CHINA A LA CONQUISTA DE LATINOAMÉRICA
A lo largo de las últimas décadas, las relaciones entre China y
América Latina han gozado de un intenso desarrollo y se han
caracterizado por unos vínculos económicos cada vez más estrechos.
Se estima que entre 2005 y 2014, Pekín otorgó créditos por 119.000
millones de dólares a toda la región latinoamericana y se prevé que esta
tendencia irá en aumento en los próximos años.
Esto lo confirma el hecho de que en los próximos años, China se
comprometió a invertir más de 50.000 millones de dólares en una serie
de grandes proyectos.
Más aún, a principios del año, Xi Jinping declaró que China se
preparaba para invertir en la región latinoamericana 250.000 millones de
dólares en los próximos 10 años.
A principios de septiembre de 2015, el Banco Central de China
anunció el establecimiento de un fondo de inversión de 10.000 millones
de dólares para la cooperación bilateral con la región latinoamericana
en ámbitos de alta tecnología, energía, minería y proyectos de
infraestructura.
Estas cifras ponen en evidencia que China está desplazando a EE.UU.
en Latinoamérica. Mientras que en 2014 las inversiones chinas en la
región experimentaron un aumento de un 71%, los prestamistas
estadounidenses, por el contrario, sufrieron un descenso de 20% desde
2011.
Los principales atractivos que encuentra China en la región no son
solo su riqueza natural y humana sino también el crecimiento y potencial
de desarrollo.
“La actual cooperación industrial entre China y América Latina llega en el momento preciso“, expresó el primer ministro chino Li Keqiang durante una visita a Chile en mayo, según informa ‘The New York Times’.
“China cuenta con capacidad de
fabricación de equipo y tecnología integrada a precios competitivos,
mientras que Latinoamérica tiene la demanda de expansión de
infraestructura y actualización industrial”, añadió.
Hasta ahora, los negocios chinos en la región estaban relacionados
con los sectores de la energía, la construcción de infraestructuras, la
agricultura, las manufacturas y la innovación tecnológica.
A continuación, se explican en mayor detalle los hitos, las
tendencias y los proyectos más importantes de la cooperación entre Pekín
y sus principales socios económicos de América Latina.
Venezuela
China, al ser un importante aliado tecnológico y petrolero de
Venezuela, representa una de las principales fuentes de financiación
externa de este país latinoamericano.
Desde el año 2007, Venezuela ha recibido 56.300 millones de dólares de
fondos chinos, lo cual equivale al 47% del total de la financiación
china en la región, según los datos de Diálogo Interamericano.
Entre los sectores de la industria que reciben el mayor
financiamiento están las exploraciones petroleras, la minería de oro y
el cobre. El sector público de Venezuela también se ha beneficiado de
las inversiones de China. Venezuela, por su parte, paga el préstamo del
país asiático con más de medio millón de barriles de crudo y derivados.
Entre los hitos clave de la cooperación chino-venezolana está, en
primer lugar, la creación, en 2007, del Fondo Mixto Chino-Venezolano que
precisamente ha hecho posible el financiamiento de más de 200 proyectos
de desarrollo, entre los cuales se incluyen el Satélite Simón Bolívar,
cinco líneas del Metro y vías férreas y terrestres, según describe
Telesur.
En 2010, se firmó un acuerdo para la explotación conjunta del bloque Junín 4 de la Faja Petrolífera del Orinoco a través de una empresa mixta.
Se trata una zona al norte del río Orinoco muy rica en petróleo pesado y extrapesado.
Su área geográfica es de 55.000 kilómetros cuadrados y está
distribuida entre los estados de Monagas, Anzoátegui y Guárico, informa
la página oficial de Petróleos de Venezuela. Se divide en cuatro zonas:
Boyacá, Junín, Ayacucho y Carabobo.
En 2013, se firmó otro acuerdo con la compañía China National
Petroleum Corporation (CNPC) que preveía la inversión de 28.000 millones
de dólares en un nuevo proyecto en la Faja Petrolífera del Orinoco.
A este acuerdo se le añadió otro por un total de 14.000 millones de
dólares anunciado con la petrolera estatal China Petroleum &
Chemical Corporation (Sinopec).
El mismo año se acordaron también convenios bilaterales en el sector
de la agricultura, el sector automotriz y en la seguridad ciudadana. Se
ratificó un acuerdo entre el Banco de Desarrollo Chino y el Banco de
Desarrollo Económico y Social venezolano (Bandes).
