“Tenemos al PP
dentro… y los dirigentes de Juventudes Socialistas sólo están esperando
que llegue su turno”. Así describe off-the-record un joven líder
madrileño del PSOE la situación de su partido.
Tras obtener los peores resultados de su historia (23%) y la irrupción de Podemos (pero también de IU y ERC), Alfredo Pérez Rubalcaba presentaba su dimisión y convocaba un congreso extraordinario para elegir secretario general.
Rectificaba al
poco y aceptaba unas primarias abiertas a todos los militantes. También
dimitía Pere Navarro, líder de un PSC que se hundió en Catalunya
(14,28%) y donde Guanyem Barcelona de Ada Colau será el último golpe en
una ciudad que gobernaron durante 32 años.
Tomás Villasante,
profesor emérito de la Universidad Complutense, resume el proceso: el
PSOE “necesita buscar un príncipe para competir mediáticamente, ya que
hasta el rey les ha pasado por la izquierda”. El problema es que
“cambian de líder sin cuestionarse por qué la gente ha dejado de
votarles y qué espera de ellos”.
Todos los
candidatos, menos Pérez Tapias, cumplen el “JGR”, características que el
periodista Javier Neira detecta en la renovación del régimen: jóvenes,
guapos y radicales. Opinión que comparte la activista y filósofa
Montserrat Galcerán: “La operación consiste en poner algún joven, fluido
y que dé el pego, pero sin ningún discurso de transformación,
democratización o regeneración”. Alerta de que las mujeres han quedado relegadas en esta renovación, lo que cree relacionado con sondeos internos: “El machismo da votos”, concluye.
“El PSOE se ha
guillotinado”. Así de clara es la catedrática de Derecho Internacional
de la Universidad de Oviedo Paz de Andrés al definir la apuesta por la monarquía del PSOE, enfrentándose a un 68% de sus votantes, que prefieren un referéndum (7 de junio, El País).
Algo similar al
caso de Catalunya con el rechazo al derecho a decidir del PSC, cuyas
bases defendían y sus cúpulas negaban. Rubalcaba señaló que tenían “alma
republicana” pero ‘compatible’ con la monarquía parlamentaria.
Así se ‘vengaba’ del regalo envenenado que le dejó Zapatero con la reforma del artículo 135 de
la Constitución y que le arruinó cualquier posibilidad en las
elecciones de 2011. Ahora será él quien deje ese legado a su próximo
secretario general.
Operación Renove
Galcerán cree que “un Suresnes II no tiene mucho recorrido”. Tampoco lo creen las élites y por eso adelantaron la abdicación del rey.
Llamativo fue el
rechazo de Susana Díaz, para la que ha primado, según el profesor de
Ciencia Política de la UNED Jaime Pastor, “el temor de que al embarcarse
en esa aventura se viera debilitado el PSOE en Andalucía, su único
bastión donde resistir si la renovación no funciona”. Xandru Fernández,
profesor de filosofía en Xixón, se pregunta: “¿Qué quieren las
camarillas económicas que apoyan al PSOE en Asturies o Andalucía?
Proteger sus intereses”.
Por eso la espantada de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, va en esa clave: le dicen que no involucre al PSOE andaluz, porque esto va a salir mal.
No obstante,
Fernández recuerda que “el PSOE es un cambiapieles y tienen cuadros e
ideólogos suficientes para resituarse si quisieran”. Para Pastor, sin embargo, su crisis de centralidad es ‘irreversible’:
ya no será el único referente en el centro izquierda y, sin poder
apoyarse en el ‘voto útil’, “la tendencia va a ser al declive y sólo se
sostendrán de forma desigual a nivel autonómico o local”.
Las opciones del
PSOE son “ser un pilar cada vez más debilitado de una presunta
regeneración del régimen con el nuevo rey, u optar por un giro a la
izquierda para competir con Podemos e IU, bajo el riesgo de que la gente
prefiera el original a la copia”, culmina. El agotamiento del discurso
socialdemócrata se manifiesta en que los líderes del PSOE ya se refieren
a él como utopía.
No hay una crisis
de liderazgo ni de relevo generacional, sino de credibilidad: ni Eduardo
Madina ni Pedro Sánchez, precandidatos en las primarias, se opusieron a
Zapatero o Rubalcaba, a la troika, o a la sucesión sin referéndum de
Felipe VI y ninguno tiene fuerza para contrarrestar las presiones de los poderes fácticos.
Y sólo José
Antonio Pérez Tapias, partidario del derecho a decidir, plantea una
solución a la cuestión catalana. Fernández recuerda que “en los últimos
20 años cualquiera podía jugar la carta del carisma, pero ahora nadie puede competir con Pablo Iglesias”.
Por ello está
convencido de que para ganar necesitan ‘la carta de la credibilidad:
actitudes y políticas, exponer resultados’, algo de lo que carecen.
Quien ha entendido que es necesario desmarcarse ha sido Odón Elorza, ex
alcalde de Donosti y único diputado socialista que rompió la disciplina de voto en el Congreso el día de la abdicación.
El PP, por su parte, está sosteniendo al PSOE,
dándole tiempo para renovarse y hacer futuros pactos de Estado, como en
Grecia o Alemania. Los elogios de Rajoy a Rubalcaba van en esa línea.
“Si al PP se le hunde el PSOE, los siguientes son ellos”, puntualiza
Villasante.
Queda por ver si
el pacto de ‘facto’ en la reforma del régimen termina en una gran
coalición. Eso desgastaría a ambos partidos, pero ya es requerido por
Felipe González y los principales medios de comunicación. Ya sucede en
el Parlamento asturiano, donde es el PP quien sostiene al Gobierno del PSOE.
El PSOE, para
Galcerán, sólo puede optar por “una política del miedo, dirigida a un
electorado de centro, y presentarse como un partido estable, buen gestor
y razonable”. En esa línea va Antonio Elorza (16 de Junio, El País), que compara a Podemos con el fascismo.
Pero un discurso del miedo arrasará los espacios intermedios (PSOE,
UPyD o IU), como sucedió en Grecia, donde la confrontación con Syriza
destruyó al PASOK. En ese clima de declive, una última pregunta ¿habrá
escisiones del PSOE como en Catalunya, donde los hermanos Maragall se
unieron a Esquerra?
Cuatro precandidatos para julio
Sólo Andalucía
resistió en las europeas (35,12%) y por eso los barones territoriales
intentaron convencer a Susana Díaz, presidenta andaluza, para que
liderara al PSOE en las primarias.
Tras su rechazo, Pedro Sánchez, ‘el guapo’, (como lo define El País,
apoyado por José Blanco y, parece, Susana Díaz), Eduardo Madina, José
Antonio Pérez Tapias (Izquierda Socialista) y Alberto Sotillos (de 28
años, hijo del portavoz del primer Gobierno socialista, y que aspira a
abrir un proceso constituyente) deberán reunir diez mil avales en 15
días de cara al congreso del 13 de julio. Carme Chacón o López Aguilar
callan de momento, esperando a las primarias de otoño que elegirán
candidato a la presidencia del Gobierno.
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