La noche del 15 de enero de 1919 en
Berlín, fueron detenidos Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht en el Hotel
Eden. En los dos coches que los conducían, fueron asesinados por los
soldados de las tropas de asalto que les detuvieron. Sus cadáveres
fueron arrojados al canal del río.
Así demostró la socialdemocracia, una
vez más, como en los momentos cruciales se convierte en el más feroz
verdugo de los trabajadores. Y quisieron destruir a los mejores
representantes del proletariado alemán. Quienes en Noviembre de 1918
fundaron junto a Clara Zetkin y otros camaradas, el Partido Comunista
Alemán (KPD). Pero solamente lo hicieron con sus cuerpos, no con su
obra.
En Enero de 1919, La Liga Espartaquista,
(un frente obrero de las organizaciones revolucionarias, en el que se
encontraba el KPD) lideró un levantamiento contra la imposición de una
Dictadura Militar, la cual era apoyada por el SPD, Partido
Socialdemócrata Alemán.
Recordamos hoy este ejemplo de dignidad
de los trabajadores de su tiempo. Como entonces, nos encontramos ante
una de las mayores crisis del modelo de “democracia representativa” cuyo
papel es contener las reivindicaciones de la mayoría de la población
con el “voto útil”. Es impedir el ejercicio del Poder de todos los
Trabajadores.
En estos días recordamos el último escrito de Rosa Luxemburgo:
“El Orden reina en Berlín! ¡Ah!
¡Estúpidos e insensatos verdugos! No os dais cuenta de que vuestro orden
está levantado sobre arena. La revolución se erguirá mañana con su
victoria y el terror asomará en vuestros rostros al oírle anunciar con
todas sus trompetas: ¡Yo fui, yo soy, yo seré!». Y no habrá más opciones
‘O Socialismo o barbarie’”.
Los postulados de la “Liga
Espartaquista”, son germinadores como la Revolución de Octubre, de una
nueva forma de lucha contra el “parlamentarismo”, las “vías pacíficas”
que no quieren cambiar la estructura de dominación de clase del capital,
son anunciadores que la lucha en las instituciones burguesas debe ir
unida a la lucha en cada puesto de trabajo, en el campo, en las
ciudades.
Un breve resumen del pensamiento de los
revolucionarios alemanes, lo encontramos en un artículo de 1918 escrito
por Karl Liebknecht, sobre lo que quería la “Liga Espartaquista”:
“Lo que sobre todo es necesario en este momento es tener una idea clara de los objetivos de nuestra política… Hasta aquí, la revolución alemana no ha sido más que un intento de poner fin a la guerra y superar sus consecuencias… El
objetivo del proletariado alemán, como el del proletariado mundial, no
es una paz provisional, basada en la violencia, sino una paz duradera,
basada en el derecho… El proletariado tiene el martillo en su mano para forjar un mundo nuevo… Suprimir
el régimen capitalista es la única vía de salvación para el
proletariado, la única que le permitirá escapar a su sombrío destino… El carnet del voto no es la palanca que puede levantar y voltear al régimen capitalista… La sociedad capitalista no es otra cosa que la dominación más o menos velada de la violencia… Nosotros
queremos que la transformación de la sociedad y de la economía se
produzcan en el orden. Si ha de haber desorden y guerra civil, la
responsabilidad será únicamente de los que siempre han reforzado y
ampliado su dominación y su provecho por las armas y quieren hoy poner
al proletariado bajo su yugo. No es a la violencia y a la efusión de
sangre a lo que llamamos al proletariado, sino a la acción
revolucionaria enérgica, para poner en marcha la reconstrucción del
mundo… El proletariado revolucionario no debe dudar un
solo instante en apartar a los elementos burgueses de todas las
posiciones políticas y sociales; debe tomar el mismo el poder en sus
manos… las revoluciones no son en el fondo otra cosa
que grandes crisis sociales elementales, cuyo estallido y desarrollo no
dependen de individuos aislados y que, pasando por encima de sus
cabezas, se descargan como formidables tormentas… Todo
depende de nuestra resolución, de nuestra voluntad revolucionaria. La
gran tarea para la que nos hemos preparado desde hace tanto tiempo exige
ser cumplida ahora. ¡La revolución está ahí, debe ser desencadenada! No
se trata de preguntarse quien, sino como… O el
capitalismo burgués se mantiene y continúa haciendo la felicidad de la
humanidad con su explotación y su esclavitud asalariada y el peligro
permanente de guerra que representa, o el proletariado toma conciencia
de su tarea histórica y de sus intereses de clase y se decide a abolir
definitivamente toda dominación de clase…
Es por ello que dedicamos este sencillo
recuerdo a aquellos camaradas. Su voz, con sus errores y aciertos, son
nuestro bagaje de lucha. Y en última instancia es nuestro trabajo como
asalariados en lucha, defendiendo nuestros puestos de trabajo, creando
una paciente red de Ligas, Asociaciones, “Mareas”, es como nos
enfrentamos a la “ilusoria legitimidad parlamentarista”. El Parlamento
solamente sirve para denunciar esta “Dictadura del Capital”. Porque
llegará un tiempo que las cadenas, las barreras quieran silenciar
nuestra voz (leyes mordazas, multas, cárceles), y habrá que romperlas.
No habrá otro camino, porque no podrán aniquilar físicamente a todos los
que luchan. Pues las leyes que se crean en cualquier sociedad se
ejecutan para mantener su Dictadura de Clase.
Por ello siguen vivas las palabras de
Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo. Otro Mundo es Posible. Las
Revoluciones Proletarias del Siglo XX han demostrado que detrás del
Imperialismo, no hay otra vía más que el Socialismo.
Antonio Ribas militante del Partido del Trabajo Democrático
No hay comentarios:
Publicar un comentario