Más de 3,7 millones de parados no reciben ningún tipo de prestación por desempleo. Una situación en sí misma catastrófica
Casi
cuatro años después de ganar las elecciones, el gran logro de Rajoy es
que deja prácticamente el mismo número de parados que los que ‘heredó’
de Zapatero, cuando en noviembre de 2011 calificaba esos datos de
“dramáticos”.
Entre el cuarto trimestre de 2011 y el segundo de 2015, el número de parados quedó por encima de los 5 millones y la tasa de paro, después de haber subido en picado durante la legislatura de Rajoy, sólo ha perdido 0,48 puntos porcentuales (del 22,85% al 22,37%). Y como a Rajoy le gusta la competición, seguimos siendo los campeones de Europa en paro juvenil junto con Grecia, con una tasa del 49,2%.
El informe citado detalla la situación en cada Comunidad Autónoma. En la Comunitat Valenciana, unas cuatrocientas mil personas paradas no perciben ninguna prestación. Respecto a las personas paradas que sí perciben prestaciones, solamente representan menos de una de cada cuatro en esa Comunidad. La tasa es de un 28,1%, 7,5 puntos menos que hace cuatro años. “Los jóvenes sufren la menor tasa, sólo uno de cada catorce. Las mujeres tienen una protección nueve puntos inferior a los hombres. De haberse mantenido la misma protección que en 2011, habría 41.856 personas protegidas más.”
Basta de sopa de cifras. El Gobierno de Mariano Rajoy no es que se ilusione, es que ve la luz divina al final del túnel. Y lo que sorprende no es tanto su creencia irracional, sino más bien el tartamudeo incesante del que no tiene miedo del ridículo.
Ya el 4 de septiembre de 2013, el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, declaró en una entrevista publicada por el diario Financial Times: “Hemos puesto en marcha algunas reformas que no eran populares. Ahora, esperamos el fruto de esas políticas. Y empezamos a ver la luz al final del túnel". "España va a demostrar claramente la calidad de las políticas puestas en marcha en la Eurozona" apuntó tal cual al periódico.
Pocos días después de esa buena noticia llena de esperanza, en la Escuela de Verano que el PP celebró en Gandía, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, declaró que “España es el gran éxito económico del mundo”. Hablando del éxito milagroso siguió: “Está ocurriendo un fenómeno inédito de un ajuste que permite que el país vaya a una velocidad que estamos rompiendo los pronósticos”. Además, ha llegado a explicar a los millones de españoles que están en el paro cómo salir de su situación precaria de forma sencilla: que los parados “miren a la gente que está trabajando, miren la gente que va cada día a su trabajo, que ha sido capaz de encontrar trabajo, que ha emprendido y ha creado puestos de trabajo en nuestro país como nunca había ocurrido en nuestra historia.” Concluye solemnemente con un “somos el ejemplo del mundo”. Después de tal discurso, pensábamos estar libres de cualquier peligro: los desempleados iban a mirar a los trabajadores, crear empresas y puestos de trabajo. Ya quedaba poco para que el “ejemplo del mundo” estuviera libre de parados.
Y por si acaso no habíamos entendido bien, durante el debate de los Presupuestos Generales en octubre de 2013, Montoro afirmó que "no sólo hay luz al final del túnel, sino que se atisba la salida del túnel de la crisis económica de España". Por fin todo quedó claro.
Pero el 17 de noviembre de 2013, el presidente Mariano Rajoy, con el mayor número de parados de la Democracia volvió a sembrar dudas: “Ya se ve que hemos tomado el buen camino. Ya se ve la luz al final del túnel y se ha reducido el paro por primera vez en muchos años”. Entonces, ya el túnel parecía interminable y la luz del final siempre más improbable. No sabíamos si la luz provenía del sol o más bien de los faros del tren que nos venían encima... En un país junto con Grecia tradicionalmente a la cola de países europeos en número de suicidios, pero donde la tasa de suicidios continúa en línea ascendente desde 2010, las palabras del Presidente son su responsabilidad, no podía jugar así con nosotras. Recordamos que fallecieron 3.870 personas por suicidio en el año 2013, lo que representó un incremento del 13,3% respecto al año anterior.
