Álvaro MILLÁN
Para algunos analistas esta austeridad laica y civil sería la fórmula con que la monarquía pretende congraciarse con la sociedad y recuperar la popularidad de otros tiempos. El problema es que a los monárquicos no les gusta una monarquía «cercana al pueblo» y los republicamos abominan de cualquier monarquía se acerque a quien se acerque, con lo que esta operación amenaza con no complacer a nadie.
Y justo en medio de este debate aparece el director general de la policía y nos advierte de una «amenaza anarquista». Efectivamente, Ignacio Cosidó, que así se llama el director general, lo ha dejado muy claro: «el terrorismo anarquista se ha implantado en España», ha dicho. Y como muestra de esa implantación nos recuerda el atentado perpetrado en la Basílica del Pilar en octubre de 2013. No sé si alguien recordará el acontecimiento, porque no es que dejara paralizado de terror al país ni causara el hundimiento de la Bolsa ni nada por el estilo. El hecho fue que una humilde bombona de camping gas rellena de pólvora hizo astillas un par de bancos del templo. Desde entonces –han pasado casi dos años– no hemos tenido noticias de estos peligrosos anarquistas, no sabemos nada de ellos, salvo que sus conocimientos tecnológicos no son precisamente de última generación y que tampoco tienen muchas ganas de trabajar.
¿No se le pudo ocurrir al director general Cosidó nada más verosímil para meter miedo en el cuerpo a las gentes de orden? Ya que, a lo que parece, carece de miedo al ridículo, podría haber recurrido a un GRAPO resucitado, a una ETA aburrida de la «tregua» o, puestos a imaginar, a un Godzilla con tendencias republicanas. Pero, una vez aclarado que los ideólogos del Régimen no están en su mejor momento creativo, hay que preguntarse a qué viene ahora sacar a pasear el fantasma de Mateo Morral. ¿Intentan justificar la sobriedad de la ceremonia de coronación por el peligro de un atentado y así acallar las protestas de los ultramonárquicos? ¿O acaso creen que la idea de que los Borbones estén amenazados por bombonas de camping gas despertará la simpatía del populacho hacia la casa real?
Mateo Morral
Cuando ya nadie espera la tantas veces anunciada «recuperación económica», no queda otra baza que jugar que el miedo a un caos que nos amenaza y ante el cual no hay otra opción que confiar en este Sistema que, a falta de otra cosa, al menos nos proporciona estabilidad, una estabilidad con paro, desahucios, desnutrición infantil, sin servicios públicos, sin derechos sociales ni perspectivas de futuro, pero estabilidad al fin y al cabo. Seguramente la estabilidad será la justificación y el reclamo de esa gran coalición PPSOE que ya están anunciando Zapatero y Felipe González. Una estabilidad que nos permitirá morir tranquilos, puede que de hambre y en la calle, pero sin sobresaltos.
¿Se les habrá ocurrido pensar a algunos qué demonios puede importarle la estabilidad a un parado sin esperanza de conseguir empleo, a un desahuciado que debe pagar el piso que ya no tiene o a unos padres que envían a su hijo al colegio en vacaciones para que pueda comer?
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