La encuesta señala también que la preocupación ciudadana por el desempleo ha alcanzado un 81,1 por ciento, mientras que esta cifra en enero se situaba en el 78,5, cifras parejas al creciente aumento del paro o, en todo caso, al cada vez más alto número de personas que, aún sin trabajo, no se apuntan a las inútiles listas del paro o han decidido huir del país para poder encontrar un empleo.
Los problemas económicos, la crisis, ocupan el tercer lugar con un 28,3 por ciento mientras los políticos y los partidos en general se quedan en el cuarto puesto.
En cuanto a la situación política, los porcentajes son muy similares a los de enero. Sólo un 1,8 por ciento de los encuestados cree que es “buena o muy buena” frente al 13,1 que considera que es regular, y el 82,2 que la califica de “mala o muy mala”.
A la hora de calificar la economía, y a pesar de los toques de campana que constantemente hacen desde el gobierno, casi el 87 por ciento considera que es “mala o muy mala” frente a solo un 0,7 por ciento que la califica de “buena”, y un 12,1 la ve “regular”. Es decir, la economía española, según los españoles, un tremendo desastre.
Para más contradicción con las mentiras del gobierno, el pesimismo también sigue en aumento entre los españoles a la hora de pronosticar la situación económica para dentro de un año. El 28,6 % afirma que la situación financiera estará peor frente al 23, 8 de enero, mientras que el 19,5 % confía en que mejore y el 42 % cree que será igual.
En resumen, y como hemos dicho, la conclusión es demoledora: si se preguntara que dos palabras aparecen en la mente de los encuestados cuando se pronuncia el nombre de España, (o el de la tan baboseada Marca España), el resultado sería probablemente corrupción y desempleo.
Press TV
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