martes, 17 de noviembre de 2015

Devoción y opresión


Se logro imponer el cristianismo como la unica religion verdadera a sangre y fuego, eso costo millones
de vidas durante el medioevo y asi fue hasta el renacimiento en el siglo XX de la religion judia que hace
pasar a segundo lugar la religion cristiana y ahora el mundo esta todavia peor.

Las otras religiones, bueno hasta la ONU lo dice hay libertad de religion, pero son religiones secundarias
que debian someterse a la religion cristiana antes y ahora a la religion judia.

Y al que se rebele con ese estado de cosas pues sencillamente para eso esta la OTAN de gendarme.

1 comentario:

  1. El régimen del 78 muta, se cierra sobre una versión muy estrecha y castiza de España que deja fuera una parte imprescindible de su realidad actual y tal vez su principal activo, su diversidad cultural. Eso solo puede alimentar un resentimiento en Cataluña y en otros pueblos y naciones que, sin posibilidad de cauces institucionales para expresarlo, podrían dar lugar a fenómenos regresivos de alcances insospechados.

    Democracia es, antes que nada, la posibilidad de autoinstituir el destino colectivo, empezando por la decisión de formar ó no parte de ámbitos de convivencia más amplios ó de compartirlos. Se trata de un principio tan esencial que no ha sido recogido como tal en las Constituciones clásicas pero, hay que reiterarlo, constituye la esencia de la democracia. La casa que compartimos es un hogar si lo hacemos por nuestra voluntad y una cárcel si nos vemos obligados a ello. Defender la visión de España como hogar de los pueblos, postular una fórmula de integración que respetando las singularidades de cada uno, haga posible la reanudación de una historia común. No hay otra forma de pensar España desde la democracia, la tolerancia y el respeto a la diversidad.

    Todas las fuerzas políticas, organizaciones sindicales y patronales, agrupaciones ciudadanas diversas, etc debieran participar en una iniciativa de diálogo para definir una senda histórica, un proyecto de convivencia sobre el que levantar un ordenamiento jurídico político renovado y adecuado a las necesidades y las asp¡raciones de las sociedades de nuestro tiempo. Es ese el único espacio en el que pueden ser abordados los problemas de convivencia entre las personas y los pueblos. No es posible concebir y aplicar soluciones que pasen por asfixiar las aspiraciones de una parte de la sociedad catalana a tener mayor protagonismo en la gestión de sus asuntos públicos, es incompatible con los principios de la democracia y no podrá durar.

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