"Mercadona paga a sus
empleados maravillosamente bien", dice Isabel Gemio (foto) conductora de
un programa en Onda Cero. A sueldo maravilloso, empresa maravillosa. Es
complicado dar con trabajadores dispuestos a decir la verdad, y dejar
en evidencia a esta señora, por miedo a las represalias (el acoso
laboral es una constante en esa empresa); sin embargo los hay.
Tomado de bandociudadano
Toñi Marín trabajó
durante 14 años en tiendas de Mercadona de diferentes ciudades del País
Valenciano, hasta que abandonó la empresa en 2003. Recuerda cómo hubo un
momento en que la situación se le empezó a complicar. Trabajaba 40
horas semanales en la tienda de Carcaixent, pero sólo cobraba 26,5
horas; tenía que hacer cuatro viajes diarios desde su casa al centro de
trabajo (y viceversa) y tampoco se le respetaban los “tramos”
(incremento de las retribuciones de acuerdo con la antigüedad y el “buen
hacer” del trabajador).
La creciente
competitividad, el agobio por los objetivos de venta y la presión de su
jefe de sección (ella trabajaba en la carnicería) le llevaron a tomarse
15 días de baja por depresión (recuerda las taquicardias que padecía).
“Mientras estaba de baja en casa, me llamaba por teléfono el jefe
directo; me preguntaba cómo estás y cuándo vas a volver a trabajar”,
explica.
Más tarde empezó a
trabajar en un supermercado de Algemesí, también en la carnicería.
Entonces llegaron los dolores de espalda, con una dificultad añadida: la
enorme dificultad para obtener la baja en Mercadona. Hace diez años y
hoy. Según Toñi Marín, “se te ve como un terrorista que atentas contra
la empresa; es más, en las reuniones de tienda y en las de valoración de
resultados, se te considera una persona que genera problemas”. A pesar
de los dolores en la espalda, el facultativo de Mercadona no le concedía
la baja, sino a lo sumo “descansos”. Se sometió a tratamiento, pero la
cosa no mejoraba. Trabajaba y sufría “enganchones”. Finalmente, pasó por
el quirófano. Permaneció entonces cuatro meses de baja. Y no más,
porque, en plena rehabilitación postoperatoria, la mutua le comunicó que
debía volver a trabajar.
“A pesar de los dolores y
de que no estaba en condiciones”, recuerda (en ese periodo, además, le
tocó asistir –con un aparato adherido a la espalda- a los cursos de
“Calidad Total” de Mercadona). Volvió a la carnicería. “Cuanto me
estiraba hacia el mostrador para coger la pieza, sentía un dolor
insoportable; me seguía enganchando”. El médico de Mercadona le remitió a
la mutua. Le sometieron a corrientes, masajes y terapias contra el
dolor; le pincharon cortisona, le suministraron antiinflamatorios y
analgésicos. Todo ello, sin coger la baja. Y así, cuatro años laborando.
“Cuando no podía más, me daban un “descanso” de tres días”, señala.
¿Qué solución dispuso el médico de Mercadona? Que se le destinara la
perfumería, para que no tuviera que realizar dolorosos estiramientos.
Pero en la perfumería
Toñi Marín tenía que subir y bajar cajas, y ponerse de rodillas. Además,
hacía de “animadora de ventas” dentro de Mercadona. Aguantaba con
parches de morfina. Con fibromialgia, cuatro hernias cervicales y con
las cuatro lumbares operadas. ¿Cuál es la conclusión de 14 años en la
empresa? “Los Métodos, la calidad total…Juan Roig dice que se trata a
todo trabajador como le gustaría que a él se le tratara. Todo una gran
mentira”, subraya la extrabajadora.
2 comentarios:
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Llegará el tiempo de las cerezas. Y a los encargados, a los médicos de
empresa y de las mutuas, a los esquiroles y a al oligarca Juan Roig, se
les atragantarán.
http://www.youtube.com/watch?v=B8VQnDxY8Yw
Salud y ánimo a todos los proletarias y proletarias de Mercadona.
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Es real, la gente tiene miedo y no habla.
Aca en Miami un empleado de grocery recibe unos 150 dolares a la semana como part time y con eso no se puede vivir.
Aca esos negocios reclutan a cubanos que reciben por ser cubanos "ayuda economica suplementaria" y por ser cubanos el Medicaid, ademas de cupones de comida.
Y asi mientras el gobierno los subsidia a la gente no les importa.
El resto de inmigrantes no reciben nada.
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