La
formación de Iglesias promete ser incorruptible, por oposición a “la casta”,
pero existen elementos de juicio, alguno ya citado, que permiten suponer que
será bastante corrupta, dando origen a la neo-casta, cuyo centro será Podemos. Hay tres motivos más para ello:
los enormes servicios que va a prestar al capitalismo (estatal y privado), que
sus afiliados cobrarán al mejor precio posible; su obsesión por lo económico y el
menosprecio, propio de toda la izquierda, por la ética. Quienes apenas hablan
de otro tema que no sea la economía y el dinero es porque hacen de esto su única
finalidad como partido y, también, su fundamental designio personal. Tales
individuos, al carecer de metas inmateriales o trascendentes son codiciosos
porque su concepción de la vida es el culto por una única cuestión, la riqueza
material.
La reflexión añadida es que si se desean sujetos
incorruptibles hay que buscarlos entre quienes se manifiesten partidarios, en
palabras y actos, de los bienes y valores espirituales, estén fuera del sistema
de poder (el poder corrompe) y defiendan propuestas éticas de carácter cívico y
personal. Aquellos que tienen al economicismo como cosmovisión, lo deseen o no,
monetizan sus mentes, lo que lleva por lo general a monetizar sus conductas, viviendo
para la riqueza y el dinero, en lo político y en lo privado. Eso les hace
codiciosos y corruptos de forma constitutiva.
La reorganización general de la vida económica es
una necesidad insoslayable de los países europeos, especialmente de los del
sur. Sin realizarla serán barridos del mercado mundial de capitales y
mercancías por las potencias emergentes en sólo unos decenios. De ahí el
portentoso lanzamiento de Podemos
que, sí es necesario, será acompañado de otras intervenciones políticas no
menos espectaculares en unos pocos años. La más fachendosa presumiblemente consistirá
en un referéndum sobre la forma de Estado que arroje al exilio a Felipe VI,
monarca que incluso hoy no termina de convencer a ciertos sectores de las
elites, e instaure la III república española.
Podemos e Iglesias aseguran que serán implacables contra la
Troika. El PSOE y Felipe González dijeron que crearían 800.000 nuevos puestos
de trabajo pero ocasionaros varios millones de parados. Prometieron que “OTAN, de entrada NO” para mejor
incorporar a España a esa organización militar. Expusieron que pondrían fin a
la violencia fascista y crearon el GAL. Y así sucesivamente. Hicieron en todo
lo importante lo contrario a lo que había ofrecido en su programa. Quien espere
hoy de Podemos un actuar diferente al
del PSOE hace tres decenios es que no entiende qué es y cómo funciona la
izquierda institucional. Ésta, una vez en el gobierno, será quien realice el
programa de la Troika, en 5-10 años
Para comprender mejor el fenómeno Podemos hay que estudiar la historia de
la izquierda. Tras la II Guerra Mundial el PC francés se hizo campeón del
capitalismo, el colonialismo galo y el racismo (de ahí que su política se
tildase de “colonial-comunismo”), y
el PC italiano aniquiló los logros de la Resistencia antifascista haciéndose fundamento
de la Constitución de 1946, aún vigente, que sacraliza el capitalismo, la
corrupción, la partitocracia y el despotismo estatal. El PC francés se unió al
general De Gaulle en “la batalla por la
producción” 1945-1950, para proporcionar al colonialismo francés los medios
materiales y militares con que aplastar las luchas antiimperialistas y, a la
vez, relanzar al capitalismo tras la guerra. El programa oculto de Podemos es parecido al de dicha “batalla”.
En nuestros días el Partido de los Trabajadores de
Brasil, desde el gobierno, ha organizado la conversión de este país es una gran
potencia capitalista, con una amplísima represión de la resistencia popular, lo
que en los últimos dos años ha ocasionado decenas de muertos por la acción policial.
En Bolivia, el gobierno de la izquierda presidido por Evo Morales está
logrando, infaustamente, la desarticulación de las comunidades campesinas
indígenas, el desarrollo acelerado en su seno del capitalismo y la destrucción
medioambiental. En Chile el gobierno actual, de izquierdas, que cuenta con el
respaldo del PC chileno, está dictando leyes de excepción, que son terrorismo
estatal, contra el pueblo mapuche.
China hoy es el país del súper-capitalismo, por
delante incluso de EEUU, todo ello bajo la despótica dirección del PC chino.
