Viene esto a cuento, hablando de anglicismos, del “trending-topic” -o “tontin-topic”-, o sea, lo que es la noticia del día, la “rabiosa actualidad”, que decía el viejo periodismo, de la diputada por “Podemos”. Blas, bas, b.. ..................................................................................................................................
¿Podrá concentrarse la diputada podemita en su “trabajo” parlamentario o cualquier comisión que se forme con el niño en brazos, es decir, será eficaz en su “trabajo” que, al fin y a la postre, oiga, es por el bien de los españoles todos y todas?
Como no pienso contestar a ninguna cuestión de las aquí planteadas -para eso están los tertulistos-, me detengo en la última pregunta formulada, la relativa al “trabajo” de la señora diputada. Y me detengo, fíjense, tenga o no tenga la podemita el niño en brazos, o no, repito, y me pregunto algo en lo que casi nadie ha reparado, pero para eso estamos aquí los “rompepelotas profesionales”, a saber: ¿verdaderamente alguien se puede creer que asistir al Parlamento español, al Congreso, a las Cortes, al templo de la soberanía española, es -o supone- un “trabajo”? No nos agarraremos a lo fácil, no es nuestro estilo, y diremos que la mayor parte de las veces los escaños están desoladoramente vacíos, y así es, pero, aún suponiendo que estos parásitos ocuparan sus mullidas sillas siempre que les toca, y no sólo cuando les llaman a imaginaria y toque de corneta para votar cualquier ley, la pregunta que hice sigue siendo, a mi juicio, válida: ¿eso es un “trabajo”? ¿Ir allí es “trabajar”? ¿Son las Cortes una “fábrica”? ¿O una casa de lenocinio?
http://movimientopoliticoderesistencia.blogspot.com.es/2016/01/postureo.html
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