jueves, 25 de septiembre de 2014

Ruiz-Gallardón, perfil de un “fraguista puro” que se creía progresista

Alberto Ruiz-Gallardón, esta tarde, anunciando en el Ministerio de Justicia que abandona la política. / Fernando Villar (Efe)

PERFIL INAUDITO DE UN MINISTRO DIMISIONARIO

   
Alberto Ruiz-Gallardón, esta tarde, anunciando en el Ministerio de Justicia que abandona la política. / Fernando Villar (Efe)
Hijo del que fuera miembro de la directiva de Alianza Popular José María Ruiz-Gallardón, Alberto Ruiz-Gallardón Jiménez nació el 11 de diciembre de 1958 en Madrid. Está casado con María del Mar Utrera Gómez, hija del que fuera ministro secretario general del Movimiento José Utrera Molina, con la que tiene cuatro hijos (Alberto, José, Rodrigo e Ignacio). Es nieto del periodista Chispero, Víctor Ruiz Albéniz, y sobrino bisnieto de Isaac Albéniz, así como primo tercero de Cécilia Attias (ex mujer del ex presidente francés Nicolas Sarkozy). También es primo de la socialista Trinidad Jiménez, que fue ministra de Asuntos Exteriores con Rodríguez Zapatero. Se reconoce como católico practicante y, aunque no tenga nada que ver con lo anterior, durante un tiempo practicó el paracaidismo. También el político. El paracaidismo.
Cursó los estudios de Bachillerato en Madrid, en el colegio jesuita de Nuestra Señora del Recuerdo, y luego se matriculó en Derecho en el Colegio Mayor San Pablo (CEU), donde se licenció con 21 años. Abogado en ejercicio, Ruiz-Gallardón se presentó a oposiciones de ingreso a la carrera fiscal a los 23 años, obteniendo la plaza con el número dos de la XXVIII Promoción, y fue destinado a la Audiencia Provincial de Málaga, donde prestó servicios hasta que pidió la excedencia voluntaria para hacerse cargo de la asesoría jurídica del Partido Popular. Luego, se dedicó al ejercicio de la abogacía y fue diputado del Colegio de Abogados de Madrid.
De la mano de su mentor político, Manuel Fraga Iribarne, Gallardón ingresó muy joven en Alianza Popular (1977), donde se ocupó de los aspectos jurídicos del partido, colaborando con su padre, José María, en la presentación de los recursos de AP en el Tribunal Constitucional. Por aquellos años, su carrera en el partido de la derecha siempre fue ascendente: concejal del Ayuntamiento de Madrid (elegido en los comicios locales del 8-5-1983); miembro del Comité Ejecutivo de AP (elegido en el VII Congreso Nacional, febrero de 1986, consiguió el puesto en votación por el sistema de listas abiertas, con el número 24, sobre 30 miembros del Comité y fue autor de los Estatutos de AP que se aprobaron en ese Congreso), y presidente de la Comisión de Justicia de AP.
Concurrió luego a las elecciones generales del 22-6-1986 como candidato al Senado por la circunscripción de Palencia -paracaidista o cunero-, pero no obtuvo el escaño: su primer gran revés político, algo que le dejaría una cierta huella, como se vería después en 2008. Pero no importó ese revés, porque tras el cese de Jorge Verstrynge como secretario general de AP, Ruiz-Gallardón se hizo con ese puesto a primeros de septiembre de 1986, aunque con carácter interino hasta la celebración del correspondiente Congreso. Su nombre ya descollaba por sí propio y en diciembre de ese año la gestora de AP-Madrid le eligió candidato a la Presidencia de la Comunidad Autónoma. En el VIII Congreso Extraordinario de AP (febrero de 1987), en el que fue elegido presidente del partido Antonio Hernández-Mancha, Ruiz-Gallardón consiguió hacerse con una de las cuatro vicepresidencias.
En ese punto, es justo reconocer que en los comicios autonómicos del 10-6-1987, Gallardón fue el candidato a la presidencia del Gobierno de Madrid que más votos consiguió de todos los partidos políticos, si bien el PSOE e IU establecieron un pacto y presentaron al socialista Joaquín Leguina para ocupar la presidencia, que a Gallardón se le escapó de las manos por la entente cordial de la izquierda. Pero, en fin, tampoco le preocupó mucho porque, además de su escaño de diputado en la Asamblea de Madrid, ocupó el puesto de portavoz del Grupo Popular y, por si fuera poco, el 29-7-1988 fue elegido senador en representación de dicha Comunidad Autónoma: no había conseguido el escaño… pero consiguió sentarse en el escaño. Así son algunas cosas.
