Y siempre se alaba a sí mismo, en cualquier entrevista se hace el gran creador del Estado del Bienestar, cuando eso sólo ha sido a medias. Bien, pues es hora de decirle también, ya que a él se le olvidan –y no digo que aposta, sólo que se está haciendo mayor— algunas de las cuestiones negativas que significó su reinado, un reinado muy largo, larguísimo, de catorce años.
AYER
HOY
Y es que como decía un tweet que fue trending topic:
Solo una persona ha envejecido peor que Marujita Díaz: Felipe González
Porque
hay que oírle decir sandeces y chocheces impropias de quien fue lo que
fue. Da pena ver a un personaje como él, soltando verdaderas
impertinencias o insultando a otros políticos por el mero hecho de haber
conectado limpiamente con la ciudadanía, sin trampas ni cartón. La
penúltima tontería fue su deseo del Gran Pacto (PSOE – PP) manifestación
de la que se ha arrepentido, y la última, la frasecita estúpida y
antidemocrática que ha dirigido a Pablo Iglesias, el líder de Podemos: “Sería una catástrofe que prendieran alternativas bolivarianas”. Hay que ser jeta, hablar de alternativas bolivarianas, refiriéndose a la Venezuela de Chávez. Porque este “dios socialista” un día llamado Isidoro, ha llegado a ser un íntimo amigo de Carlos Andrés Pérez, un expresidente de Venezuela que está acusado de corrupción y de varios delitos económicos y del que Felipe González ha reconocido que aprendió bastante. Pues mire usted, qué quiere que le diga, yo no soy un chavista convencido, sin embargo, la comparación ofende. Mientras Carlos Andrés Pérez estafó a su país y se largó a Estados Unidos donde está afincado –por cierto, país que ha negado la extradición a Venezuela para que pudiera ser juzgado—, Chávez, independientemente de sus formas, –así lo dicen los datos de la ONU, de UNICEF y de la UNESCO— fue capaz de disminuir enormemente la pobreza y aumentar la alfabetización mientras el tal Pérez decidió hacerse rico a costa de sus ciudadanos.
Pero es que si recordamos sus logros, no debemos olvidarnos de que nos metió en la OTAN, a pesar de decir primero que no, por medio de un referéndum para el que no escatimó recursos publicitarios del Estado con el fin de ganarlo.
Además hizo dos reformas laborales –incluyendo un nefasto “plan de empleo juvenil”-- que le costaron dos huelgas generales, una de ellas, la del 14-D de 1988, fue de un éxito total. A pesar de todo, estas reformas le costaron romper con la UGT, sindicato con el que siempre había estado hermanado. Y provocó el principio de los contratos basura, la legalización de las empresas de trabajo temporal, lo que inició la precariedad laboral y, también, recortó las prestaciones de desempleo .
Inició las privatizaciones de las más importantes empresas públicas y abrió la posibilidad, pudiendo haberla cerrado, de las famosas puertas giratorias con la que se auto-premian muchos políticos, entre otros, el mismo. Sin olvidarnos la reconversión industrial que trajo problemas laborales para millares de trabajadores.
Además su mandato estuvo lleno de casos de corrupción. Quién no recuerda el caso Roldán, o el de los Fondos reservados, o el de FILESA. Por otra parte, siempre estuvo mucho más dispuesto a aliarse con los nacionalistas de derechas, e incluso a llegar a acuerdos con el PP, antes que hacerlo con “los comunistas” como él decía de Izquierda Unida, a la que trató con desprecio.
En su época se destapó el terrorismo de Estado, el GAL, de cuya responsabilidad, como mínimo política, no cabe duda. Un grupo terrorista con acciones criminales contra ETA formado desde las cloacas del Estado.
Por cierto que también apoyo la primera guerra del golfo de 1991, a la que envió tropas españolas que incluían marineros de reemplazo.
En fin, ahí quedan algunas reseñas de su reinado, esa maravillosa época donde según él se consiguieron cuotas de progreso inigualables. Claro que él hoy lo dice desde un cómo sillón de su despacho donde recibe, por no hacer nada, una pensión como expresidente de 80.000 euros anuales, pero además, como es poco, lo completa con un sueldecito como consejero de de Gas Natural-Fenosa --empresa que él mismo privatizó— de 126.000 euros anuales (su actividad es ir un par de veces al mes al Consejo de esa empresa) y con conferencias y artículos varios. Lo que le hace que su caché monetario no baje de 300.000 euros al mes.
Pensar que creíamos que era Anzar el único expresidente bocazas y hoy vemos como se reparte ese honor con su camarada González. Ahora entendemos la afirmación que hizo en su momento de que los expresidentes eran como jarrones chinos que no sabían dónde colocarse. Menos mal que él sí ha encontrado su sitio. Aunque podría haberse dedicado a la abogacía que es su profesión, pero claro, el pobre tiene que ganarse muy bien la vida.
Quien le ha visto y quien le ve. De Isidoro a Gas Natural. Un camino que le ha costado ‘mucho’, para que venga ahora un pelagatos a llevarse cinco escaños sin llamarse Isidoro, ¡Sólo faltaba eso! ¡Cuidado, que el mundo occidental está en peligro! Los indignados ya han llegado.
Salud y República
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