Vista del
astillero de Ferrol y las grúas de sus gradas, en las que de momento
sólo está el flotel para Pemex J. Meis
Este 2014 debería ser el de la firma de los contratos para el diseño del LHD de Turquía, la construcción de componentes para el parque eólico marino de Wikinger y la fabricación de un gasero de última generación para Gas Natural. Sin embargo, Navantia se asoma al final del ejercicio sin haber cerrado ninguno de estos importantes programas y con un balance salvado solo en el último momento por la firma del Buque de Acción Marítima (BAM) y el apresurado y sin cámaras corte de su primera chapa.
En enero de este año el comité intercentros de Navantia mantuvo una reunión con responsables de la compañía en la que se dibujaron las tres opciones más inmediatas de carga de trabajo para los astilleros. Todas ellas, para desesperación de los representantes sindicales en aquel momento, se resolverían en los dos o tres últimos meses de este 2014. Uno de ellos era el contrado con Turquía, un encargo que en Navantia se valoraba ya entonces como un hecho pese a que no estaba firmado el contrato. El 27 de diciembre de 2013 el Gobierno de Ankara anunció que sus astilleros Sedef, con el modelo del LHD español, habían sido seleccionados y que se abría un proceso de negociación para cerrar los detalles del acuerdo. El programa supone unas 800.000 horas de trabajo de ingeniería para los astilleros de la ría de Ferrol y unos ingresos para el grupo de 140 millones de euros.
Las negociaciones con el Gobierno turco comenzaron en febrero pasado y se estimaba que durarían entre cuatro y seis meses. Sin embargo, han transcurrido más de nueve y el encargo no se ha plasmado en papel.
Otra de las grandes expectativas de Navantia está en el sector de la eólica marina. La compañía espera firmar pronto con Iberdrola los contratos para el parque Wikinger, concretamente para la fabricación de la plataforma que sostiene la subestación en Puerto Real y de 29 jackets en el astillero de Fene. En el sur, tanto la eléctrica como la Junta de Andalucía hicieron oficial el anuncio ya en junio pasado, mientras que el encargo para la ría se sostuvo en el limbo hasta octubre pasado, cuando la SEPI y la propia Iberdrola confirmaron que existe también el preacuerdo para que la antigua Astano construya los jackets. Ambos contratos con Iberdrola suman unos 175 millones de euros y también estaban en la nómina de encargos que deberían firmarse antes de que termine este año.
El otro programa que habría de concretarse en 2014 es el “quinto” gasero, habitualmente llamado así pese a que será el primero para la compañía pública después de que las armadoras Knutsen y Elcano terminasen por confiar a astilleros asiáticos los cuatro anteriores. Según la información que facilitó el presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, durante una comparecencia en el Congreso a comienzos de octubre, el contrato debería haberse firmado a finales de noviembre y el astillero de Puerto Real, al que también le corresponderá esta obra, podría cortar chapa en enero o febrero. Igualmente el anuncio se retrasa.
"realidades"
En esa última comparecencia de Ramón Aguirre habló del próximo 2015 como del año de las “grandes realidades” para Navantia. Según citó, estas son el flotel de Pemex cuya construcción comenzó en mayo pasado en la ría; el citado gasero y los dos Buques de Acción Marítima que harán Ferrol y Cádiz. El astillero de Fene acogió el viernes el corte de chapa de este último barco, el mismo día en el que el presidente de la compañía, José Manuel Revuelta, firmaba la orden de ejecución en la sede del Ministerio de Defensa, en Madrid.
Así, se ha hecho realidad a final de 2014 el “buque gris” que anunció el ministro Cristóbal Montoro a mediados de febrero de este año, un compromiso que se concretó a las puertas de la campaña para las elecciones europeas en los dos BAM. Sumando este buque para la Armada Española y el flotel de Pemex los astilleros de la ría tienen dos encargos que suman 2,6 millones de horas de trabajo, cuando la capacidad de la factoría ferrolana se cifra en unos cuatro millones de horas.
Navantia entrará en 2015 con un importante nivel de subactividad y requerirá la firma de más contratos para equilibrar sus cuentas. De momento, los comités de empresa no se dan por satisfechos con las escasas realidades que se han concretado hasta ahora y después de cuatro años de movilizaciones tienen la intención de continuar. La próxima será este mismo jueves, día 11, cuando los trabajadores saldrán del astillero en manifestación por las calles de Ferrol.
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