De cómo Gallardón ‘abortó‘ la presidencia de Hernández Mancha
Por esas fechas, el presidente de AP, Antonio Hernández-Mancha, le nombró portavoz del partido, pero dimitió de todos sus cargos en AP el 22-10-1988 al considerar que Hernández-Mancha no le había informado de un acuerdo alcanzado con el CDS de Adolfo Suárez para la presentación de mociones de censura en la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid. La verdad de la dimisión parecía otra: Gallardón era, lógicamente, un fraguista convencido y estaba preparando el regreso de su señor para volver a liderar la formación.
Con la vuelta de Fraga a la presidencia del partido (IX Congreso, enero de 1989, en el que se produjo la ‘refundación‘ del mismo pasando a denominarse Partido Popular), Ruiz-Gallardón fue elegido miembro del Comité Ejecutivo Nacional y presidente del Comité de Conflictos y Disciplina. Y, curiosamente, meses después, en mayo, se produjo el pacto entre el PP y el CDS para presentar mociones de censura en distintos ayuntamientos y comunidades autonómicas gobernadas por el PSOE… es decir, aquello por lo que supuestamente había dejado tirado a Hernández Mancha. Y para más Inri, en junio tuvo lugar el debate de la moción conjunta presentada en la Asamblea de Madrid contra Joaquín Leguina, que no prosperó, y en la que él, Gallardón, era el candidato para sustituir al socialista.
Tras las elecciones generales del 29-10-1989, Ruiz-Gallardón continuó como senador por la Comunidad de Madrid y, al igual que en parte de la Legislatura anterior, ejerció como presidente del Grupo Popular en el Senado para la IV legislatura. Volvió a ser elegido miembro del Comité Ejecutivo Nacional del PP en el X Congreso, en el que José María Aznar se hizo con la presidencia y, además, continuó como presidente de la Comisión de Conflictos del PP. Como tal, le fue encargada (abril de 1990) la investigación dentro del partido de las implicaciones del ‘caso Naseiro': él, Gallardón, fue el bombero que apagó con arena -echando tierra al asunto- aquel fuego que amenazó con convertir al PP en una pira.
El 26 de julio de 1990 fue elegido candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid para las elecciones de mayo de 1991. En esos comicios, la lista del PP obtuvo la mayoría de los votos; sin embargo, el pacto establecido por PSOE e Izquierda Unida tras las elecciones le impidió hacerse con la presidencia de la Comunidad, que fue ocupada nuevamente por el socialista Joaquín Leguina. Mantuvo, eso sí, el escaño en la Asamblea de Madrid y continuó siendo el presidente y el portavoz del PP en la Asamblea.
Número uno de la lista del PP al Senado por Madrid en las elecciones generales del 6-6-1993, Ruiz-Gallardón revalidó su escaño de senador y pasó a ser el portavoz del Grupo Popular. Paralelamente, abandonó el cargo de portavoz en la Asamblea de Madrid, aunque continuó como diputado regional y presidente del PP en la Asamblea.
Se declaraba ‘muy conservador’, pero también ‘progresista’
Alberto Ruiz-Gallardón se consideraba entonces un “fraguista puro” y opinaba que Fraga llevó a la democracia a aquellos que mostraban posiciones totalitarias. En diversas entrevistas, también se declaraba muy conservador pero progresista y lamentaba no ser todo lo religioso que debiera (sic). Representaba entonces la línea joven conservadora dentro del PP, en abierta oposición a los denominados “sectores críticos”.
Se presentó por tercera vez consecutiva como cabeza de lista del PP en las elecciones autonómicas de Madrid del 28-5-1995. Ganador en minoría en los comicios de 1987 y 1991, afrontó la tercera tentativa como la última. El resultado de las elecciones dio al PP mayoría absoluta, con el 50,82% de los sufragios válidos emitidos, que le dieron 54 de los 103 diputados de la Asamblea de Madrid -dos más de los necesarios para obtener mayoría absoluta- frente a 32 del PSOE y 17 de Izquierda Unida. Revalidó la mayoría absoluta en las elecciones del 13-6-1999.
