Portada del folleto informativo de 2012. |
(Extractos
del folleto de 2012)
(El
objeto de este trabajo) es dar a conocer la situación del
Colectivo
de presos políticos del PCE(r) y de los GRAPO y ante
todo
denunciar la dramática situación que sufren los que están
gravemente
enfermos.
Las
décadas de condena que la mayoría de ellos llevan a
sus
espaldas, más las condiciones extremas a las que son sometidos,
colocan al borde de la muerte a estos revolucionarios.
La
lista de presos políticos que han contraído enfermedades
en
prisión, o que han muerto como consecuencia de ellas, es
muy
extensa y no viene de ahora. Miles de presos políticos,
como
el líder obrero José Díaz contrajeron enfermedades en
prisión
que les llevaron posteriormente a la muerte; otros como
Joan
Comorera o el prolífico poeta y escritor comunista Miguel Hernández,
murieron víctimas de enfermedades como la
tuberculosis
o la pulmonía en las frías e insalubres mazmorras
de
la dictadura franquista por luchar por la libertad.
Hoy
sucede algo muy similar. Debido a la tortura sufrida durante su
detención, a la desatención sanitaria, a las precarias
condiciones
en prisión, a una deficiente alimentación y a las
largas
huelgas de hambre que han llevado a cabo, los presos
políticos
son más propensos a contraer enfermedades graves.
Bajo
la excusa de la “seguridad”, tienen que esperar durante
meses
para salir a los hospitales y ser reconocidos y atendidos por
especialistas. Una vez que se consigue su traslado a
un
hospital, la Guardia Civil pretende estar presente en el momento de
las exploraciones médicas, lo que en muchas ocasiones hace imposible
que éstas se lleven a cabo, especialmente cuando se trata de
mujeres. Por otro lado, cualquier profesional puede negarse a
realizar dichos exámenes, al sentirse coaccionado e intimidado por
la presencia de los agentes apuntándoles con sus armas.
Precisamente
fue en el mes de diciembre de 2010 cuando
el
Colectivo de Presos llevó a cabo una protesta para, entre
otras
reivindicaciones, exigir la puesta en libertad de los presos
enfermos.
Dicha protesta consistió en dos días de ayuno a
la
semana para denunciar los tratos vejatorios y humillantes,
como
los cacheos con violencia que realizó el Estado fascista
español
a manos de su cuerpo especializado de Instituciones
Penitenciarias,
perteneciente al Ministerio del Interior, sobre
determinados
presos cuando estos querían comunicar con sus
familiares
y allegados; contra el duro régimen de aislamiento y
la
dispersión al que son sometidos (en muchos casos a miles
de
kilómetros de su entorno familiar), donde además se les retienen
prensa, libros o cartas de familiares y solidarios con el
único
objetivo de impedirles la comunicación con el exterior, o
al
menos hacérselo más difícil. Pero sobre todo para denunciar
que
este Estado criminal, sin escrúpulos, desatiende a los presos
enfermos y deja que las enfermedades provocadas por las
condiciones
descritas terminen minando la resistencia de los
prisioneros,
dejándoles morir.
Es
imprescindible destacar, para impedir por todos los medios que vuelva
a suceder, que en julio de 2010 fallecieron los
ex-presos
políticos Enrique Álvarez Abalde e Iñaki Kuadra
Etxeandia,
militantes del PCE(r) y de los GRAPO respectivamente, tras haber sido
excarcelados por padecer enfermedades graves e incurables contraídas
en prisión. Años antes, en 2001 falleció José Mª Sánchez Casas,
poco después de haber sido liberado y cuando se encontraba a la
espera de un trasplante de corazón. Tampoco podemos olvidar la
muerte, en 2009 en la prisión de Fontcalent de José Ortín
Martínez, quien padecía una enfermedad cardiaca que por supuesto no
había sido detectada, a pesar de los síntomas evidentes que
presentaba.
No
podemos dejar que sigan asesinándoles lentamente, de
forma
encubierta , y que luego lo presenten como una muerte
“natural”.
¡No
vamos a consentir
una
sola muerte más en prisión!
¡Libertad
inmediata para
los
presos políticos enfermos!
