Os invitamos a participar en la difusión de este comunicado que
surge de la reflexión colectiva en torno al circo electoral del próximo
25 de mayo.
Si os sentís identificados os pedimos nos lo comuniquéis a este correo ( acle@casmadrid.org) antes del 10 de mayo próximo, para una difusión general en los días previos a las elecciones. El 12 de mayo os comunicaríamos el listado definitivo de adhesiones.
Este comunicado está siendo enviado a diferentes colectivos de sensibilidad libertaria de Portugal, Grecia, Francia, Estado Español e Italia.
Contra el rapto de Europa
La globalización ha supuesto una
transformación radical de las necesidades del capitalismo que ha
trasladado el aparato productivo a países en los que los beneficios son
mucho mayores en función del grado de explotación cuasi esclavista que
aplica. Por otro lado, la salvaje financiarización de la economía ha
transformado la deuda y su culpabilidad en el verdadero motor de la
acumulación capitalista y en el dispositivo de gobierno y opresión.
Durante las últimas décadas, la clase trabajadora europea ha vivido
inmersa en un proceso de desclasamiento, dirigida hacia un espacio
imaginario de “clase media”, lo que le ha permitido acceder a niveles de
consumo y prestaciones (sanidad, educación,…) impensables años atrás,
todo ello a costa de la explotación secular de los países del tercer
mundo y del sector más precarizado de la propia clase trabajadora.
En este contexto, Europa camina hacia el
desmantelamiento y privatización de los sistemas de protección social,
la caída brutal de los salarios, el incremento incesante de las masas
de parados y excluidos, mientras la desigualdad se dispara de forma más
acusada en los países del este y sur europeos.
En este nuevo proceso de recomposición y
de acumulación del capital, lo político ocupa un lugar totalmente
subordinado a lo económico. El Estado, que siempre supuso un elemento
fundamental en la dominación, ahora desempeña esa misma función bajo las
órdenes directas de las multinacionales.
Asistimos a una crisis estructural del
capitalismo que se traduce en la introducción de nuevos y más poderosos
sistemas de dominación y explotación, a lo que se añade ignorar las
crisis medioambiental y energética, lo que ya plantea nuevos y graves
retos a la humanidad.
Necesitamos un cambio profundo
Es necesario analizar la extinción de
las formas clásicas del proletariado industrial, la proliferación de
innumerables formas de subempleo y precariedad que hunden aún más los
salarios y contribuyen a disciplinar a los que aún lo conservan.
No hay que confiar en un sistema en el
que, gobierne quien gobierne, todo sigue igual y no puede cambiarse
desde dentro, porque el verdadero enemigo de trabajadores y excluidos
son las propias instituciones del Estado capitalista, y lo que
representan:
- Legitiman la desigualdad y la explotación: no se cuestiona en manos de quién está la riqueza.
- Legitiman un modelo de
crecimiento ilimitado, basado en un incremento constante de la
productividad, en un consumo desaforado, que despilfarra los recursos
del planeta y que no atiende a las necesidades básicas de la gente, un
modelo que ellos llaman “crecimiento”.
- Legitiman las jerarquías,
vaciando de contenido la participación política al limitarla al depósito
periódico de una papeleta en una urna.
No solo falla la “política”, falla el sistema
Ante el incremento de la protesta y el
malestar, el sistema político-económico necesita legitimarse y para ello
trata de encauzar los conflictos dentro de los limites institucionales,
mediante propuestas despolitizadas e interclasistas, promovidas desde
la izquierda del capital que, ocultando en ocasiones la existencia de la
lucha de clases, siempre aceptan la lógica del Estado, reforzándolo con
la promesa de una vuelta imposible al “estado del bienestar”. Un estado
que nunca dejó de tener un carácter capitalista y explotador.
Ante esta situación…
Solo caben propuestas radicales, que
vayan a la raíz de los problemas. Buscamos un proceso de reapropiación
colectiva de las riquezas y del cambio del sistema productivo
alternativo al capitalismo y a la explotación de la naturaleza.
Apostamos por una economía autogestionada y sostenible que conduzca al
bienestar social de todas las personas, garantice las necesidades
básicas, defienda el apoyo mutuo y la cooperación, y ponga en valor los
trabajos orientados al cuidado y mantenimiento de la sociedad. Luchamos
por una sociedad equitativa y contra las desigualdades de género, de
clase o de raza; contra el patriarcado, el racismo y la discriminación
por orientación sexual, utilizando mecanismos colectivos de resolución
de los conflictos. Queremos una sociedad abierta, garante del libre
movimiento de migrantes y de su participación en condiciones de
igualdad: esta es la única Europa que nos interesa.
El descontento debe de ser un punto de
salida, no puede suponer la paralización. Nada es posible sin esfuerzo,
nada esencial cambiará sin acabar con el capitalismo, las oligarquías y
su acumulación de poder y dinero. Lo que seamos capaces de construir
será resultado de luchas, sacrificios y de la multiplicación de
conflictos. El capitalismo no es un sistema infinito, sino finito y
superable.
Nosotros, activistas del Estado español,
Francia, Grecia, Italia y Portugal hacemos un llamamiento a la
colaboración con las poblaciones de los países de la periferia europea,
sin olvidar los sectores más deprimidos de los países centrales, para
intercambiar experiencias autogestionarias, tejer redes de apoyo mutuo y
preparar estrategias de lucha común.
Al mismo tiempo, llamamos al boicot
activo del circo electoral europeo, al no pago de la deuda y a la
coordinación entre todos los movimientos alternativos de nuestros países
para extender la lucha en la calle.
Asamblea de Colectivos Libertarios Europeos (ACLE)
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