No utilizar
en la campaña electoral lo sucedido para robarse votos los unos a los
otros. Eso es lo que les duele y no el ataque de la insurgencia talibán
contra la embajada de un país al que consideran-, con toda la razón del
mundo, seamos lógicos- como ocupante.
Por cierto,
deducimos por las escasas noticias que nos llegan, que el
comportamiento de la seguridad de la embajada no pasará a la historia,
aunque, repetimos, nos basamos en los que nos llega de allí; por tanto
es una opinión subjetiva.
El policía
que estaba de servicio en la planta baja quedó herido gravemente al
estallar el coche-bomba, aunque otras versiones dicen que murió cuando
fue a buscar al subinspector que estaba en su habitación ubicada en la
misma planta y que podría haber fallecido por la explosión o fue
rematado, pues presentaba heridas en el cuello.
Del resto
de la seguridad, uno intentó rescatar a alguna de las víctimas no se
sabe bien cuál pero empezaron a dispararle y se quitó de en medio. Al
parecer todos, junto al personal administrativo, se refugiaron en dos
búnkeres herméticos que hay dentro de la sede a la espera de que los
americanos los sacaran de allí mientras los talibanes se hicieron dueños
y señores del local ocupando tranquilamente la azotea de la delegación.
Cuando hay que luchar por un ideal se combate hasta el fin, pero aquí no hay ideales que valgan. Tan solo Poderoso Caballero.
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