En cuanto al sector minero, se acordó la participación de China en
un yacimiento en el estado Bolívar y un crédito de 700 millones para
estos fines. Asimismo, se aseguró un financiamiento de casi 400 millones
de dólares para la construcción de una terminal marítima en Morón.
A principios de 2015, durante una visita de Maduro a China, se acordaron más proyectos de cooperación y financiación por más de 20.000 millones de
dólares en distintos ámbitos para garantizar el buen funcionamiento de
su economía en el contexto de la caída del precio del petróleo.
En abril, Nicolás Maduro anunciaba la llegada de 5.000 millones de
dólares como parte del financiamiento de China para el desarrollo del
país.
En septiembre pasado, el presidente venezolano Nicolás Maduro
declaró que China prestaría a Venezuela otros 5.000 millones de dólares
con el objetivo de impulsar la producción petrolera de manera progresiva
en este país latinoamericano.
Asimismo, el jefe de Estado destacó el incremento de suministros de
petróleo hacia el gigante asiático, que superaban ya los 700.000
barriles y tenían como objetivo un millón.
Perú
Las relaciones entre China y Perú en el ámbito del comercio e inversiones están concentradas principalmente en el sector minero.
En los últimos años, el cobre, el hierro, el oro y otros materiales
han constituido un 60 por ciento del total de las exportaciones
peruanas, según un informe de la Iniciativa de Gobernanza Económica
Global de la Universidad de Boston.
Aunque en la industria minera de Perú participan inversores de más de 30 países, China se ha convertido en líder en este ámbito.
En total, se estima que a las empresas chinas corresponde un 30% de
la cartera total de inversiones mineras del país. Asimismo, las
compañías chinas también tienen una importante presencia en el sector de
hidrocarburos y de la pesca comercial.
Las relaciones bilaterales entre China y Perú empezaron a
intensificarse a partir de 2004, cuando Perú otorgó el estatus de
economía de mercado a China, y en 2008, entraron en una nueva fase
cuando ambos países establecieron una “colaboración estratégica”, que
llevó a la firma del Tratado de Libre Comercio Perú-China en 2009.
Para 2011, China reemplazó a EE.UU. como el socio comercial principal de Perú.
El mismo año, fue creada la Asociación de Empresas Chinas, que para
2014 tenía ya 61 miembros y unas 120 empresas chinas estaban registradas
legalmente para operar en Perú, en sectores tales como la minería, la
energía, las telecomunicaciones, la maquinaria, la agricultura, la
construcción y el comercio.
Otro paso importante para las relaciones chino-peruanas fue en 2013,
cuando se firmaron 11 acuerdos bilaterales para optimizar el comercio y
reforzar la colaboración en la agricultura, la infraestructura, los
minerales y el desarrollo social.
En noviembre del mismo año fue autorizado para operar el primer banco chino, Industrial and Commercial Bank of China (ICBC).
China Fishery Group adquirió acciones en una importante empresa
pesquera peruana convirtiéndola en el mayor productor de pescado en el
mundo. CNPC anunció su adquisición de activos de Petrobras en Perú
dándoles a las empresas chinas alrededor del 40% de la producción de
hidrocarburos de Perú.
En diciembre, el presiente Humala inauguró el proyecto de cobre Toromocho, operado por Aluminum Corporation of China (Chinalco).
Durante 2014, dos empresas chinas ampliaron su presencia en Perú. Se
trata de China Minmetals Corporation, que adquirió la mina de cobre Las
Bambas a la compañía suiza Glencore por 7.005 millones de dólares, y
China National Petroleum Corporation (CNPC), que compró los activos de
la compañía brasileña Petrobras Energía Perú por 2.600 millones de
dólares, según un memorándum de CEPAL.
Brasil
En Octubre de 2010, la compañía China Petroleum & Chemical
Corporation (Sinopec) adquirió el 40% de la compañía española Repsol en
Brasil por 7.100 millones de dólares.
En 2011 Sinopec adquirió el 30% de la portuguesa GALP por 5.000 millones de dólares.
En mayo de 2015, China y Brasil firmaron 35 acuerdos de cooperación
en áreas como el transporte, la energía, la ciencia y la agricultura.
Dichos acuerdos forman parte de un paquete de inversiones de 50.000
millones de dólares e incluyen convenios para financiar proyectos de
Petrobras por 7.000 millones de dólares.