El 22 de junio se constituyó la IV Legislatura de la Asamblea de Madrid con la toma de posesión de los diputados, la elección del presidente de la Cámara, cargo que recayó en Juan Van-Halen (PP), y de los miembros de la Mesa, para terminar  señalando a Alberto Ruiz-Gallardón como candidato a presidir la Comunidad. Su investidura como presidente tuvo lugar el 28 de julio en una sesión de la Asamblea Regional en la que fue elegido por mayoría absoluta, con los 54 votos a favor del PP, y los 49 en contra del PSOE e IU. Al día siguiente, Ruiz-Gallardón presentó su renuncia como senador al presidente de la Cámara Alta, Juan José Laborda, para dedicarse íntegramente a la Comunidad de Madrid, de acuerdo con su promesa electoral.
Carrera de presidente autonómico… y reforma de la ley electoral
Su política de gobierno quedó reflejada en su discurso de investidura, en el que anunció la modificación de la Ley Electoral de Madrid para que el ciudadano pudiera optar “no sólo por una u otra de las distintas candidaturas, sino por elegir directamente a los distintos candidatos que cada formación política presente”.
Sus otros objetivos políticos anunciados en su discurso fueron: la lucha contra el paro (prometió generar 200.000 empleos en los cuatro años de su legislatura); convertir a Madrid en lugar atractivo para las inversiones; privatizaciones y racionalización del sector público. Mención especial mereció la privatización de Telemadrid (40.000 millones de deuda), condicionada a la modificación de la ley de “terceros canales”.
A petición de José María Aznar, en las elecciones municipales y autonómicas de 2003 cambió de escenario político presentándose a las elecciones a la alcaldía de Madrid, pero con la esposa de Aznar, Ana Botella, como número dos. Ganó por mayoría absoluta, y al frente de la alcaldía emprendió el proyecto Madrid Calle 30, la remodelación de la M-30, que circunvala la ciudad, incluyendo su soterramiento en el tramo en el que su trazado coincide con el cauce del río Manzanares.
En ese periodo tuvo gran repercusión el endeudamiento de la ciudad para la financiación del proyecto de la M-30: Ruiz-Gallardón convirtió a Madrid en el municipio de España más endeudado en términos absolutos y relativos. Otra polémica en la que se vio envuelto Ruiz-Gallardón fue la instalación de parquímetros en Madrid. La medida no fue bien acogida en otras zonas de la ciudad: en Carabanchel hubo de dar marcha atrás debido a que los vecinos destruyeron la mayor parte de los parquímetros.
Pese a todo, fue reelegido en el cargo para una segunda legislatura al frente de la alcaldía de Madrid en las elecciones de 2007. Sus planes para la ciudad pasaban entonces por proyectos como la culminación de las obras en superficie correspondientes a la parte soterrada de la M-30; el impulso a la candidatura olímpica de la capital española para organizar los Juegos Olímpicos de 2016 que se saldó con un sonoro fracaso, tras cuantiosos gastos, pues finalmente lo obtuvo Río de Janeiro, en Brasil (la candidatura para 2012, lanzada por José María Álvarez del Manzano, perdió frente a Londres); o el desarrollo de la Ley de Capitalidad, ya aprobada, para aumentar las competencias y capacidad recaudatoria del Ayuntamiento.
… Y Esperanza no le dejó ser diputado
En 2008 mantuvo una agria polémica con la presidenta del PP de Madrid y de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, porque quería ser diputado por Madrid. Aguirre se opuso, y Rajoy lo rechazó finalmente. Gallardón mostró su desencanto afirmando que podría dejar la política. No la dejó, y en las elecciones municipales de 2011 Gallardón mantuvo la alcaldía, al asegurar una vez más la mayoría absoluta con el 50% de los votos, aunque su partido perdió tres concejales, quedándose en 31 sobre 57.
Finalmente, consiguió sus dos sueños: Ruiz-Gallardón fue elegido diputado del Congreso por Madrid en las elecciones del 20-11-2011: fue en la lista del PP con el número 4, el mismo que ocupó su padre, José María Ruiz Gallardón, en las elecciones de 1977. Poco después, Rajoy satisfizo su segundo sueño: el 21-12-2011 fue designado Ministro de Justicia por Mariano Rajoy. Ese mismo día dejó la alcaldía de Madrid, haciéndose cargo de sus funciones interinamente el vicealcalde Manuel Cobo. El 27 de diciembre el pleno del ayuntamiento eligió con 31 votos a favor (los del Partido Popular) a Ana Botella como su sucesora.
