Ya han pasado unos cuantos años desde que
estallará en 2007 una de las mayores crisis que ha sufrido el
capitalismo, crisis “supuestamente” superada si escuchamos lo que dicen
las autoridades económicas de EEUU y Europa occidental. Afirmaciones que
no se sustentan en la realidad pues las acciones de salvatajes (rescate
de bancos, algunos monopolios…), déficits gigantescos e incrementos de
la deuda pública de los gobiernos en lugar de ser medidas anticíclicas,
están preparando y posponiendo en el futuro una siguiente crisis con
unos efectos mucho más devastadores y agudos.
Para esconder la degeneración y
descomposición del capitalismo y evitar que los pueblos del mundo se
pregunten cuáles son sus causas los imperialistas y revisionistas
inventan diversas teorías ficticias: globalización financiera,
capitalismo globalizado, globalización imperialista, globalización
neoliberal… Todo con el objetivo de generar una espesa niebla en los
ojos del proletariado para que éste niegue la idea del imperialismo y la
revolución proletaria, la existencia de países opresores y oprimidos y
no se dé cuenta que el socialismo no fracasó sino que fue derrotado.
Los intelectuales revisionistas y
socialdemócratas, a pesar de los años transcurridos, aún no se ponen de
acuerdo sobre el origen de la última crisis. En sus discusiones utilizan
diversas teorías sobre la “globalización”, muy parecidas entre sí, para
intentar ofrecer una explicación de las causas que llevan a la crisis.
Una de las primeras teorías fue la del
revisionismo italiano (1964) que señaló como culpable al capital
financiero, estableciendo que hay un capital bueno “productivo” y un
capital malo “financiero”. De forma que se da una separación de
capitales: monopolios productivos y monopolios bancarios. El capital
globalizado a las finanzas dominaría sobre los monopolios productivos,
que ahora serían “puros” y estarían bajo el dominio y a merced del
capital financiero globalizado. Según ésta teoría las crisis no tendrían
lugar si el capital financiero no dominará sobre el capital productivo,
en consecuencia se tendría que apoyar al capital productivo en su
cruzada contra el capital financiero.
Fíjense como a través de sus mañas los
revisionistas dejan atrás la lucha de clases sustituyéndola por la burda
teoría de la “lucha de capitales”. Por lo visto según estos
“intelectuales” si los monopolios productivos reducen los salarios de
los empleados o los despiden poco o nada tienen que ver los “directivos”
sino un “capital financiero maléfico”, un enemigo abstracto y
desconocido. Esto difiere completamente del segundo rasgo que Lenin da
al imperialismo: fusión de capitales (bancario, comercial, industrial…).
Solo basta mirar el origen de los ingresos de los grandes monopolios
“productivos” para darse cuenta que gran parte de ellos son
“financieros” (General Motors, Mitsubishi Corp., Toyota…), en la
práctica no existen monopolios productivos “puros”. Algunos estudios
recientes han determinado que de media el 40% de los ingresos de los
monopolios “productivos” son de origen financiero ya sea por realizar
inversiones financieras o por disponer de sus propias divisiones
financieras.
Posteriormente en Cuba el “Partido
Comunista Cubano” inició seminarios de globalización y es de destacar
que ya en su revista Cuba Socialista (nº2 de 1996) utilizó el término
“globalización neoliberal”. La descripción que ofrecía era la siguiente:
“Sin regulación alguna, la base productiva se achica más en relación a
una enorme superestructura financiera-especulativa que ha adquirido no
solo autonomía sino mando sobre aquella”.
Además de lo comentado sobre la
separación de capitales, las teorías de la globalización atacan al
marxismo-leninismo con diversas patrañas: niegan o minusvaloran el papel
del Estado al afirmar que el capital financiero puede sobrepasar las
murallas de todos los Estados nacionales, confunden a los países
oprimidos (India, Brasil…) con los imperialistas (Rusia y China), se
inventan falsas “multinacionales del tercer mundo” y consideran el
factor “financiero” el causante de las crisis. También acostumbran a
buscar el origen de las crisis en comportamientos humanos innatos. Como
si la crisis del 2007 tuviera un carácter inevitable Alan Greenspan
(14-12-07) dijó: “La euforia especulativa es innata, es una euforia
humana”.
Como pueden leer en el siguiente
documento “La Actual Crisis del Sistema Capitalista Imperialista
Mundial” de Susana Valerdi todos estos argumentos no se basan en la
realidad. Las crisis tienen su origen en superproducciones relativas y
no en factores “financieros”, “psicológicos”, de “desregulación”…
No hay comentarios:
Publicar un comentario