El proyecto estrella es el de la línea férrea que unirá el océano
Pacífico con el Atlántico, la Ferrovía Transcontinental Brasil-Perú. “Atravesará nuestro país de oeste a este, pasando por los Andes hasta llegar a los puertos peruanos”, comentó la presidenta Dilma Rousseff.
La Ferrovía Transcontinental Brasil-Perú
Uno de los proyectos más ambiciosos con la participación de China en
la región es el de la Ferrovía Transcontinental Brasil-Perú que
pretende unir la costa atlántica de Brasil hasta la costa del Pacífico
en Perú.
Pese a que actualmente el proyecto se encuentra en su fase inicial,
en mayo de 2015 Brasil, Perú y China acordaron comenzar los estudios de
su viabilidad.
“La construcción de la
interconexión ampliará aún más la conectividad de Sudamérica, entre los
países ribereños del Pacífico con Asia, fortaleciendo los contactos
comerciales de ambas partes, y contribuirá a impulsar el nuevo tipo de
industrialización del continente sudamericano“, afirmó el presidente peruano Ollanta Humala.
El costo del proyecto, según la estimación de la presidenta brasileña, es de aproximadamente 30.000 millones de dólares.
China ya se ha comprometido a garantizar la protección del medio
ambiente, puesto que las vías deberán atravesar la selva amazónica y los
Andes. Brasil, China y Perú “coinciden
en que el estudio conjunto de viabilidad no solo será favorable para
nuestro desarrollo conjunto, sino también para la protección del
medioambiente“, aseguró el primer ministro Li Keqiang.
Pese a que de este proyecto se ha hablado durante muchos años, el
interés hacia el mismo ha crecido durante el gobierno de Humala.
“Antes, el mayor volumen del
comercio mundial estaba en el Atlántico, pero esa situación empezó a
cambiar con el crecimiento de las economías asiáticas. Hoy el 60% del
comercio mundial ha pasado al Pacífico. China además crece año a año y
necesita productos de la región“, cita ‘La República’ a Miguel Vega Alvear, presidente de la Cámara Binacional de Comercio e Integración Perú-Brasil.
Mientras que para Perú y Brasil el proyecto resultaría beneficioso
debido a una mayor interconexión y el intercambio comercial, China a su
vez podría ampliar su presencia en la región.
En caso de que el proyecto se haga realidad, el ferrocarril se
extenderá a lo largo de más de 4.000 kilómetros, atravesará la selva
amazónica y cruzará la cordillera de los Andes a través del Abra de
Porculla, después de lo cual bajará a la costa para llegar a los puertos
de Bayovar y Paita, en Piura, en el Pacífico.
“Si este tren binacional se hiciera realidad sería un paso importante en la interconexión ferroviaria peruana“, comentó Vega Alvear.
En cuanto al posible impacto medioambiental, Vega Alvear afirmó que “el
ferrocarril reduce los problemas medioambientales de una carretera,
porque tiene paradas establecidas y no se detendría en cualquier parte
como los vehículos”.
Nicaragua
El Canal de Nicaragua es el proyecto de una ruta interoceánica
alternativa al famoso Canal de Panamá que, según se prevé, cruzará el
territorio de Nicaragua de este a oeste uniendo el océano Pacífico con
el Atlántico.
La longitud de la ruta será de 278 kilómetros y su profundidad, de
entre 26 y 30 metros, con un ancho que variará entre los 230 y los 520
metros.
Será casi el doble de profundo y ancho que el de Panamá y tres veces
más largo. Se estima que el costo total del proyecto es de 50.000
millones de dólares.
En comparación con el Canal de Panamá, una de las principales
ventajas de esta infraestructura será la posibilidad de atender buques
de mayor tonelaje.
La concesión para la construcción del Gran Canal de Nicaragua fue
otorgada al consorcio chino HKND Group (Hong Kong Nicaraguan Canal
Development Investment Group) en junio de 2013.
Además de la excavación del canal, la compañía tiene previsto
construir carreteras, dos puertos, un lago artificial, un aeropuerto, un
complejo turístico y una zona de libre comercio, así como fábricas de
acero y de cemento.
El inicio del megaproyecto fue inaugurado el 22 de diciembre de
2014. Se prevé que las obras finalicen en 2019 y que entre en servicio
en 2020.
Además de los obvios beneficios económicos provenientes del propio
canal, los numerosos proyectos complementarios podrían convertir a
Nicaragua en un núcleo comercial para toda la región.
El octubre pasado, los estudios de impacto medioambiental ordenados
por HKND Group, determinaron que la construcción del proyecto es
posible.
