domingo, 13 de diciembre de 2015

Ya sabemos para qué se reunió el pacto antiyihadista

Aparte de para tomar café, a un pacto sí que llegaron.

No utilizar en la campaña electoral lo sucedido para robarse votos los unos a los otros. Eso es lo que les duele y no el ataque de la insurgencia talibán contra la embajada de un país al que consideran-, con toda la razón del mundo, seamos lógicos- como ocupante.

Por cierto, deducimos por las escasas noticias que nos llegan, que el comportamiento de la seguridad de la embajada no pasará a la historia, aunque, repetimos, nos basamos en los que nos llega de allí; por tanto es una opinión subjetiva.

El policía que estaba de servicio en la planta baja quedó herido gravemente al estallar el coche-bomba, aunque otras versiones dicen que murió cuando fue a buscar al subinspector que estaba en su habitación ubicada en la misma planta y que podría haber fallecido por la explosión o fue rematado, pues presentaba heridas en el cuello.

Del resto de la seguridad, uno intentó rescatar a alguna de las víctimas no se sabe bien cuál pero empezaron a dispararle y se quitó de en medio. Al parecer todos, junto al personal administrativo, se refugiaron en dos búnkeres herméticos que hay dentro de la sede a la espera de que los americanos los sacaran de allí mientras los talibanes se hicieron dueños y señores del local ocupando tranquilamente la azotea de la delegación.

Cuando hay que luchar por un ideal se combate hasta el fin, pero aquí no hay ideales que valgan. Tan solo Poderoso Caballero.

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