miércoles, 4 de junio de 2014

Conviene recordar


Conviene recordar ahora lo que significó, lo que ha significado, la monarquía del 78 en la historia de España: fue, ha sido, sigue siendo, la forma de Estado con que se perpetuó la dominación de la clase social que ahogó en sangre la II República y que, durante casi 40 años, constituyó la columna vertebral de la tiniebla franquista, que le llenó los bolsillos.

Conviene recordar ahora las siglas de los partidos y los nombres de sus dirigentes que, en nombre de una falsa reconciliación, echaron en el 78 la última paletada de tierra –la más traidora, la más vergonzante- sobre fosas y sueños comunes: la injusticia por omisión como precio de las migajas de un pastel amasado con la explotación, sin tregua, de la clase trabajadora.

Conviene recordar, cuando se vote en unos días en el Parlamento burgués la “Ley de Sucesión”, las siglas y los nombres de aquellos y aquellas que le den su voto favorable. Y muy especialmente de los miembros y miembras del partido dinástico de los GAL, la OTAN y la reconversión industrial; porque, como las ratas, pronto abandonarán el yate borbónico, que hace aguas por los cuatro costados, y arrimarán su infecto hocico a la causa democrática y popular. Conviene recordar sus nombres, los de ellos y los de ellas.

Conviene recordar el programa político de la carcunda fascista, cuyo odio a todo lo vivo que ha producido el suelo español resulta proverbial: ese programa no es otro que “infantería, caballería y artillería”, coronado, como forma de Estado, por esa maldición en forma de familia que porta el apellido Borbón.

Conviene recordar, y tenerlo muy presente, lo débil que es una causa popular que cifra sus esperanzas en un cambio de régimen, el monárquico, sin aspirar a un cambio de sistema, el capitalista.

Y conviene recordar que sólo un partido comunista revolucionario puede emprender con éxito esa tarea, la tarea de liquidar el sistema de la explotación del hombre por el hombre.         

Este texto es una colaboración para CT del Camarada Sade

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