“Se han realizado algunas
optimizaciones con mayor costo para el proyecto, (para) evitar (y)
reducir impactos ambientales y sociales, y minimizar los riesgos”, anunció el asesor jefe del proyecto, Bill Wild.
Argentina
Argentina es otro país que goza de una estrecha colaboración
económica con China. En Argentina, la compañía china Cnooc (China
National Offshore Oil Corporation) ha llegado a ser la segunda petrolera
después de la YPF tras una serie de importantes adquisiciones parciales
de distintas empresas.
En 2010, Cnooc compró el 50% de la petrolera Bridas por 3.100
millones de dólares. A continuación, este mismo año, Bridas adquirió el
60% de Pan American Energy por 7.000 millones de dólares.
En febrero de 2011, Pan American Energy compró el 100% de los activos de Esso Argentina por más de 800 millones de dólares.
Últimamente, Argentina y China firmaron un gran número de acuerdos de inversión y financiamiento.
En julio de 2014, en el marco de la visita de Xi Jinping a la
Argentina, ambos gobiernos firmaron un acuerdo integrado por 17 acuerdos
de diferentes ámbitos, cinco de los cuales son de carácter económico.
Entre ellos están el financiamiento de 4.700 millones de dólares destinado para el proyecto de las represasKirchner y Cepernic de Santa Cruz,
que empezó a negociarse en 2010, la adquisición de buques y dragas
chinas por 423 millones de dólares, el financiamiento de obras en el
ferrocarril Belgrano cargas por 2.099 millones de dólares, el proyecto
de riego en Entre Ríos por 430 millones de dólares y el financiamiento
para la construcción de la central nuclear Atucha III.
Dichas represas, que se ubican en la provincia de Santa Cruz,
representan la mayor inversión de China no solo en este país
sudamericano, sino en todo el mundo, según afirmó en agosto pasado el
gerente de la empresa constructora Electroingeniería, Mariano Musso.
El empresario comentó que se prevé que la inversión china, cuya
financiación se planea para los próximos quince años, superará los 4.000
millones de dólares.
El empresario también destacó que las obras proporcionarán unos
6.000 puestos de trabajo para los ciudadanos argentinos y de 10.000 a
12.000 empleos indirectos, mientras que 150 trabajadores chinos formarán
parte del proyecto.
De acuerdo con el directivo, “este
es el contrato emblema de la asociación estratégica integral entre
Argentina y la República Popular China, se completará en cinco años y
medio y aportará entre 3% y 5% de energía al parque eléctrico nacional y
15% al que proviene de la hidroelectricidad“.
En septiembre del mismo año, Argentina y China acordaron un convenio para la construcción de Atucha III,
una cuarta central nuclear de 88 megavatios, en la localidad de Lima.
Según el convenio, China tenía que proporcionar equipos y servicios y un
financiamiento de 3.800 millones de dólares.
En diciembre de 2014, el Senado aprobó el Acuerdo de Cooperación
entre Argentina y China sobre la Construcción, el Establecimiento y la
Operación de una Estación de Espacio Lejano de China, en la Provincia de
Neuquén, en el marco del Programa Chino de Exploración de la Luna.
Según el acuerdo, que se firmó entre la Comisión Nacional de
Actividades Especiales (CONAE) y la China Satellite Launch and Tracking
Control General (CLTC) y cuya duración es de 50 años, la provincia de
Neuquén cedería su terreno y la CONAE se beneficiaría con una
utilización mínima del 10% para usar la antena en el desarrollo de
proyectos propios, informa ‘Clarín’.
En febrero de 2015, durante la visita de la presidenta Fernández de
Kirchner a China, se acordó la creación de una Asociación Estratégica
Integral entre ambos países y se firmaron 15 acuerdos que abarcan
distintas áreas.
Algunos de estos convenios se refieren a ventas o inversiones chinas
en Argentina con financiamiento procedente de organismos y bancos
chinos.
El 15 de noviembre de 2015, las delegaciones de China y de Argentina firmaron, en el marco de la Cumbre del G20, un “acuerdo histórico” para la construcción de dos nuevas plantas nucleares en el país sudamericano.
“Entre ambos acuerdos estamos hablando de financiamiento para obras por una cifra cercana a los 15.000 millones de dólares“, afirmó el ministro de Economía argentino, Axel Kiciloff.
Se informa que un 85% de estos 15.000 millones de dólares serán proporcionados por Pekín.
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