Lo que vemos en Ucrania es un peligroso pulso geopolítico entre EEUU, la OTAN y la UE por un lado, y Rusia por el otro, en el que la voz cantante la llevan los sectores más derechistas de los EEUU.No se trata de una batalla basada en reglas democráticas, sino de una guerra donde todo vale, incluso la colaboración con los fascistas. La cuestión ya no es lo que Putin es o lo que deja de ser, sino quién da alas a los fascistas.
Y lo que más me inquieta no son los neonazis de aquí o de allí. A estas alturas ya conocemos cuál es su ideología e incluso como se les puede vencer, aunque sabemos también que se trata de una lucha muy dura y dolorosa y sería terrible que emprender de nuevo. Pero lo que más me enfada es la opinión de los "demócratas" y "izquierdistas" que por posibilismo político, por lío mental o por sus fobias intentan justificar lo injustificable: el golpismo y la colaboración con los fascistas.
En cuanto al ejercicio del derecho a la libre determinación de Crimea, no se puede analizar al margen de los acontecimientos de Kosovo, donde se establece un precedente que debe respetarse para Crimea y que también es válido para Cataluña. Con el reconocimiento de Kososvo se abrió la caja de los truenos. Ahora, la norma internacional a aplicar debe ser la misma para todos y cada uno de los supuestos. Por esta razón, las amenazas de la OTAN, EEUU y la UE no tienen ninguna base legal. Sólo muestran que estamos ante un escenario prebélico en el que los pactos y las normas no se respetan o se interpretan según conviene a cada uno de los contendientes.
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