Como ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón hizo una auténtica contrarreforma de la derecha más reaccionaria que recuerda la historia de España. Ya en su primera comparecencia parlamentaria como ministro anunció su intención de reformar la Ley del Aborto aprobada por el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero, que era una ley de plazos, para volver al modelo ‘reformado’ de la ley de 1985, en la que las mujeres tenían que alegar motivos para justificar su decisión.
Pero también anunció su propósito de cambiar la forma de elección de los 12 vocales magistrados del Consejo General del Poder Judicial, volviendo al antiguo sistema de elección directa por parte de los jueces, que se abandonó en 1985 (con una ligera modificación aprobada en 2001 durante el anterior gobierno del PP presidido por José María Aznar y que establecía la elección por las Cortes a partir de una lista de 36 candidatos presentadas por las asociaciones de jueces), debido a que los 12 vocales eran copados por una única asociación de jueces, la mayoritaria y conservadora Asociación Profesional de la Magistratura.
Si esa ‘toma’ del órgano de gobierno de los jueces fue reaccionaria, no menos lo fue la aprobación de un anteproyecto de ley por el que Ruiz-Gallardón subía las tasas judiciales entre 50 y 750 euros. Su finalidad, según el Gobierno, era paliar la saturación de los juzgados y a su vez sufragar la justicia gratuita. Pero esta subida limitaba el acceso de muchos ciudadanos con ingresos medios o bajos a la administración de justicia. Las mayores subidas se daban en el ámbito de la “segunda instancia” para, según el gobierno, reducir las actuaciones que sólo perseguían dilatar en el tiempo el procedimiento.
La dimisión…
A lo largo de la legislatura, por tanto, la figura de Ruiz-Gallardón sufrió uno de los mayores deterioros de todo el Gobierno; deterioro que, en gran medida vino motivado por una posición absolutamente intransigente y reaccionaria sobre la reforma de la ley del aborto. Llegó a decir, incluso, que dimitiría si el Gobierno del PP no aprobaba esa reforma y, efectivamente, unas horas después de que el propio presidente Rajoy anunciara que el anteproyecto de ley en el que trabajaba el Ministerio de Justicia no se convertiría nunca en proyecto de ley y, por tanto, no se tramitaría en Cortes, Gallardón compareció en rueda de prensa en su Ministerio y anunció el martes 23-09-2014 su dimisión como ministro y su retirada definitiva de la política.
Gallardón había comunicado una semana antes al jefe del Ejecutivo su intención de dejar el cargo al sentirse desautorizado en relación con un texto legal que apadrinó con espíritu ‘torquemadista’. El 23 de septiembre, tras hablar de nuevo con Rajoy, lo confirmó en conferencia de prensa: “Yo no soy la persona para poder llevar adelante con convicción la nueva forma de regulación del aborto que ha sido anunciada por el presidente del Gobierno”, abandonando la política tras 30 años de actividad ininterrumpida. En los próximos días renunciará a su escaño en el Congreso de los Diputados y a sus cargos en el Partido Popular. “Mi vida política la debo dar por agotada”, dijo en su despedida.
Gallardón resumió así el fracaso que le había llevado a dimitir: “Yo asumí el compromiso de reformar la ley del aborto como consecuencia del encargo de responsabilidades que se hizo en el Gobierno a comienzos de legislatura. Lo hice de acuerdo con lo que había sido la doctrina de nuestro partido y con el criterio establecido en el recurso de inconstitucionalidad de nuestro partido contra la Ley de 2010, y de acuerdo con el criterio del Constitucional, que hasta tres veces distintas se ha pronunciado sobre el asunto. El Gobierno ha tomado la decisión de no seguir adelante con este anteproyecto de ley. No he tenido capacidad de convertir el anteproyecto aprobado en Consejo de Ministros en un proyecto y tramitarlo ante las Cortes tal y como era el compromiso que habíamos adquirido en el propio Gobierno”.
En ese sentido hay que señalara que el anteproyecto de ley de Gallardón, aprobado por el Consejo de Ministros el 20-12-2013, apostaba por la regulación más restrictiva de la democracia sobre la interrupción voluntaria del embarazo. El texto elaborado por el Ministerio de Justicia recogía todos los principios que el Partido Popular defendió en el recurso de inconstitucionalidad presentado tres años antes contra la Ley de Plazos que aprobó el Gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Pese a ello, Rajoy decidió retirar el anteproyecto en la fase final de su tramitación, lo que Ruiz-Gallardón interpretó como una desautorización mayor con la que no podía convivir más tiempo al frente del Ministerio de Justicia.

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