Motivos que justificaban el boicot a la actuación de un grupo israelí
Que muchos ciudadanos se rasguen las
vestiduras y les ofenda que un grupo reducido de gijoneses nos hayamos
manifestado pacíficamente delante del Teatro Jovellanos de Gijón
exigiendo el boicot a la actuación de la compañía israelí “Sheketak”,
supone un acto de hipocresía y una insultante falta de sensibilidad.
Tiene razón la dirección del teatro cuando aboga por una cultura sin
fronteras; pero la pierde desde el momento en que condena la protesta, y
al mismo tiempo es incapaz de criticar la matanza masiva que sufren los
palestinos en Gaza, con el consentimiento de la comunidad
internacional, y que está motivando la muerte intencionada de cientos de
niños indefensos, tras los bombardeos indiscriminados que sufren sus
viviendas, sus escuelas, e incluso sus hospitales;sin que les queden
lugares seguros donde cobijarse.
Dando un paso más para justificar el
boicot, debemos de recordar que los miembros de “Sheketak” no han
condenado la matanza, cuando tuvieron 72 horas para hacerlo, y con ello
apartarse de las políticas militaristas de quienes les gobiernan. Aunque
sí se ha pronunciado la presidenta de la comunidad israelí de Asturias,
Aída Oceransky, militante del PSOE, que califica de estalinistas a los
que se han manifestado y justifica la actuación de su país para
continuar con el exterminio del pueblo palestino. Es más, puede que sus
pensamientos no se alejen de los de la la diputada israelí Ayelet
Shaked, cuando pidió la muerte de todas las madres palestinas por dar a luz a “pequeñas serpientes”.
Desconozco donde está en la actualidad
la sensibilidad de los ciudadanos, pero al observar que asistían para
ver el espectáculo niños de corta edad, con sus padres, me entró la duda
de saber que les dirán cuando sus hijos les pregunten por qué un grupo
de “exaltados” gritaban en la calle. ¿les explicarán que protestaban
porque no están de acuerdo con que niños de su misma edad sean
asesinados en Palestina?. No lo creo; de ser así se habrían abstenido de
asistir al espectáculo en señal de protesta simbólica. Que éstas
también cuentan para demostrar al mundo, y a nuestros menores, que aún
nos queda un poco de dignidad.
Por cierto los únicos actos de
provocación que este sábado se pudieron observar partieron de unos
cuantos espectadores que, parapetados detrás de la policía, echaban
cortes de manga sin rubor alguno a los asistentes a la concentración.
Tal circunstancia me permitió mantener un diálogo con varios policías
antidisturbios a quienes les pedí que protegiesen mi derecho a ejercer
sin provocaciones la libertad de expresión, recordándoles que eran
nuestros impuestos los que mantenían su puesto de trabajo. Lo cierto es
que conseguí crearles un momento de desconcierto, que aproveché para
insinuarles que en su fuero interno podrían estar de acuerdo con los
motivos de la protesta; y no recibí como contestación ni un no, ni un
mal gesto. Algo es algo.
Tras 19 días de bombardeos ya son 1.030
los muertos palestinos, de los que 20 pertenecían a una misma familía, y
la cifra de heridos ha superado los 6.000; y a esta matanza, tal como
se está llevando acabo, se llama genocidio consentido por la comunidad
internacional. ¿Qué dice de este acto de barbarie nuestro gobierno?;
Rajoy no se pronuncia. ¿Qué dice Pedro Sánchez, el que se autoproclama
nuevo líder de la “izquierda”?; ni tan siquiera se le ocurrió proponer
durante el Congreso del PSOE un minuto de silencio por las víctimas del
pueblo palestino.
Se me olvidaba, los asistentes a la
concentración pudimos presenciar cómo un miembro de la ejecutiva del
PSOE de Gijón asistió a la actuación de “Sheketak”. Será que le gusta el
break dance, o el hip hop, o se despistó con esto de que los
socialistas ya no saben ni dónde colocarse.
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