Allí ha sido realizado con éxito el meollo de la teoría izquierdista, eliminar
el capitalismo imperfecto para crear un capitalismo perfecto, o hiper-capitalismo,
unido a un mega-ente estatal. Lo que perpetrará aquí la formación de Iglesias
(si las movilizaciones populares no descabalgan el proyecto) es eso mismo,
aunque teniendo en cuenta las diferencias de lugar y tiempo, sirviéndose del
régimen parlamentarista y partitocrático.
En nuestra historia el gobierno del Frente Popular,
apoyado por toda la izquierda, se hizo el enemigo y verdugo principal, en
febrero/julio de 1936, de la gente popular, en especial de la campesina, ordenando
a la guardia civil y guardia de asalto que ejecutase numerosas matanzas de
trabajadores, entre las que destaca la carnicería de Yeste (Albacete), en mayo
de ese año, con 17 asesinados. Muchos miles de trabajadores, mujeres y varones,
fueron detenidos y torturados, en ocasiones hasta la muerte, por orden del
gobierno del Frente Popular español, con el aplauso del PCE y el PSOE.
En la guerra civil la izquierda fue causa política
fundamental de la victoria de Franco, al negar la revolución e imponer la “defensa de la República” como meta y
finalidad. Esto no fue admitido por las clases populares, que habían sido cruelmente
reprimidas por la república burguesa, estatal y terrateniente de 1931, con lo
que se desentendieron de la lucha antifascista. La izquierda, en 1936-1939, calumnió,
acosó, reprimió y aniquiló los intentos espontáneos de revolución entonces en
curso, haciendo imposible la imprescindible movilización popular para derrotar
al fascismo. Por tanto, la izquierda, sobre todo PCE y PSOE, son
co-responsables del triunfo de Franco.
Bajo el franquismo el PCE se opuso virulentamente a
la estrategia de ofrecer y construir una alternativa revolucionaria a la
dictadura franquista, al preconizar un régimen parlamentarista que mantuviera y
reforzara lo esencial del despotismo estatal y empresarial español. Con ello
ofreció una salida política excelente a las fuerzas sociales y económicas que
habían impulsado y luego mantenido al fascismo español.
Coherente con dicha estrategia anti-revolucionaria
el PCE fue, junto con el PSOE, realizador e instaurador privilegiado de la
Constitución monárquica de 1978, hoy vigente. Entonces su entusiasmo por la
monarquía borbónica era tal que apaleaba a quienes portaban banderas republicanas
en las manifestaciones. Con todo ello ha otorgado 36 años de estabilidad y
prosperidad a la clase empresarial. Agotada esa fórmula Podemos toma el relevo. En Andalucía, casi 40 años de gobierno de
la izquierda, últimamente con la integración del PCE-IU en aquél, han
contribuido a hacer de ella el territorio más empobrecido, corrupto, estancado
y socialmente injusto de la Unión Europea.
La historia de la izquierda es la de un continuado
servicio, desde la demagogia, el maquiavelismo y el doble lenguaje, al capital,
al orden constituido, al Estado. Por eso, en determinadas condiciones, es el
adversario e incluso verdugo principal de la revolución, por delante de la
derecha. Su función es de vanguardia política de la anti-revolución. Todo eso a
cambio de puestos y poder, de dinero y privilegios, de negocios y corruptelas
que le otorga el poder.
Así es. La banca financia a IU las campañas
electorales, con créditos millonarios que suelen ser condonados, de manera que
tenemos un “anticapitalismo” financiado por el capital financiero. Además es
subvencionada por el Estado, como todas las formaciones de la partitocracia. La
izquierda, si sobrevive, es porque la apoya y subsidia a nivel mundial el
capital, que la necesita para lograr y mantener la estabilidad social, al ser
la fuerza principal para el control político y el encuadramiento institucional de
las clases populares. Si ese apoyo y financiación cesasen, la izquierda se
desmoronaría en un abrir y cerrar de ojos.
Por eso el programa de Podemos es de respaldo y defensa del sistema capitalista, lo que oculta
con retórica, exabruptos y sofismas. En oposición a ello, el proyecto de
revolución integral expone que está en contra de todas las formas de
capitalismo, “mejores” y peores, de hoy y de mañana, monárquicas y
republicanas, privadas o estatales. Porque la revolución integral es
sustantivamente una revolución popular anticapitalista, dirigida a crear una
economía libre y autogestionada, sin clase empresarial ni aparato estatal.
(Continuará)
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