Hamás: Islam y resistencia frente a Israel
Leandro Albani.- Con el
correr del tiempo, Hamás se convirtió en el principal foco de
resistencia contra la ocupación en Palestina. Más allá de su accionar
militar, la historia del movimiento islámico está atravesada por la
política y la polémica.
El pueblo palestino se
encontraba masivamente en las calles. El año 1987 proseguía con la misma
tónica, en la cual Israel avanzaba a sangre y fuego sobre los
territorios de Palestina y los intentos de acuerdos de paz caían, una y
otra vez, por la borda. Pero ante una historia que parecía no tener
salida, la denominada Intifada palestina mostró al mundo la opresión de
un pueblo que había sido despojado de todos sus derechos, hasta el punto
de no tener ni siquiera un mínimo Estado. Y en ese 1987 nacería una
organización que marcaría a la resistencia palestina. El Movimiento de
Resistencia Islámica Hamás acumulaba poder desde mezquitas y las
palabras desprendidas del Corán.
Cuando las Fuerzas
Armadas israelíes ahora atacan la Franja de Gaza, Hamás se ha
transformado, nuevamente, en el grupo que encabeza la resistencia. Hasta
el momento, el Ejército hebreo ha asesinado a más de 600 palestinos y
palestinos, entre los que se encuentran 120 niños. En Gaza los destrozos
y calamidades se acumulan: la mitad de la población (unas 900 mil
personas) se encuentra sin agua potable, 14 instalaciones médicas fueron
dañadas, 500 viviendas destruidas y la ONU asegura que 100 mil
palestinos se sumaron a las filas de desplazados.
Nace el Despertar
La aparición de Hamás
(Despertar) estuvo rodeada de sombras y conjeturas. Es una organización
vinculada a los Hermanos Musulmanes (HM), agrupación religiosa creada en
1929 y que se basa su política en la asistencia social. Los HM fueron
prohibidos en varios países, como Egipto e Irán, ya que se los apuntó
como una fachada de Estados Unidos y la CIA para detener a los
movimientos nacionalistas árabes, siendo el principal el encabezado por
Gamal Abdel Nasser en Egipto en la década del sesenta, o la creciente
influencia de la Revolución Islámica iraní a partir de 1979.
Con la denominada
“Primavera Árabe”, los HM volvieron a la luz pública, y en Túnez y
Egipto llegaron al poder. En el caso egipcio, Mohamed Mursi fue electo
presidente pero pudo gobernar apenas un año, ya que un golpe de Estado
encabezado por militares lo derrocó. En ese año de gobierno, las medidas
tomadas por Mursi generaron polémicas y masivas protestas en su contra
por parte de diferentes sectores. Tanto un acuerdo millonario con el
Fondo Monetario Internacional (FMI) como la reforma de la Constitución
egipcia que, según sus opositores, tendía a islamizar las leyes se
convirtieron en algunos detonantes para su caída.
La trayectoria política
de los HM ha sido cuestionada en varias oportunidades, desde su intento
de aplicar un islam político que sea funcional a los intereses de
Estados Unidos y sus aliados, así como su posición ante los actuales
conflictos en Medio Oriente. Un ejemplo de esto es lo que ocurre en
Siria. Desde que hace más de tres años ese país es blanco de una
sostenida guerra de agresión, encabezada por grupos vinculados a Al
Qaeda y por mercenarios de diferentes nacionalidades financiados desde
el exterior, Hamás ha mantenido un profundo silencio, algo extraño ya
que Siria es una de las naciones árabes que defiende la causa palestina y
ha condenado históricamente el accionar represivo de Israel.
Algunos autores indican
que Hamás fue impulsado por el propio Israel y Estados Unidos, con el
objetivo de detener al nacionalismo palestino, encabezado por Yaser
Arafat y su histórico partido, Al Fatah. Pero a su vez, el nacimiento de
Hamás se puede buscar en el cambio político que aplicó Arafat y la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ante la ocupación
israelí. La resistencia armada que había llevado a la OLP a ser
reconocida tanto por palestinos como a nivel internacional, había dado
paso a las cada vez mayores gestiones diplomática con Tel Aviv para,
según la dirección palestina, encontrar un acuerdo de paz y volver a las
fronteras del año 1967, dictaminadas por la ONU y que Israel nunca
respetó. La influencia de la Revolución Islámica iraní y los crecientes
casos de corrupción entre los dirigentes de Al Fatah -cada vez más
desacreditados frente a los palestinos-, también se convirtieron en
razones para el nacimiento de del movimiento islámico.
