Entonces, el diario hacía la siguiente reflexión, que mantendría su vigencia actualmente: “Con España sumida en la crisis económica, muchos españoles se cuestionan la figura del Rey, largo tiempo venerado por su papel en la llegada de la democracia a la nación, pero ahora vigilado con lupa por su estilo de vida de lujo y su opaca fortuna”.
Pese a los esfuerzos de la Casa Real de los últimos tiempos, los medios estadounidenses han seguido siendo inflexibles: la NBC ha vuelto a sacar el mismo cálculo tras su abdicación, a pesar de que las cifras dadas por NYT se basaban en datos aparecidos en Eurobusiness que incluían en la fortuna del Monarca propiedades de Patrimonio Nacional.
Tras estos cálculos, que volvían a poner el presupuesto de la Casa Real y sus posesiones en tela de juicio, la Monarquía apostó por una mayor transparencia en sus cuentas. “Han tratado de ser mas transparentes al revelar su presupuesto anual”, señalaba Herman Matthis, profesor de Finanzas en la Universidad de Bruselas, quien analizó entonces el gasto público de las monarquías europeas y buscó sin éxito información sobre la fortuna personal del Rey de España. “Supongo, al menos, que el millonario, pero la cuestión es: ¿es multimillonario? ¿cuál es su verdadera riqueza?”.
En sus viajes, señalaba el rotativo estadounidense, “el Rey podía aceptar regalos en nombre del Estado español, pero no había una lista pública de los mismos. Con los años, ha recibido yates, una casa en una isla, automóviles de lujo… que han provocado mensajes de Twitter como este: ‘Los españoles en zapatillas y el Rey con 70 coches‘”, recogía el diario. Mientras, los partidarios y asesores de la Monarquía describían a su Majestad como un recurso insustituible con relaciones incomparables con los líderes mundiales. “Desde el punto de vista empresarial, Juan Carlos I es el primer embajador de España”, afirmaba César Alierta, presidente de Telefónica.
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