Amnistía Internacional dice que el Estado no reconoce la existencia del problema.
España tiene muchos problemas de difícil
solución. Uno de ellos ni siquiera es reconocido como tal por las
autoridades del Estado y es “persistente”, aunque no sistemático,
denuncia Amnistía Internacional. Se trata de la tortura, una práctica
que esta organización ha vuelto a poner sobre la mesa por motivo de la
celebración del Día de los Derechos Humanos, este 10 de diciembre.
Según Amnistía Internacional, tres
décadas después de la aprobación del convenio de Naciones Unidas contra
la tortura, en toda España se da casuística en forma de maltratos a
manifestantes detenidos y de incomunicaciones durante trece días
aplicadas especialmente a los acusados de terrorismo.
Asimismo, las expulsiones ‘en caliente’ convierten a los inmigrantes en
víctimas potenciales de torturas en Marruecos.
Esteban Beltrán, director en España de
Amnistía Internacional, considera que “España no cumple con sus
obligaciones internacionales de investigar la tortura y hace que las
personas no sean víctimas de tortura”. Pero lo son y los culpables,
según el Código Penal vigente, pueden ver prescrito su delito. A las
víctimas de tortura, lamenta Beltrán, no las protege el mismo estatuto
que en los casos de violencia machista y terrorismo.
eltriangle
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