PODEMOS Y EL CAPITALISMO DEL FUTURO (I)
La noción de transformación total suficiente de la
sociedad y del ser humano, de la cosmovisión
y del sistema de valores, es imprescindible para situarse fuera y en contra
del orden constituido. Hostiles y en oposición a la idea de revolución están
las propuestas de sustituir un capitalismo por otro, más poderoso, y un ente
estatal por otro, también reduplicado, que es lo que propone Podemos.
Éste ha sido lanzado por el capital financiero
español desde principalmente la televisión como nueva marca político-mediática
para negar, combatir y, en su día, reprimir el proyecto y programa de la
revolución integral. Es la nueva izquierda burguesa. Que Pablo Iglesias y su
grupo hayan sido promovidos desde la caja tonta manifiesta el grado de
degradación y vileza del asunto.
¿Cuál ha sido la inversión realizada en Podemos? A juzgar por lo descomunal de
la campaña mercadotécnica, probablemente sean varios cientos de millones de
euros en dos meses. Todo ello ha sido realizado conforme a la ortodoxia de la actividad
publicitaria comercial y política. Tan enorme suma ha convertido a dicho grupo
y a sus jefes en universalmente conocidos, cuando hace sólo unas semanas apenas
nadie sabía de su existencia. Y la operación de promoción continúa, con unos
gastos estimables en muchos millones por mes.
Las empresas televisivas son parte primordial del
capitalismo y del orden actual de dictadura política, constituyendo el poder
mediático, uno de los grandes poderes inaceptables por tiránicos de las
sociedades contemporáneas. Dependen directa o indirectamente de la banca (o del
Estado) y se proponen lograr beneficios monetarios manipulando y adoctrinando.
Operan conforme a proyectos elaborados por analistas y planificadores, que colaboran con sus colegas integrados en los
aparatos del Estado. Cada periodista ha de obedecer a sus superiores y hacer o
no hacer lo que le ordenen.
¿Por qué y para qué una inversión tan enorme?
Lo efectuado con Podemos
y su jefe, Pablo Iglesias, en mayo-junio de 2014 reproduce el lanzamiento del
PSOE y Felipe González en 1974-1977. En esos años la prensa, radio y televisión
crearon desde prácticamente la nada el partido y el “líder” que las
instituciones necesitaban. Hacia 1974 el PSOE (que se había tomado “cuarenta años de vacaciones”, los del
franquismo) era insignificante y González un completo desconocido. Hoy el statu
quo usa el “anticapitalismo” residual del gueto socialdemócrata verbalmente
radicalizado para dotarse de una nueva herramienta política.
Felipe González y Pablo Iglesias son vidas
paralelas. El PSOE y Podemos dos
momentos de una misma corriente política.
Los jefes de éste son profesores-funcionarios, esto
es, servidores del Estado en todo lo importante. Su especialidad son las
operaciones de ingeniería social más inquietantes. De nuevo es la universidad
quien proporciona al capitalismo las herramientas necesarias para reproducirse
y ampliarse, lo que otorga la razón a quienes denuncian el sistema académico,
cada vez más ajeno al saber objetivo y cada día más entregado al sistema de
dominación.
La militancia de Podemos
proviene de un grupo social concreto, los jóvenes y menos jóvenes de la
clase media y media alta que teniendo una o varias carreras, algún máster y dominio
del inglés no encuentran empleos que les permitan consumir tanto como sus
padres. Son sujetos, ellas y ellos, por lo general sin cultura, sin valores,
sin raíces y sin ética, únicamente interesados en hacerse con buenos empleos, triunfar
profesionalmente, ganar mucho dinero y maximizar su consumo.
Podemos puede hacerse con unos 75.000 cargos estatales
directos bien remunerados, y otros tantos indirectos, a tenor de los votos
logrados. Así pues, dicha formación política acapararía un botín de al menos 150.000
puestos en la UE y en los aparatos locales, autonómicos y centrales del Estado,
quizá no todos tan apetitosos como el de Magdalena Álvarez (22.900 euros al
mes, frente a un salario medio en España situado en los 1.100), ex-ministra de izquierda
y feminista encausada por corrupción, pero casi.
La izquierda institucional, PSOE e IU sobre todo,
padece una crisis grave, de ahí el lanzamiento mediático de Podemos[1].
El PSOE, tras 40 años de servir a la Constitución de 1978, al Estado y a la
clase empresarial, está desacreditado y confuso. IU, cuyos votos provienen
sobre todo de la tercera edad, es el más perjudicado con el asunto Iglesias y
su grupo, de tal modo que si no se renueva (lo que exige disolver el PCE),
puede pasarlo bastante mal. El PCE-IU es el eterno perdedor, con la promoción
del PSOE antaño y hoy con el lanzamiento de Podemos.
Aún así, como ya ha expuesto el jefe de éste, su estrategia contempla un
gobierno de coalición de la izquierda pro-capitalista española, Podemos-PSOE-IU.
Esto es uno de los muchos modos de decir Diego donde
dije digo propio de los jefes de Podemos,
que tras fustigar a “la casta” se une con una de sus expresiones más voraces,
la de los jefes de la izquierda. Pues, ¿quién, sin ir más lejos, ha participado
en el saqueo de las cajas de ahorro? Por lo demás, no se comprende cómo van a
romper Iglesias y sus subordinados con
dicha “casta” si su programa, ideología y proyecto es, en esencia, el mismo que
el de la vieja izquierda socialdemócrata depredadora, amoral y corrupta:“dime con quién andas y te diré quién eres”.
El asunto Podemos
es la tercera ocasión remarcable en que desde el final del franquismo el falso
radicalismo “anticapitalista” se pone al servicio del sistema. La primera fue,
según se ha dicho, en la transición del régimen franquista al de dictadura
parlamentaria, 1974-1978, cuando el PSOE fue construido como partido por la
afluencia de marxistas-leninistas, maoístas, anarquistas y trotskistas. La
segunda en 2004, año en que el gueto político “radical” y “antisistema”, en
realidad socialdemócrata por anti-revolucionario, se entregó al PSOE de J.L.R.
Zapatero para que éste ganase las elecciones generales. La tercera es ahora,
con la intervención política Podemos.
Cada cierto tiempo el capitalismo echa mano de la izquierda más verbosa para sus
fines, con gran éxito siempre.
(Continuará)
[1] La apremiante necesidad que el actual régimen
español tiene de una nueva formación política de la izquierda
anti-revolucionaria para manejar a las clases populares aparece tratada en “El 25-S y la creación de una nueva casta
partitocrática”, Félix Rodrigo Mora, incluido en el libro de autoría
colectiva “Reflexiones sobre el 25S”,
editorial Manuscritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario