Ante la lucha del pueblo trabajador vasco, los dos Estados opresores, el español y el francés, han dado siempre una sola respuesta: represión pura y dura en todas sus vertientes: asesinatos, detenciones, torturas, largas penas de cárcel, ilegalizaciones… Esta represión ha tenido como resultado que para muchos militantes la cárcel, el exilio, la deportación, la muerte.
El pueblo trabajador no ha olvidado nunca la situación de los represaliados políticos y desde el principio adoptó un objetivo inamovible la Amnistia. Siempre ha exigido la libertad de todos y todas las presas políticas vascas, la vuelta de todas los exiliados y deportados, y sobre todo que desaparezcan las causas que han propiciado esta represión. Que todas y todos vivan libres en una Euskal Herria independiente y socialista.
Para los Estados son rehenes en este proceso de liberación y utilizará a los prisioneros para doblegar la lucha popular dando la espalda a cualquier tipo de reivindicación respecto a los represaliados por muy democrática o urgentemente humanitaria que esta sea. Solo ofrecerán salidas que les suponga darnos un golpe como pueblo, como a través de los vergonzosos arrepentimientos, de la infame doctrina Nanclares o similares.
Mediante la política carcelaria de la dispersión, del aislamiento, de los cacheos, las palizas se busca romperlos física y moralmente para que se rindan.
La visión que tienen los Estados de la solución al conflicto, no podemos olvidarlo, pasa por la rendición, la aceptación como súbditos de la opresión nacional y de clase que nos imponen. Los presos y presas políticas vascas han luchado encarnizadamente para mantenerse unidos entre ellos y con su pueblo en lucha.
Se plantea que es necesaria una correlación de fuerzas favorable para poder traer los presos y las presas a casa, que para eso es necesario un acuerdo de mínimos en cuanto a los derechos humanos de las personas presas con el más amplio apoyo social y que la amnistía debe quedarse como un faro en el horizonte y que como mucho es un reclamo interno para cohesionar a la base social. Este planteamiento responde a las necesidades de la estrategia puesta en marcha por Sortu que necesita que desaparezcan los presos como sujeto político y darle cualquier salida al tema para hacer creer que la opresión nacional y social no es más que un aspecto de un supuesto déficit democrático que ellos van a solucionar mediante la futura hegemonía electoral que vaticinan.
Reivindicar la amnistía sitúa en el centro del debate político el problema central, la opresión nacional y de clase, el aspecto político del conflicto como lucha revolucionaria de liberación y que la amnistía solo puede venir de la superación de estos antagonismos.
Pensamos que la tan cacareada «unilateralidad» no está sirviendo para avanzar en una de las tareas fundamentales, sacar a los prisioneros y prisioneras de guerra de las garras del Estado español. Está quedando claro que la unilateralidad no crea la suficiente presión a los Estados ocupantes. Y uno de los grandes fallos de esta política llevada a cabo por una parte de la izquierda abertzale es el abandono de la lucha por la amnistía.
Quisiéramos dejar claro que todo esto que planteamos lo hacemos para ayudar a avanzar en el camino de una política de izquierda que retome en sus manos el análisis concreto de la situación en Euskal Herria, las contradicciones existentes, y a partir de ahí redefinir el sujeto revolucionario y sus tareas actuales.
Pensamos que en la situación actual en Euskal Herria no podemos dejar de lado la lucha por la amnistía, es una necesidad imperiosa luchar por ella. Tenemos que organizarnos, tenemos que salir a la calle exigiendo la amnistía. No esperemos más.
Es cierto que podemos dar pasos para ir sacando a presos y presas políticas vascas de las cárceles españolas y francesas, por ejemplo los y las presas enfermas. Y sería un gran paso que consiguiéramos tenerlos entre nosotros, pero no debemos olvidar en ningún momento nuestro objetivo, la amnistía. Las conquistas parciales están bien si sirven para avanzar hacia nuestros objetivos, sin perderlos de vista en ningún momento.
Por ello hacemos un llamamiento a acudir a todas las movilizaciones que tengan lugar el 10 de enero. Ese día la exigencia de amnistía debe estar presente en Bilbao.
No hay comentarios:
Publicar un comentario