Esterilizar insectos, mejorar los cultivos o acelerar las cosechas son algunas de las aplicaciones de la energía atómica que la ONU dice querer poner a disposición de países pobres para ayudar a combatir la desnutrición, el hambre, la desigualdad. La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), con sede en Viena, y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han puesto en marcha una serie de programas de colaboración en materia de agricultura y alimentación que ayudan a países en vías de desarrollo.
Los dos organismos de la ONU, como sabemos organización internacional al servicio del imperialismo y de la pervivencia del capitalismo, colaboran en el uso de la tecnología nuclear para ayudar a los agricultores a mejorar las cosechas, combatir plagas, aumentar la fertilidad del suelo y elevar la calidad de los productos.
Para ello invierten titánicas sumas de dinero en intentar resolver supuestamente el problema del hambre y la pobreza en el mundo, cuando la verdadera causa de que en el enormemente rico planeta tierra, con sus inmensos recursos, haya millones de pobres es que existan países pobres y paises ricos, que los segundos saqueen a los primeros, y que los más poderosos impidan con todos sus medios que los dominados por ellos usen sus riquezas en su propio beneficio.
Claro que la ONU lo sabe, pero como organismo al servicio de la dictadura del capital, de un sistema en el que unos cuantos más ricos viven a expensas de la riqueza producida por la mayoría, y en los que los primeros utilizan la violencia para evitar que los segundos consigan su emancipación, no quiere luchar contra la única y principal causa del hambre del mundo: el capitalismo.
Para que la ONU trabaje para que el mundo acabe con la rémora de la pobreza, del hambre y de la injusticia debe principalmente luchar por la erradicación de la clase parasitaria que disfruta de sus privilegios a costa del trabajo de la mayoría; tiene que fomentar el combate contra los paises poderosos que saquean los ricos recursos de los paises más pobres y para que las diferencias entre ambos desaparezcan; tiene que apoyar a los pueblos que luchan por su soberanía frente al imperialismo y por tomar el control de las riquezas que se producen en sus territorios.
Pero, como hemos dicho, la ONU está al servicio del capital y del imperialismo y, por lo tanto, prefiere aparentar querer luchar contra la pobreza y el hambre con justificaciones como la inversión en energía nuclear u otras pamplinas, mientras la realidad, la de que unos pocos delincuentes viven de la mayoria trabajadora, que unos pocos paises poderosos y sus multinacionales roban la riqueza de los paises más pobres, sigue perpetuando la barbarie capitalista y sus consecuencias.
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