Más
de un año y medio más tarde, el 9 de julio de 2015, Cristóbal Montoro
volvió a la carga durante su intervención en la sesión de control al
Gobierno en el Pleno del Senado y aseguró que España estaba viendo "la
luz al final del túnel muy cerca". Por suerte, explica más precisamente:
"Estamos viendo la luz, pero no artificial, sino natural y eso muestra
que estamos al término de un recorrido que ha sido muy doloroso pero que
va a acabar muy pronto". No habíamos salido del túnel todavía, pero
sabíamos que la luz no era la artificial de los faros del tren...¡la
salida de la oscura austeridad no debería tardar mucho más!
El mismo mes de julio, el ministro de Economía Luis de Guindos sigue con la misma iluminación y afirma: “España encabeza la mejora económica y del mercado de trabajo entre los países desarrollados”... y felizmente se “empieza a ver la luz a final del túnel”. Al final, parecía que la luz al final del túnel sólo la veían Rajoy o sus Ministros de Economía o Hacienda porque el pueblo hundido en una crisis humanitaria espantosa no lo notaba todavía. Pues no. Faltaba el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, que el 1 de septiembre de 2015 dice estar contento: “Han sido tres años y medio difíciles, en una situación crítica, pero francamente yo puedo decir que estoy contento y espero que esto vaya mejorando”, aseguró antes de presentar en Berlín un “vídeo-mapping” en 3D, “que representa la Marca España”. Por cierto, el ministro después de tantos esfuerzos, explica a los alemanes que quisieran invertir o comprar en España el milagro ocurrido en sus tierras: “Hace tres años, España estaba en una situación extraordinariamente difícil, extraordinariamente complicada, y hoy hemos podido exhibir y exponer ante los alemanes que España está viendo la luz al final del túnel”. ¿Pero, les molestaría enseñar a los españoles cuándo les inundará la sagrada luz del final de la austeridad?
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Texto completo en: http://www.lahaine.org/desempleo-en-espana-y-llaEntre el cuarto trimestre de 2011 y el segundo de 2015, el número de parados quedó por encima de los 5 millones y la tasa de paro, después de haber subido en picado durante la legislatura de Rajoy, sólo ha perdido 0,48 puntos porcentuales (del 22,85% al 22,37%). Y como a Rajoy le gusta la competición, seguimos siendo los campeones de Europa en paro juvenil junto con Grecia, con una tasa del 49,2%.
Según el informe elaborado por la Fundación 1 de Mayo de julio de
2015 [1] a partir de la EPA (Encuesta de Población Activa) del segundo
trimestre de 2015, si comparamos con el segundo trimestre de 2011 para
abarcar el periodo del actual gobierno de Mariano Rajoy, el número de
personas que percibe una prestación ha disminuido un 18,9% (hay 333.371
menos); el número de parados ha subido en 301.609, (un 6,2%); y el
número de personas desprotegidas ha aumentado en 634.980 (un 20,6%).
El número de personas paradas entre 16 y 64 años que recibe alguna
prestación es de 1.431.541 sobre un total de 5.143.221 en paro, lo que
supone una débil tasa de protección del 27,8%. Llama la atención el
increíble número de parados que no perciben prestaciones del Ministerio
de Empleo: actualmente hay 3.711.680 personas en este caso. Más de 3,7
millones de parados no reciben ningún tipo de prestación por desempleo.
Una situación en sí misma catastrófica que lleva a millones de personas a
buscarse la vida para sobrevivir.El informe citado detalla la situación en cada Comunidad Autónoma. En la Comunitat Valenciana, unas cuatrocientas mil personas paradas no perciben ninguna prestación. Respecto a las personas paradas que sí perciben prestaciones, solamente representan menos de una de cada cuatro en esa Comunidad. La tasa es de un 28,1%, 7,5 puntos menos que hace cuatro años. “Los jóvenes sufren la menor tasa, sólo uno de cada catorce. Las mujeres tienen una protección nueve puntos inferior a los hombres. De haberse mantenido la misma protección que en 2011, habría 41.856 personas protegidas más.”
