Los jerifaltes de las mafias económicas que controlan a capricho la "democracia" española han asumido bien la propuesta de Pedro Sánchez, y afirman sin rubor que “Este país necesita un PSOE fuerte”, como dijo recientemente el presidente de una de las diez mayores empresas del Ibex 35. No obstante, así ha sido hasta ahora: los grandes empresarios necesitan a dos partidos de recambio para que, sea cual sea el que esté en el poder, haga caso solo a sus intereses.
La reunión se va a efectuar en el Consejo Empresarial de la Competitividad, el lobby que agrupa a 18 de las mayores multinacionales españolas. Dicho organismo ha mantenido ya una reunión en la que se debatió este asunto con el fin de organizar el encuentro con el líder del PSOE para después del verano, y probablemente para ponerle las tareas a Sánchez.
En este foro se encuentra alguna de los representantes de la peor calaña de mafiosos que hay en el estado español, los principales responsables de la miseria galopante, el incontrolable desempleo, o la ola de deshaucios que sufren los trabajadores españoles: por ejemplo, nombres que causan enormes ganas de rescatar la guillotina de Roberspierre en la Puerta del Sol: Alierta, Isidoro Álvarez (El Corte Inglés), Emilio Botín (Banco Santander), Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) o Juan Roig (Mercadona).
Pedro Sánchez, aplaudido por sus predecesores, Felipe González, Rodriguez Zapatero, y Rubalcaba, hará con seguridad, como hicieron ellos, unas cuantas genuflexiones ante los amos, y jurará fidelidad a la norma básica del paripé democrático instaurado en España en el 78: hacer que parezca que se producen cambios pero, al final, que solo cambien las cosas, y para peor, para los trabajadores, mientras los grandes delincuentes económicos siguen viviendo de lo ajeno.
Es decir, seguir al pie de la letra el papel que tienen asignado en esta mala película de ganster que es el régimen español los dos principales partidos españoles, PP y PSOE, conocidos ya por todo el mundo como PP$OE: aparentar diversidad democrática, dar sensación de libertad de voto, y aparecer como paladines del progreso y la renovación, mientras los que toman las decisiones y hacen y deshacen a su antojo y siguen llenando sus cuentas a espuertas a costa de los trabajadores y llevandose el botín a variados paraisos fiscales.
En fin que Pedro Sánchez, el supuesto resucitador de un PSOE que está ya está muerto, podrido y maloliente, se dispone a hacer su trabajo de mamporrero de las mafias económicas españolas, y a esperar que ocurra un milagro y las chapuzas y desatinos del PP le conviertan en un nuevo Lázaro del cementerio democrático español.
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