Los lobos ponen bombas y los pastores cierran las fronteras; los lobos amenazan la democracia y los pastores limitan derechos; los lobos amenazan las libertades y los pastores las recortan. Ante los atentados de unos, responden los bombardeos de otros; frente a los bocados del lobo, el matadero de los pastores.
Todo ello, de gran actualidad tras los últimos atentados del Estado
Islámico y los bombardeos de Rusia, Francia o Estados Unidos, además de
el aumento del control y de la represión en ciernes, nos recuerda al
poema/canción de El Cabrero, sobre los lobos, los pastores y el rebaño
(aunque en él disimule y diga "que no estoy hablando de hombres sólo de
lobos y ovejas").
EL PASTOR Y EL LOBO
Observando una manada
Recordé aquella sentencia:
Cuídate de tu guardián
No hagas como las ovejas
Porque el lobo y el pastor
Se disputan su pellejo
Pero ellas no se preguntan
cuál de los dos es más fiero
Si el lobo, que según dicen,
tiene los dientes de acero
y las caza en el redil
en el llano y en el cerro
O ese pastor que las guarda
con ayuda de los perros,
las protege, las engorda,
y hasta les cuenta algún cuento:
El de los lobos feroces
el de los pastores buenos
pa que se duerman a gusto
como los niños de pecho
Y ellas, se sienten seguras...
Tienen agua, sombra y pienso
Del matarife se enteran
cuando no tiene remedio
Y, aunque las maten, no gritan
Quiero decir, no berrean
Que no estoy hablando de hombres
sólo de lobos y ovejas.
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