Juan R. León
“Algunos están acostumbrados a viajar siempre en primera clase.
Asientos cómodos y confortables, gintonics o martinis en el avión. Todo
lujo y comodidad pagado por vete tú a saber quien. Otros nos conformamos
con medios más humildes…”. Esto reza en un vídeo el líder, fundador,
imagen, ideólogo y candidato de Podemos, Pablo Iglesias, dando las
gracias a quienes han hecho su aportación para comprar una furgoneta
(Ford) con la que poder hacer la campaña electoral a las elecciones
europeas. Un vídeo en el que por cierto, Iglesias acaba subiéndose en
los asientos de atrás, en lugar de delante, junto al compañero que lo
recoge, dando a entender que más que su compañero es su chófer.
Es curioso como Podemos continúa mandando mensajes a la población que
nada tienen que ver con el fondo del programa electoral. Siguen sin
atreverse a hablar de Ucrania, Crimea o Rusia, y de los hechos que se
están sucediendo allí durante las últimas semanas, a pesar de que son
temas de los que cualquiera que se presente a unas elecciones europeas
debería hablar. Sigue sin mojarse en cuestiones como la cuestión
nacional, el modelo de Estado o la República, pero sobretodo sigue sin
definir cual es el modelo económico que plantea; más allá de
afirmaciones y propuestas que no van más allá del simple populismo.
El mismo tipo de mensajes que puede lanzar UPyD o VOX, de que “todos
los políticos son iguales menos nosotros”, son la columna vertebral de
PODEMOS.
La desideologización total del mensaje, en aras de una supuesta
“renovación”, no es más que un nuevo episodio de otros intentos que en
otros tiempos intentaron los Garrido, Almeida o Aguilar, para lo cual
cuentan con la colaboración inestimable de medios de comunicación como
La Sexta (propiedad de José Manuel Lara), Cuatro (Propiedad de
Berlusconi) o Público (Roures).
Pablo Iglesias presume de furgoneta, pagada (con mucha ilusión, sin
duda) por los correligionarios de Podemos, dando a entender que los del
resto de partidos viajan cómodamente en primera clase, mientras les
sirven gintonics.
Sin embargo, cuando alguien es honesto, honrado y hace política con
desinterés, no suele hacer gala de ello en vídeos propagandísticos. No
recuerdo, por ejemplo, que Marcelino Camacho presumiera en videos
promocionales de vivir en un modestísimo piso sin ascensor de 60 metros
cuadrados en Carabanchel.
Pero tampoco recuerdo que Cayo Lara, el Coordinador General de
Izquierda Unida, al que algunos quieren “renovar”, hiciese gala durante
años de hacer las campañas electorales en una moto, recorriendo la
Mancha de un lado a otro, sin que nadie le hubiese pagado la moto, y sin
presumir de ello públicamente. Lo hizo y punto, sabiendo que era
imposible sacar un solo diputado en las elecciones autonómicas de
Castilla – La Mancha por el radical bipartidismo implantado y bendecido
en esa comunidad con el sistema electoral. Años en los que Lara era
seducido un día sí y otro también por el PSOE para acercarlo a sus
filas, siendo este conocedor de la dificultad de IU para tener
representación en La Mancha, y conocedor también de que Lara era un
líder obrero, de los que se curten en la lucha, y no en los platós de
televisión.
El vídeo de la furgoneta de Podemos a algunos nos da bastante
vergüenza ajena, pero seguro que tendrá buena acogida entre quienes les
da igual el programa electoral y solo quieren “algo nuevo”. Sin embargo,
este es sólo un episodio más en el cúmulo de despropósitos de esta
plataforma electoral sin ideología.
Por eso, y por mucho que adornen la furgoneta y mucho que maquillen a
Pablo, la moto de Cayo Lara siempre correrá más que la furgoneta de
Podemos.
El video de la furgoneta
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