Basta de sopa de cifras. El Gobierno de Mariano Rajoy no es que se ilusione, es que ve la luz divina al final del túnel. Y lo que sorprende no es tanto su creencia irracional, sino más bien el tartamudeo incesante del que no tiene miedo del ridículo.
Ya el 4 de septiembre de 2013, el Ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, declaró en una entrevista publicada por el diario Financial Times: “Hemos puesto en marcha algunas reformas que no eran populares. Ahora, esperamos el fruto de esas políticas. Y empezamos a ver la luz al final del túnel". "España va a demostrar claramente la calidad de las políticas puestas en marcha en la Eurozona" apuntó tal cual al periódico.
Pocos días después de esa buena noticia llena de esperanza, en la Escuela de Verano que el PP celebró en Gandía, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, declaró que “España es el gran éxito económico del mundo”. Hablando del éxito milagroso siguió: “Está ocurriendo un fenómeno inédito de un ajuste que permite que el país vaya a una velocidad que estamos rompiendo los pronósticos”. Además, ha llegado a explicar a los millones de españoles que están en el paro cómo salir de su situación precaria de forma sencilla: que los parados “miren a la gente que está trabajando, miren la gente que va cada día a su trabajo, que ha sido capaz de encontrar trabajo, que ha emprendido y ha creado puestos de trabajo en nuestro país como nunca había ocurrido en nuestra historia.” Concluye solemnemente con un “somos el ejemplo del mundo”. Después de tal discurso, pensábamos estar libres de cualquier peligro: los desempleados iban a mirar a los trabajadores, crear empresas y puestos de trabajo. Ya quedaba poco para que el “ejemplo del mundo” estuviera libre de parados.
Y por si acaso no habíamos entendido bien, durante el debate de los Presupuestos Generales en octubre de 2013, Montoro afirmó que "no sólo hay luz al final del túnel, sino que se atisba la salida del túnel de la crisis económica de España". Por fin todo quedó claro.
Pero el 17 de noviembre de 2013, el presidente Mariano Rajoy, con el mayor número de parados de la Democracia volvió a sembrar dudas: “Ya se ve que hemos tomado el buen camino. Ya se ve la luz al final del túnel y se ha reducido el paro por primera vez en muchos años”. Entonces, ya el túnel parecía interminable y la luz del final siempre más improbable. No sabíamos si la luz provenía del sol o más bien de los faros del tren que nos venían encima... En un país junto con Grecia tradicionalmente a la cola de países europeos en número de suicidios, pero donde la tasa de suicidios continúa en línea ascendente desde 2010, las palabras del Presidente son su responsabilidad, no podía jugar así con nosotras. Recordamos que fallecieron 3.870 personas por suicidio en el año 2013, lo que representó un incremento del 13,3% respecto al año anterior.
El mismo mes de julio, el ministro de Economía Luis de Guindos sigue con la misma iluminación y afirma: “España encabeza la mejora económica y del mercado de trabajo entre los países desarrollados”... y felizmente se “empieza a ver la luz a final del túnel”. Al final, parecía que la luz al final del túnel sólo la veían Rajoy o sus Ministros de Economía o Hacienda porque el pueblo hundido en una crisis humanitaria espantosa no lo notaba todavía. Pues no. Faltaba el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, que el 1 de septiembre de 2015 dice estar contento: “Han sido tres años y medio difíciles, en una situación crítica, pero francamente yo puedo decir que estoy contento y espero que esto vaya mejorando”, aseguró antes de presentar en Berlín un “vídeo-mapping” en 3D, “que representa la Marca España”. Por cierto, el ministro después de tantos esfuerzos, explica a los alemanes que quisieran invertir o comprar en España el milagro ocurrido en sus tierras: “Hace tres años, España estaba en una situación extraordinariamente difícil, extraordinariamente complicada, y hoy hemos podido exhibir y exponer ante los alemanes que España está viendo la luz al final del túnel”. ¿Pero, les molestaría enseñar a los españoles cuándo les inundará la sagrada luz del final de la austeridad?
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