Los dibujos de Sánchez Casas narraron perfectamente el ambiente en las prisiones. "Nueva imagen del |
De
cómo los médicos, en las prisiones,
en
lugar de salud y vida,
procuran
darnos enfermedad y muerte... “
Guerra
sucia contra la vida y salud de los Presos Políticos
Las
técnicas de guerra sucia que, Instituciones Penitenciarias,
viene
utilizando contra los presos políticos desde siempre, se han vuelto
más sutiles y silenciosas en los últimos años de la “democracia”
bobónica. “Todo vale para rendir y exterminar a los terroristas”,
es la consigna que imparten los jerarcas fascistas desde las cloacas
de su Estado Mayor. Y a esto dicen amén todos los partidos
institucionales mantenidos por la oligarquía financiera.
Con
esta “licencia para matar”, los carceleros, con o sin uniforme,
se prestan sumisos al machaque físico y psíquico de los
revolucionarios y de los presos sociales más rebeldes. Las torturas,
los malos tratos, las humillaciones, las vejaciones y los atropellos
leGALes, que se cometen en galerías y módulos, amparados en la
impunidad que les otorgan “sus señorías”, se han convertido en
la “pedagogía educacional” de la política de “reinserción”.
En
este reparto de funciones de “pacificación de terroristas”,
los
médicos-carceleros se están situando en la avanzadilla de las
técnicas
de presión y chantaje de ese engranaje de guerra sucia.
Estos
médicos, junto a enfermeros y demás personal sanitario dependientes
del Ministerio del Interior, son los que con su participación activa
la mayoría de las veces, y con su silencio cómplice otras, están
colaborando y participando en el “lento” aniquilamiento de los
presos, minando su salud con la desatención y desidia sanitaria más
canalla.
De
esta forma, para los presos, tanto políticos como sociales,
la
práctica mayoría de las consultas y enfermerías de las prisiones,
no son más que la prolongación de celulares y aislamientos donde la
atención que se recibe es rutinaria y superficial, limitándose
estos médicos-carceleros a recetar los escasos medicamentos de que
disponen los botiquines, la mayoría de ellos de pésima calidad y
nula efectividad.
Cuando
la gravedad de la enfermedad del preso es irreversible y urgente, le
autorizan la salida al hospital, pero sólo después de tener que
sufrir un calvario de trabas e impedimentos, como retrasos
intencionados, cacheos vejatorios, provocaciones
de
carceleros y otras condiciones indignas para cualquier persona.
Por
si esto fuera poco, si padece alguna enfermedad de huesos,
cervicales,
etc., las conducciones inhumanas de los traslados en
los
vehículos de la guardia civil, en celdillas de 1,5 m. por 1 m.,
donde
apenas puedes moverte ni respirar, acaban por agravar la
enfermedad
o dolencia que padecen.
Con
este panorama “sanitario” son numerosos los presos políticos y
sociales que han sido asesinados por la negligencia consciente de los
equipos médicos de las prisiones, que no hacen nada para impedirlo.
Muy al contrario, éste es el criminal método de castigo añadido
con que escarmentar y someter a los presos.
¡Nada
ha cambiado en las cárceles! La estrategia de aniquilamiento de los
presos políticos no sólo persiste sino que se ha incrementado. Sólo
que ahora han conseguido acallar el escándalo que supone el que
salgan a la luz las perrerías de sus “democráticos y tolerantes”
guardianes. Para ello, cuentan con la inestimable colaboración de
los periodistas-policías.
Ahora,
la destrucción física y psíquica de los prisioneros
revolucionarios sigue cursos más sibilinos y maquiavélicos. Para
esa tarea “limpia” de exterminio, como en tiempos no lejanos de
los nazis en los campos de concentración, los médicos-carceleros se
encargan de que sean “los virus”, “las bacterias”, “los
hongos”, “los gérmenes”... los que realicen el trabajo sucio
(a modo de GAL bacteriológico) y procuren una muerte segura a
cientos de presos políticos y a otros presos rebeldes que se les
enfrentan. ¡No podemos consentir que continúe esta sangría!
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Suspendida
la operación a Arantza Díaz
Solo
tenemos noticias que la operación que ayer lunes día 23 de
noviembre tenían que hacer a Arantza para repararle el intestino se
ha suspendido, y ayer mismo a la tarde parece que la devolvieron a
prisión.
Según
las noticias que teníamos, parece ser que estaba la segunda en la
lista de operaciones y que se iba a realizar como a eso de las 11 de
la mañana. A media mañana una enfermera informó que como mínimo
la operarían a partir de las 13 horas. A las 14.24 h. recibimos un
mensaje diciendo que la operación se había suspendido y que esa
misma tarde la volvían a prisión. No tenemos más noticias.
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