Con motivo (o como excusa) de las
diez mil visitas a nuestro blog, hemos decidido publicar un breve especial
sobre el arma popular por excelencia, el cóctel molotov.
Este, sin duda conocido por su
presencia en luchas a pie de calle y en guerrillas más organizadas, es sin
embargo un arma que no todo el mundo sabe de donde procede, y que, en nuestro
caso, tiene un nexo especial por el que su procedencia se hace aún más
relevante.
Todo tiene origen en la Guerra Civil española, en la que
ambos bandos utilizaron este cóctel incendiario, el golpista (para hacer frente
a vehículos soviéticos involucrados en el conflicto) y el republicano
(pioneros, con gran efectividad contra la artillería del bando nacional, y como
arma antitanque).
Pero la procedencia del nombre de
esta bomba incendiaria, directamente relacionada con Viacheslav Skrjabin, alias Molotov (el que fuera canciller
soviético con Iósif Stalin) tiene dos versiones, a cada cual más curiosa,
aunque posiblemente relacionadas una con la otra:
- La más reafirmada, que cuenta
como durante los inicios de la Segunda
Guerra Mundial (durante la Guerra de Invierno), Molotov comunicó por radio a
la población finlandesa que el ejército soviético no estaba bombardeando su
territorio, sino enviando alimentos. Se dice que los fineses, irónicamente,
llamarían a las bombas soviéticas ‘canastas de alimentos Molotov’, aunque el
nombre en realidad procedería de las filas del ejército finlandés, que, en un
alarde de creatividad, declaró a través de sus comunicaciones que ‘Si Molotov
pone la comida, nosotros pondremos la bebida (los cócteles)’.
En apenas meses,
se fabricaron en una destilería estatal finlandesa hasta 450.000 cócteles Molotov,
aunque este dato parece estar en confirmado menor medida.
- Además, otra versión, que puede
ser complementaria, cuenta como esta bomba incendiaria recibió el nombre de
Molotov porque este, durante los mismos inicios de la guerra, impulsó entre los
partisanos soviéticos la fabricación en masa de estos ‘cócteles’ para hacer
frente a la invasión de las tropas nazis en la resistencia.
Pero, vamos allá, expliquemos de
qué se compone, y cómo se fabrica (no nos responsabilizamos del uso que se haga
de esta información):
- Un recipiente de cristal, preferiblemente
de un tamaño fácilmente manejable.
- Mezcla inflamable:
necesitaremos gasolina o un similar (a los precios que está la gasolina
cualquiera hace un cóctel) y un complemento para esta, preferiblemente aceite
de motor, aunque aceptamos ideas innovadoras (gel de etanol, por ejemplo, que
desconocemos si produce el mismo efecto). También se considera la incorporación
de un tercer compuesto para aumentar la efectividad de la adherencia del
material mezclado, pero este es el prototipo de cóctel más recurrido.
- Un trapo; un tapón,
preferiblemente de corcho, que se introduzca de forma correcta en la cabeza del
recipiente; y un mechero, o preferiblemente dos, que siempre se pierden.
Para
fabricar este juguete
incendiario, tan solo será necesario mezclar una cantidad de 1/2 de la
botella
de gasolina con 1/4 de ella de aceite de motor. El recipiente deberá
estar más o
menos lleno pero no a rebosar, puesto que esto sería peligroso para su
posterior manipulación, que recuerda, deberá ser con guantes o al menos
una mínima protección en las manos. Una vez hecha la mezcla, colocamos
la mitad del trapo
en el interior del recipiente dejando la otra mitad en el exterior.
Cerramos
este con el tapón (ya dijimos, preferiblemente de corcho), y mojamos en
gasolina el extremo de la parte del trapo que se encuentra fuera del
recipiente
(también podemos mojar el trapo previamente, e introducirlo, preferible
si no
se dispone de más gasolina).
Una vez hecho este sencillo proceso, prender
con el mechero el extremo del trapo, y soltar.
No nos responsabilizamos del uso de esta información. Si te decides a
usar uno de estos, por favor, no desperdicies gasolina, apunta bien ;)
Y que sea lo que Molotov quiera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario