Felipe González con José Barrionuevo y Rafael Vera, condenados por el
secuestro de Segundo Marey, antes de su entrada en prisión
Todo el mundo sabe de sobra quién era el señor X,
pero la gran mayoría de la gente desconoce, en cambio, que incluso las
acciones de guerra sucia que se consideran del todo esclarecidas están
muy lejos de serlo. Sirva como ejemplo la primera acción reivindicada
usando las siglas GAL, el secuestro de Segundo Marey. Una acción sobre la que tanto responsables políticos como policías españoles y franceses ocultaron no pocas cosas.
Además,
es fácil probar que mintieron descaradamente respecto a otras. Por
ejemplo, afirmaron que el objetivo del secuestro era el refugiado Mikel Lujua y que se dieron cuenta de la confusión en cuanto Marey fue
entregado en la frontera al subcomisario José Amedo. Imposible. La
Justicia española dio por probado que fue eso lo que sucedió, pero es
evidente que tanto lo uno como lo otro era absolutamente falso.
Si el objetivo de los secuestradores hubiese sido Mikel Lujua, y Amedo se hubiera dado cuenta del error enseguida, es del todo imposible que después sucediera lo que sucedió y contó El País: los secuestradores de Marey "le
intentaron sacar información fundamentalmente sobre personas, empresas y
entidades que pagan el impuesto revolucionario a ETA, así como el
destino de las cantidades económicas obtenidas por este sistema".
Lo que contó El País fue, además, del todo concordante con lo que afirmaba el famoso comunicado manuscrito, dos días después del secuestro, por el entonces Gobernador Civil de Bizkaia Julián Sancristobal y el Secretario General del PSOE de Bizkaia, Ricardo García Damborenea. En aquel comunicado, que guardó celosamente Amedo durante años y sirvió para probar la implicación directa de ambos responsables políticos, se decía que Segundo Marey había sido secuestrado "por participar en el cobro del impuesto revolucionario". En el siguiente comunicado, ya no mencionaron nada similar.
Es indiscutible que Marey fue sometido a torturas, hasta que sus secuestradores se tuvieron que rendir a la evidencia de que nada tenía que ver con ETA. Lo dice bien claro uno de ellos, el mercenario Jean Pierre Echalier, entre los minutos 8:25 y 9:05 del reportaje "GAL: asesinos de Estado", de Xavier Muntz y Bruno Fay, emitido por el Canal + francés.
También lo denunció el propio Marey en una entrevista: "Fue
una tortura sistemática. Eran profesionales (…) Se reían de mi postura,
de mi dolor. Tenía alucinaciones, pesadillas espeluznantes que se han
repetido desde entonces". A pesar de ello, la sentencia condenatoria del caso Marey no
mencionó para nada las torturas que sufrió y encima los jueces
afirmaron que los secuestradores no lo interrogaron. ¡Vaya si lo
hicieron! Con saña.
El mercenario Echalier precisa en el reportaje antes mencionado que pretendían secuestrar al
Segundo Marey, el ciudadano secuestrado y torturado por los GAL
Esa historia de que pretendían secuestrar a Mikel Lujua,
que nada tuvo que ver nunca con dichas finanzas, no resiste el más
mínimo análisis. La verdadera confusión consistió, sin duda, en creer
que Marey era "el tesorero de ETA" y algunos de los implicados,
sino todos, seguro que saben por qué llegaron a semejante conclusión.
Una conclusión a primera vista totalmente absurda, pero que debe tener
alguna explicación.
En su libro "Cal viva", Amedo vuelve a mentir al respecto. Sigue pretendiendo que decidieron secuestrar a "Mikel
Lujua Gorostiola, responsable de finanzas de la banda, después de que
el policía Guy Metge facilitara durante un almuerzo en Bilbao su
dirección en Hendaya y un plan para secuestrarlo a través de un grupo de
mercenarios".
Amedo sabe de sobra que Lujua nunca tuvo absolutamente nada que ver con las finanzas de ETA y que Metge no facilitó la dirección de Lujua en Hendaia sino la de Marey,
al que todos los presentes en aquel almuerzo consideraban "responsable
de finanzas de la banda". Y así lo siguieron considerando, hasta que,
tras someterlo durante días a duras torturas, se tuvieron que rendir a
la evidencia de que Marey no tenía absolutamente nada que ver con ETA.
Hoy día, Amedo sigue afirmando que su secuestro fue sólo un "error relativo",
cuando sabe de sobra que la metedura de pata fue de escándalo. También
tiene que saber el motivo por el que pensaban que Marey era "el tesorero
de ETA", pero eso seguro que intentará llevárselo a la tumba, mientras
sigue soltando su habitual retahíla de medias verdades y descaradas
mentiras.
Una de
las mentiras que suelta respecto al caso Marey es de las de marca mayor.
Pretende que "Los hombres de Intxaurrondo querían hacerse con Marey
para introducirlo como topo en Sokoa después de amedrentarlo". Un
despropósito del que sólo la primera parte responde a la realidad.
También Galindo quería secuestrar a Marey, pero no precisamente para "amedrentarlo", sino para hacerlo desaparecer como a los refugiados Lasa y Zabala. Se le adelantó Amedo, que sigue fanfarroneando sobre sus "hazañas" de entonces, sin que la (in)Justicia española tome medida alguna.
¿Hasta cuándo?
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