Hamás basó su trabajo
político en la creación de escuelas y hospitales, en la atención
sanitaria en los campos de refugiados, y en la difusión del estudio del
islam. A esto se debe sumar que la agrupación tuvo la capacidad para
mantener el poder en la Franja de Gaza, a pesar del férreo bloqueo
económico impuesto por Israel a esa región de 360 kilómetros cuadrados y
en la que viven más de un millón y medio de palestinos. De esta forma,
se posicionó como un grupo armado que desde el propio suelo palestino
rechazaba la ocupación de Israel y que no se quedaba en las palabras.
Por la poca información que circula sobre el tema, el Hamás tendría en
su programa económico una definición por el capitalismo con una fuerte
intervención estatal, que no difiere de lo aplicado en Irán o en países
árabes como Siria o Líbano.
Aunque sea probable que
un principio haya sido impulsado por quienes hoy lo enfrentan, Hamás
demostró una gran capacidad de combate contra el Ejército israelí. Por
estos días, cuando la Operación Margen Protector arrasa Gaza, Hamás
asombró por el crecimiento de su capacidad militar. Desde que comenzaron
los operativos terrestres israelíes, los milicianos islámicos han
abatido entre 20 y 40 soldados hebreos, según las fuentes que se citen.
Además, lograron cruzar la línea de combate y se infiltraron en las
filas militares israelíes. Como si fuera poco, el 14 de julio pasado se
conoció la noticia de que Hamás cuenta con drones (aviones no
tripulados) que sobrevolaron el sur de Israel, según lo anunciaron las
Brigadas Azedin Al Qassam, el brazo armado del movimiento islamista.
Elecciones y posturas
Desde su creación en
1987, Hamás había rechazado participar en las elecciones que definen
quien dirige a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), entidad que
controla los temas palestinos, ya que no existe un Estado palestino como
tal.
En el 2006, el
movimiento decidió presentarse en los comicios legislativos, y para
sorpresa de muchos, triunfó. De esta manera, la presidencia de la ANP
quedaba en manos de Mahmud Abbas, máximo dirigente de Al Fatah, y como
primer ministro fue designado Ismail Haniyeh por parte de Hamás.
Conocidos los resultados electorales, Estados Unidos, la Unión Europea
(UE) e Israel desconocieron los comicios. Desde hacía tiempo, y pese a
su profundo trabajo político y social, Hamás era catalogado por el
amplio y difuso término de “terrorista”. En su libro El conflicto
palestino-israelí. 100 preguntas y respuestas, el periodista Pedro
Brieger recordó que las elecciones palestinas de 2006 “fueron
calificadas como las más democráticas en el mundo árabe, una región muy
acostumbrada a procesos electorales digitados por el poder de turno”.
Con la anuencia de Al
Fatah, y luego de una campaña internacional en su contra y
enfrentamientos armados entre ambas agrupaciones palestinas, Hamás se
trasladó a la Franja de Gaza, donde estableció su gobierno, todavía a
cargo de Haniyeh. Con el tiempo, el movimiento islámico supo tejer
alianzas importantes, basadas en su política de rechazo a la ocupación.
En estas horas de invasión, Hezbollá en Líbano y el gobierno iraní
respaldan a Hamás, tanto en lo discursivo como en la entrega de armas.
Este hecho también muestra lo cambiante del tablero político en Medio
Oriente, teniendo en cuenta que a Hezbollá y Teherán respaldan al
gobierno del presidente sirio Bashar Al Assad, al cual los Hermanos
Musulmanes rechazan y colaboran para su caída.
Una de las más fuertes
polémicas generadas por Hamás es su radicalidad ideológica. En un
principio, el llamado a la destrucción del Estado Israel llevó a que la
agrupación fuera catalogada como terrorista y repudiada por grandes
sectores. Declaraciones como “el asesinato de civiles debe ser
respondido con la muerte de civiles”, manifestada por Mamad Az Zahhar,
líder del movimiento, fueron virando hacia posiciones más pragmáticas y
de cierto reconocimiento a una negociación para acordar la retirada de
las tropas israelís y retomar las fronteras delimitadas en 1967.
En 2001, Ahmed Yassin,
dirigente máximo de Hamás asesinado por Israel en 2004, declaró que “no
luchamos contra pueblos de otras religiones o los judíos por el hecho de
ser judíos. Luchamos contra los que ocupamos nuestras tierras, tomaron
nuestras propiedades, convirtieron en refugiados a nuestras familias y
masacraron a nuestros niños y mujeres”. En la actualidad, Hamás buscan
el establecimiento de un Estado palestino libre e independiente, y una
muestra de su evolución política es la alianza lograda con Al Fatah que
permitió un gobierno de unidad meses atrás.
Este acuerdo, que se
obtuvo luego de zanjar profundas diferencias, es una de las razones
reales de la actual invasión militar israelí contra Gaza.
Contrainjerencia
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