “no nos representan”.

Todo ese movimiento en cierta medida espontáneo y ese contexto social en el estado español se fue para no volver, pese a que la situación de agresión a la clase trabajadora no haya variado un ápice desde entonces y el contexto objetivo actual sea calcado solo que los medios españoles tienen ahora más tiempo libre para intentar pintar la realidad del color que mejor les convenga.
Son muchas personas las que afirman que fue la apuesta institucionalista y reformista de Podemos la que en primera instancia acabó centrifugando las fuerzas hacia la “esperanza electoral” para posteriormente variar los debates abiertos y las filosofías utilizadas para finalmente terminar con esa energía social. El reformismo institucional suele acarrear un proceso de desarme del campo popular y después un asentamiento del status-quo si llega a gestionar el sistema, a veces no llega a ello porque una vez desarmado el campo popular (algo que el sistema no puede hacer con simple represión) hay opciones para que la reacción se re-organice. En el estado español uno de los nombres propios de esa re-organización se llama Ciudadanos . Y lo que hace relativamente poco tiempo era un proceso en ascenso de la lucha de clases contra el sistema, hoy es un proceso en ascenso de neo-falangismo. Estos bandazos reaccionarios también suelen ser comunes en situaciones de crisis donde la izquierda no actúa como se debería esperar que actuase.
Pese a que este diagnóstico de la situación posiblemente sea bastante acertado, no explica el porqué de este desarrollo que realmente no ha sido “culpa de Podemos” sino más bien Podemos ha sido una consecuencia de un fracaso anterior. La incapacidad de las fuerzas no reformistas en el estado español para tejer una alianza popular que mantenga viva la movilización y las filosofías empleadas y les dote de alcance estratégico colocando el cerebro en la lucha de calle y en alternativas al sistema y un pie si es necesario en las instituciones del sistema pero a modo de caballo de troya.
Decía recientemente Arnaldo Otegi que el estado pretende jugar al ajedrez con guantes de boxeo y que eso es sencillamente imposible. No lo es tanto cuando el tablero donde se juega la partida es el del estado lo cual hace que se puedan permitir el boxeo ya que la fichas siempre permanecerán en unas casillas determinadas. Redadas contra independentistas gallegos, redadas contra anarquistas catalanes, la creación de un frente burgués españolista para coaccionar de cualquier manera el proceso soberanista catalán y el estado permanente de excepción en Euskal Herria unido todo ello al repliegue de la luchas de clases en el estado español y a la crisis del independentismo vasco crean un cuadro que invita con una mano a la represión selectiva, y con otra al impulso del reformismo camino de callejones sin salida mientras la “alternativa” reaccionaria en el estado se abre paso, el reforzamiento del partido jeltzale se asienta como la gran esperanza españolista  para que nada cambie en Euskal Herria y las amenazas hacia Catalunya cuando se hagan materiales pronto mostrarán la otra cara de la moneda de la propuesta asimilacionista.
Ante esta situación, las perspectivas de quebrar al régimen y de procesos rupturistas no son muy halagüeñas pues faltan una serie de condimentos tanto a nivel nacional como internacionalista que de momento no se han producido.
Uno de ellos y de cierta importancia, es la unidad de acción internacionalista de las fuerzas independentistas, anticapitalistas y rupturistas tanto catalanas como vascas y gallegas y de los sectores anticapitalistas del estado favorables a la liberación nacional y al fin del régimen del 78.
Uno de los intentos a nivel institucional, aún con sus errores y aciertos, fue Iniciativa Internacionalista. Un proyecto sepultado por la escasa visión histórica de lo que estaba por venir en cuanto a la crisis capitalista y la aceleración de contradicciones que de haber tenido un seguimiento serio posiblemente nos hubiera creado una serie de condiciones que hoy por hoy no las tenemos y que de tenerlas vendrán por ese camino.
No es de recibo que las fuerzas independentistas, anticapitalistas y rupturistas tanto catalanas como vascas y gallegas (Castellanas, andaluzas).. y los sectores anticapitalistas del estado favorables a la liberación nacional y al fin del régimen del 78 no tengan a día de hoy una agenda internacionalista común, una estructura estable y algún tipo de referencia mientras que todas las fuerzas del estado se unen contra la independencia y la clase trabajadora de las naciones y el estado.
Una referencia que llegadas las elecciones españolas podría incluso presentar encima de la mesa una alternativa unitaria para golpear juntos sea votando o no votando y sirva también para apoyar y reforzar procesos de lucha y  ruptura sea en Catalunya, en Euskal Herria o en cualquier otra parte.
La culpa no ha sido de “Podemos” sino nuestra. Claro que nunca es tarde si la dicha es buena y no bueno el oportunismo electoral de la “Euskal Herria en Europa” que nos aleja de nuestros verdaderos amigos y amigas como los y las que se manifestaron el otro día en Madrid contra el juicio a Askapena. 
Autor: Borroka garaia da!

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