Brasil. Que la FIFA se coma las hamburguesas
Niña con la ropa del sponsor McDonald’s en la Copa Confederaciones
Sindicatos brasileños le pidieron
por carta al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, que excluya a
McDonald’s como patrocinador del Mundial. La acusan de explotar
trabajadores. Hasta ahora, la entidad no se pronunció sobre la solicitud
que le hicieron.
La organización del Mundial de Fútbol sacude conciencias y abre debates en Brasil
con la fuerza de una motosierra. El ruido ya se siente fronteras afuera
y esta vez porque varios sindicatos le enviaron a la FIFA una carta
abierta para que excluya a McDonald’s de la lista de patrocinadores del
torneo. Acusan a la empresa de comida rápida “por la escasa salubridad
de muchos de los alimentos de su menú, como también por explotar,
maltratar y discriminar a sus trabajadores y trabajadoras”. La denuncia
se conoció cuando en el país continúa la discusión sobre las condiciones
laborales que regirán en el país entre el 12 de junio y el 13 de julio,
mientras dure la Copa. El gobierno predica, basado en un slogan
futbolero: “Trabajo decente, el mejor gol de Brasil”.
Es tal la preocupación por el tema, que
la Secretaría General de la Presidencia realizó el martes pasado un
seminario llamado Compromiso para perfeccionar las condiciones de
trabajo durante el Mundial. Lo dejó inaugurado Gilberto Carvalho, el
ministro jefe del gobierno de Dilma Rousseff. Dijo que el torneo “está
ayudando a la economía y a la generación de empleos”, y señaló una
inquietud: “No queremos trabajadores sin registración y en la
informalidad, así como no queremos a nuestros niños y adolescentes
explotados sexualmente”.
La Confederación de Trabajadores de
Turismo y Hospitalidad (Contratuh), la Unión Internacional de
Trabajadores de la Alimentación y Agricultura (Uita), la Nueva Central
Sindical de Trabajadores (NCST), el Movimiento de Justicia y Derechos
Humanos (MJDH), la Asociación Latinoamericana de Abogados (ALAL) y el
Centro Humanitario de Apoyo a la Mujer (Chame) son las organizaciones
que firmaron la carta abierta enviada a Joseph Blatter, que se titula
“FIFA patrocinada con trabajo indecente”.
En Brasil, la cadena de fast food tiene entre 40 y 42 mil trabajadores contratados por su operador, Arcos Dorados. Es el mayor de América latina
y la franquicia más importante de la marca en el mundo. También está
presente en la Argentina con alrededor de 12 mil empleados.
En la carta, los denunciantes expresan
su “repudio por la elección de McDonald’s como patrocinador oficial de
la Copa del Mundo FIFA Brasil 2014” y
requieren “la exclusión de la referida empresa del rol de patrocinador
de la Copa del Mundo, en virtud de sus prácticas contrarias al Código de
Etica y a los diversos textos enunciados por esta Federación”. O sea,
ponen en contradicción a la multinacional del fútbol porque cuestionan a
la cadena apoyándose en las normas de la FIFA.
Les recuerdan a Blatter y su comité
ejecutivo que deben asumir “la gran responsabilidad de velar por la
integridad y por la reputación del fútbol en el mundo entero”. También
que, para proteger su imagen, tienen que evitar “conductas y prácticas
ilegales, inmorales o contrarias a los principios éticos reguladores y
que podrían mancharla o perjudicarla”. Les echan en cara a los
dirigentes del fútbol mundial que “lo dice el Código de Etica de la
FIFA”.
Traducida al inglés, español y francés,
la carta fue enviada a la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
al Ministerio de Trabajo brasileño y a
Amnistía Internacional. McDonald’s ya tiene antecedentes en el país de
prácticas antisindicales. Tuvo que pagar 7,5 millones de reales (unos
3,4 millones de dólares) en el estado de Pernambuco “por daños morales
colectivos a los trabajadores brasileños” cuando fue condenada por la Justicia laboral.
En Curitiba, el Ministerio Público de
Trabajo del Estado de Paraná le pidió en marzo pasado a la Justicia que
condene a Arcos Dorados a pagar 10 millones de reales por contratar
menores de edad en “actividades con riesgo para la salud”. Esa práctica
viola la Constitución Federal. La acción judicial contra la operadora de
la cadena la presentó en septiembre de 2013 la procuradora regional de
Trabajo, Margaret Matos de Carvalho.
Gerardo Iglesias, el presidente de la
UITA, justificó que su gremio firmara la carta porque “la discriminación
sindical es emblemática. La FIFA habla de discriminación racial y
McDonald’s hace discriminación sindical. Hubo manifestaciones en más de
cuarenta ciudades del mundo en mayo de este año con trabajadores
denunciando la precariedad laboral, los bajos salarios y una falta de
red de negociación política”.
La empresa fue acusada judicialmente de
contratar menores de 14 años en el estado de Paraná, y ponerlos a
trabajar “junto al fuego, con la grasa y en contacto con productos
químicos”, según publicaron varios medios brasileños.
En su respuesta a la carta enviada a
Blatter, McDonald’s informó que recibió la denuncia con una “mezcla de
sorpresa y repudio”. Señaló además que “rechaza el intento de las
autoridades para inducir a la FIFA y a la opinión pública a creer que
hay malas condiciones de trabajo en nuestra red y una mala calidad de
los productos ofrecidos”.
En otro tramo de su descargo explicó que
“todos los empleados son registrados de acuerdo con la ley y
remunerados de acuerdo con los convenios colectivos propuestos por los
sindicatos; y reciben comida y beneficios como atención médica y
odontológica”.
Cuando se conoció la posición de la
empresa, la carta ya era pública y había llegado a la FIFA. Las
organizaciones que la redactaron antes leyeron en detalle el Código de
Etica de la federación. Una especie de manual de cartón pintado en el
que se basaron para ponerla en contradicción. “El fútbol ya no es
considerado simplemente un deporte global, sino una fuerza unificadora
cuyas virtudes pueden contribuir considerablemente para la sociedad”, le
recordaron a Blatter. Hasta ahora la FIFA no se pronunció sobre su
patrocinador, la famosa cadena que sortea viajes al Mundial entre los
niños de varios países de Latinoamérica y que, cuando llegan a
adolescentes, los emplea en condiciones cuestionadas en los cinco
continentes.
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