Postal realizada en 2001 (un corazón nuevo -el viejo con las cárceles a cuestas desfallece- se dirige con gasolina y una tea a la Moncloa) |
El Camarada Vargas.
Le operaron a vida o muerte y, en aquella ocasión, ganó la vida. Dibujó una postal en la que se le veía abierto en el quirófano. De la herida, saltaba en un resorte su propio corazón sujetando, sonriente, una pancarta. La leyenda decía: "No pasarán" (1996)
Hace falta mucho valor
para no traicionar.
Esa toma de conciencia de la que nosotros somos los únicos testigos.
Hace falta valor
para negar
los sentimientos, fruto del cansancio que de vez en cuando vuelven a poner en duda ciertas elecciones.
Hace falta valor
para decir
no a los juegos disimulados y a los cálculos de la conveniencia,
mientras resulta más fácil expresarse
diplomáticamente con medio sí o con medio no.
Hace falta valor
para rechazar
las tentaciones, las componendas y el pasteleo.
Hace falta valor
para rechazar
ser siervo de quien pretende obediencia.
Hace falta valor
para actuar
sin vacilación y para demostrar que existimos.
Hace falta valor
y rechazar que
vivamos en la estrecha fisura de la mentira.
Hace falta valor
para vivir
largo tiempo en una prisión de hielo y aprovechar el deshielo, haciendo brotar flores y esperanza.
Hace falta valor, mucho valor, para vivir como vivió Sánchez-Casas.
para no traicionar.
Esa toma de conciencia de la que nosotros somos los únicos testigos.
Hace falta valor
para negar
los sentimientos, fruto del cansancio que de vez en cuando vuelven a poner en duda ciertas elecciones.
Hace falta valor
para decir
no a los juegos disimulados y a los cálculos de la conveniencia,
mientras resulta más fácil expresarse
diplomáticamente con medio sí o con medio no.
Hace falta valor
para rechazar
las tentaciones, las componendas y el pasteleo.
Hace falta valor
para rechazar
ser siervo de quien pretende obediencia.
Hace falta valor
para actuar
sin vacilación y para demostrar que existimos.
Hace falta valor
y rechazar que
vivamos en la estrecha fisura de la mentira.
Hace falta valor
para vivir
largo tiempo en una prisión de hielo y aprovechar el deshielo, haciendo brotar flores y esperanza.
Hace falta valor, mucho valor, para vivir como vivió Sánchez-Casas.
-Roberto Marchetta
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