Ahora, después de su voto común de hoy (similar, por otra parte, a tantos otros casos sangrantes como los intentos de regulación de la dación de pago, de parar los desahucios, de condenar el franquismo o de dejar de obedecer las órdenes de la Unión Europea), ya sabemos que tanto Partido Popular como Partido Socialista Obrero Español siguen estando por la continuidad del régimen diseñado, atado y bien atado por el franquismo.
Existía una pequeña oportunidad de que, al menos los socialdemócratas, se desvincularan de la monarquía y lo que esta representa, ahora que ya no tenían la excusa del famoso "ruido de sables" de la transición. Sin embargo, sin una fisura, incluyendo a los "jóvenes" que dicen representar el futuro de los socialdemocratas, como el tal Madina, han votado por aprobar la ley de abdicación y por que el siguiente de la dinastía instaurada por el sanguinario y criminal Francisco Franco ocupe el puesto de jefe de estado por encima y a pesar de los españoles.
Ha quedado bastante claro que es lo que defienden estas dos mafias, por si todavía, después de cuatro décadas de desmanes compartidos, no lo estaba. Tan solo queda recordarlo en las próximas elecciones y votar, los que voten, con sus sucios nombres bien presentes en la memoria: los dos partidos del bipartidismo orgánico han votado la continuidad de los restos malolientes del franquismo, y no parecen estar dispuestos, de momento, a sanearse.
Ya veremos que pasa cuando sientan como continúa su caída libre electoral y cuando, seguramente, los oportunistas del P$OE se empiecen a revolver en sus escaños y puestos bienpagados viendo que han perdido la oportunidad de subirse al tren del cambio (el verdadero, no aquel que el mafioso Felipe González utilizara como anzuelo para engañar a los trabajadores y que luego, pues ambos partidos son sustituibles cuando se trata de estafar al pueblo, utilizó también Mariano Rajoy) . Entonces, en ese momento, habrá que tirar de memoria y hemeroteca y recordar muy bien los nombres y apellidos de los que han optado por el régimen del pasado y lo que en realidad representan: el inmovilismo, la continuidad de nuestro hediondo y criminal pasado de España, el mercenarismo de aquellos capaces de vender cualquier principio a cambio de privilegios, altos cargos y la oportunidad de seguir viviendo sin dar palo al agua a costa del dinero de todo.
El gran pacto PP-P$OE de la votación de hoy anticipa, quizás, el que intentarán llevar a cabo estas dos peligrosos grupos criminales como refugio de garrapatas ante la llegada de los tiempos de la desinfección general (lo que se suele llamar, el gran pacto de estado entre ambos partidos idénticos). Ambos, sin embargo, tienen las horas contadas, pues en vez de acercarse a un pueblo cada vez más distante y consciente de quienes son realmente la gentuza que forma parte de ambas organizaciones, han optado por separarse todavía más. Su suerte, al menos la electoral, está echada.
En la mañana del día 11 de junio de 2014, el Congreso de
los Diputados español ha aprobado la ley de abdicación de forma exprés
para evitar cualquier acción contra la monarquía por la vía legal
actual. Está previsto que el 19 de junio Felipe VI sea coronado como
rey, rompiendo totalmente con los valores democráticos e imponiendo de
nuevo junto a la oligarquía política un status que ya se impuso anteriormente.
Un total de 336 votos han sido emitidos; 299 a favor de la ley, 19 no y 23 se han abstenido.
Que no busquen ahora los partidos mayoritarios proclamarse en voz del
pueblo, y menos aún los pequeños escuderos como UPyD o UPN, pues sería
una nueva falacia política hablar de la opinión general del pueblo
español, cuando ha sido tomado por inmaduro, infantil y estúpido
privándole de votar y decidir el modelo de Estado que quiere.
Del
PP no cabía esperar nada nuevo, pero el PSOE ha vuelto a retratarse, ha
vuelto a demostrar lo que es, ha vuelto a ser lo que es. En las grandes
citas siempre aparece de la mano junto al Partido Popular, como ya lo
hicieron para superponer la deuda a las necesidades de la población.
El
análisis de las declaraciones de los grupos políticos ha dejado algunas
perlas dignas de tratar, recorriendo un amplio espectro desde la más
pura ignorancia, hipocresía o simplemente semejantes a un monólogo del
Club de la Comedia.
Rubalcaba ha indicado:
“Los
socialistas seguimos sin ocultar nuestra preferencia republicana, pero
nos seguimos sintiendo compatibles con la monarquía parlamentaria”
Es
de risa, de pura risa, el humor por el humor, pero el problema es que
lo ha dicho en serio. Sin desmerecer a los vegetarianos, el PSOE es como
un vegetariano que come carne. Quiere aparentar ser, pero a su vez
entrar en la zona VIP. Con sus palabras y actitud, Rubalcaba ha
conseguido que su partido vote Sí, incluido Madina (que hablaba tanto de
las bases). Tan solo Odón Elorza se ha abstenido ante la actitud de su
partido, mientras que otro diputado socialista se ha negado a asistir a
la votación.
También ha indicado “Tiene que hacerla porque así lo establece la Constitución“.
La Constitución también indica el derecho al trabajo y a una vivienda
digna, y sin embargo no han movido un dedo por ello. Además su
contradicción choca mismamente con el texto constituyente:
Artículo 92: 1. Las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.
Ese podrán debería ser signo de deber y no de posibilidad, pues niegan
la decisión del pueblo y afirman la superposición de las posiciones
políticas mayoritarias.
El PSOE está abogando por su autodestrucción.
Mientras
tanto Rajoy se ha mantenido dentro de su línea, no ha sorprendido a
nadie excepto por intentar realizar una comparación con la España de
1939 para justificar la ley, a la vez que su discurso parecía
propiamente elaborado por asesores de la Casa del Rey: “Ésta es la
materia que nos ocupa y ésta es nuestra responsabilidad, la forma
política de Estado no está en el orden del día. España es una monarquía
parlamentaria porque así lo quieren los españoles porque ven en la
monarquía el mejor símbolo de la unidad y permanencia del Estado y
garantiza la convivencia en paz”.
El
PP mantiene su posición palaciega, mientras que el PSOE intenta no
salirse de ella para quedarse junto al primero, evitando un descalabro
interno favorable a lo que la lógica le intenta empujar. Aun así han
demostrado lo que son y lo que les ocurre: el PSOE es un barco amarrado
en un fuerte oleaje del cual no es consciente.
Por
su parte Amaiur o ERC han destacado que la solución no es más de lo
mismo o que cambiar una corona no solucionará los problemas, resaltando
que caminamos hacia atrás. El PNV se ha mostrado algo crítico, pero su
actitud conservadora les hace enarbolar frases como “El rey debe ganarse
el trono”, una frase que recuerda a feudalismo (“gánese el monarca el favor de la oligarquía vasca”).
IU
se ha mostrado crítico, mostrando escarapelas con los colores
republicanos y con demandas en referencia al referéndum. Lara ha
indicado que el PP y el PSOE han realizado una maniobra palaciega que
tarde o temprano pagarán.
Estas
son algunas de las posiciones parlamentarias y su opinión, pero ¿la voz
y opinión del pueblo donde queda? El castillo de naipes ha perdido
algunas cartas, pero sigue siendo un castillo, una Bastilla que aún
mantiene sus posiciones, un Palacio de Invierno que continúa sin
asaltarse.
Han
robado y negado la capacidad democrática, por lo tanto ellos son la
raíz que niega la democracia, apuñalando lo poco que quedaba de ella.
Carlos Albalate Sánchez
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