Ciudadanos, defensores de los
DDHH y partidos políticos denuncian la permanencia del estado de
emergencia en Francia por considerarlo contrario a las libertades
púbicas, individuales y colectivas.
La noche del 13 de noviembre
último el presidente de la República francesa, François Hollande,
decretaba el estado de emergencia tras los atentados de París (capital).
Lo que la ley preveía de manera excepcional por tan solo 12 días sigue
vigente hoy, más de dos meses después.
Diputados, senadores, académicos,
sindicalistas, responsables asociativos y jueces denuncian el estado de
emergencia que no responde más que a intereses políticos de un Gobierno
de izquierda que ha operado un giro hacia las tesis de la derecha y
extrema derecha. El Ejecutivo francés ha perdido la confianza de los
ciudadanos que denuncian la instauración de un estado policial.
Las luchas y reivindicaciones sociales de
los franceses están hoy cortapisadas por decisiones que limitan el
derecho a la manifestación, por detenciones preventivas, arrestos
domiciliarios y la arbitrariedad de decisiones gubernamentales y
policiales sin control judicial.
La respuesta del Gobierno a la denuncia
ciudadana contra el estado de emergencia, que está en vigor hasta el 26
de febrero, ha sido una nueva bofetada a la democracia, pues François
Hollande ha anunciado que va a ampliar el estado de emergencia hasta
finales de mayo como mínimo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario