El grado de represión contra el
movimiento obrero y popular cada vez es más elevado. Un ejemplo es la
condena a una joven de 21 años, Alba, por sus publicaciones en Twitter.
El Estado mide con doble rasero según el proyecto político al que se
defiende; mientras persiguen a Alba, queda impune una delegada de la AVT
que ensalzó la figura de Blas Piñar en la misma red social.
Igualmente
quedan impunes asesinos y torturadores de militantes comunistas y
antifascistas. La etiqueta de "terrorista" no se coloca por los crímenes
cometidos.
Durante la mañana de ayer era juzgada
Alba, una joven de 21 años acusada de publicar en su cuenta de Twitter
diversos mensajes incitando al asesinato de importantes cargos de la
política y la economía burguesa, así como reivindicando la actividad de
los GRAPO. La Audiencia Nacional la ha condenado a un año de prisión y
siete meses de inhabilitación absoluta de cargos públicos.
Esta condena es una muestra más de cómo
el grado de represión incrementa a medida que crece el rechazo general a
las medidas de la burguesía para salir de la crisis capitalista.
Incluso las publicaciones en una red social son vigiladas muy de cerca
por la policía, que busca "cabezas de turco" para extender el miedo al
conjunto de la juventud. El objetivo es persuadir a los jóvenes de que
se organice en su barrio, centro de estudios o de trabajo para enfrentar
el despotismo de las instituciones.
Por el contrario, la patronal y los
políticos de la burguesía quedan impunes ante los atropellos que cometen
contra la clase obrera y el Pueblo. Frecuentemente son absueltos en los
tímidos juicios a los que son llamados o su pena queda reducida al pago
de cantidades económicas fácilmente asumibles para los altos ingresos
que obtienen de la explotación y esquilmación al Pueblo.
De nuevo observamos cómo la justicia
tiene un carácter clasista. El Estado no es un ente al margen de las
clases, sino al servicio de ellas. Bajo el capitalismo toda la
maquinaria del Estado se encuentra en manos de la oligarquía
capitalista, que utiliza las leyes, la policía, los tribunales y las
cárceles para ahogar las reclamaciones de las capas subordinadas.
Si quienes defienden las acciones de los
GRAPO son perseguidos y la propia justicia considera a esta
organización como "banda terrorista", ¿por qué no son perseguidos
aquellos que lamentaron la muerte del líder fascista Blas Piñar hace
unos días? ¿Por qué los partidos nazi-fascistas no son declarados
"bandas terroristas"?
Por hacer memoria, el partido de Blas
Piñar, Fuerza Nueva, fue responsable de varios asesinatos durante los
años 70 y 80. En 1977 militantes del partido asesinaron a cinco abogados laboralistas de Comisiones Obreras y pertenecientes al Partido Comunista de España (PCE), conocidos como "Los abogados de Atocha", cuyo 37 aniversario se celebró el pasado 24 de enero. Un día antes había sido asesinado un estudiante, Arturo Ruiz, en una manifestación pro-amnistía.
El 16 de octubre de ese mismo año, en Alicante, también fue asesinado
por militantes de Fuerza Nueva, Miquel Grau, militante del Moviment
Comunista del País Valencià, organización federada al Movimiento
Comunista de España (MCE). En septiembre de 1978 asesinaron a José Luis Alcazo en el Parque del Retiro de Madrid por llevar "melenas y barbas". El último asesinato vinculado a militantes de Fuerza Nueva sucedió en marzo de 1980, cuando mataron mediante una brutal paliza a Jorge Caballero Sánchez, un joven anarquista de 21 años.
Dos años después, en 1982, Fuerza Nueva
se disolvió como partido, pero sus militantes continuaron impunes y,
bajo uno u otro nombre, continuaron cometiendo agresiones contra
militantes del movimiento obrero y popular.
¿Por qué no ha sido investigada por la
Audiencia Nacional la delegada de la Asociación de Víctimas del
Terrorismo (AVT) en Cádiz y Huelva, Lupe Sánchez Polo, tras ensalzar la
figura de Blas Piñar en Twitter? Esta "señora" publicó tres mensajes en la red social que luego borró:
"Se fue uno de los mejores oradores y persona descanse en paz", "D.E.P.
una gran perdida" y "arriba ESPAÑA, grande y una D.E.P. don Blas".
¿Blas Piñar una "gran pérdida" y una
"gran persona" que merezca descansar en paz? Los que hoy continuamos la
lucha de aquellos que fueron asesinados por el partido de Blas Piñar no
podemos compartir su mismo criterio. Los intereses de clase de aquellos
que dirigen y confraternizan con los poderes del Estado son antagónicos a
los nuestros. Los suyos pasan por la defensa de la propiedad privada de
bancos, empresas, servicios y tierras. Los nuestros pasan por la
socialización de esas propiedades para su gestión colectiva.
Por tanto, podemos afirmar con
convicción que la detención de Alba es una detención por motivos
políticos, igual que las condenas que padecen los presos políticos que
se encuentran encerrados en las prisiones del Estado.
Si estuvieran encarcelados por sus crímenes, también se pudrirían entre barrotes torturadores franquistas como Antonio González Pacheco, alias "Billy El Niño", golpistas como Antonio Tejero y sus acólitos, los miembros del GAL responsables del asesinato de 26 militantes de la Izquierda Abertzale durante 1983 y 1987,
así como fascistas de diversa índole y policías torturadores de la
historia reciente. La etiqueta de "terrorista" se coloca según el
proyecto político al que defiendes, no según los crímenes que has
cometido.
En el caso concreto de Alba, se le ha
llamado a la Audiencia Nacional porque a través de ella pretenden
aplicar un "castigo" ejemplarizante que ponga en alerta al resto de las
personas que protesten, incluso a través de las redes sociales.
Especialmente se pretende atemorizar a los jóvenes, un sector que está
sufriendo de manera especial las consecuencias de la crisis.
Recordemos que el actual Código Penal
(en vías de ser modificado) contempla penas de hasta 14 años de prisión
simplemente por pertenecer a ''organizaciones terroristas''. Y aún
incrementa más las penas para quienes cometan otros delitos contemplados
en el código y, además, pertenezcan a ellas (cuya determinación como
tal depende –precisamente– a estos órganos judiciales).
A través de estos desproporcionados
castigos el Estado burgués intenta parar a la juventud, advirtiéndoles
que su vida se verá condicionada para siempre si siguen ese camino.
Pero no nos pararán. El incremento de la
represión urge una respuesta. Y esta respuesta pasa en primer lugar por
la organización de toda la juventud en las asociaciones estudiantiles,
en las estructuras obreras y en la Juventud Comunista. Solo de esta
manera la represión puede ser respondida mediante una movilización de
masas que presione al Estado para exigir la liberación y la eliminación
de todos los cargos. De otra forma no es posible hacer frente al aparato
estatal, con grave perjuicio para el proyecto y para la persona.
La estrategia y la táctica del Partido
Comunista de los Pueblos de España (PCPE) y los Colectivos de Jóvenes
Comunistas (CJC) difiere de la empleada por otras organizaciones como el
GRAPO. No obstante, persecuciones como la que ha sufrido Alba por sus
publicaciones en una red social son motivo de alerta para todo el
movimiento obrero y popular, que hoy en día se enfrenta a un Estado cada
vez más reaccionario.
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