jueves, 10 de abril de 2014

El estrés de la pobreza altera el ADN de los niños

MIGUEL ÁNGEL CRIADO
Los telómeros, situados en los extremos de los cromosomas funcionan como un reloj biológico. Wikimedia Commons
Los telómeros, situados en los extremos de los cromosomas, funcionan como un reloj biológico. / Wikimedia Commons
Hace tiempo que la ciencia sabe que la información grabada en los genes no es inmutable. En mayor o menor medida, el ambiente la modifica. Uno de esos factores ambientales parece ser la pobreza. Investigadores estadounidenses han comprobado que los niños criados en un entorno desfavorable ven alterado su ADN sufriendo un acelerado envejecimiento celular que no sufren los que han tenido mejor suerte.

Durante la replicación del ADN, la parte final de los cromosomas se va acortando con cada nueva replicación y división celular. Estos extremos se llaman telómeros. Formados por un secuencia repetitiva, los científicos aún andan averiguando qué son y para qué sirven. En los últimos años se le descubrieron dos roles esenciales. Por un lado, evitan la fusión entre los cromosomas contiguos. Por el otro, funcionan como una especie de reloj biológico. En cada división de la célula, parte de aquella secuencia repetitiva se pierde. Determina así el momento en que ésta muere.
Este proceso natural, sin embargo, se puede ver acelerado por factores ambientales. Se ha señalado al tabaquismo, la vida sedentaria, la obesidad… Pero, las últimas investigaciones ven al estrés como el gran enemigo de los telómeros. Y las malas condiciones de vida son fuente de un intenso estrés.
Con ese punto de partida, investigadores de varias universidades de Estados Unidos y el Reino Unido analizaron el ADN de la saliva de unos cuarenta niños de raza negra para medir la longitud de sus telómeros. La mitad de ellos se estaban criando en un buen entorno socioeconómico y el resto en un ambiente deprimido: desde una familia desestructurada a hijos de madre soltera, pasando por un bajo nivel de ingresos familiar o educativo.
El estudio, recién publicado en PNAS, mostró un acortamiento de hasta un 19% en la longitud de los telómeros de los niños desfavorecidos. No solo eso, la variación predecía bastante bien el estatus social o económico al que pertenecía el chico. Así, un incremento de un 5% de la extensión de los telómeros se correspondía con un aumento del 100% en los ingresos familiares.
La correlación se mantenía con otras condiciones sociales o económicas desventajosas. Comparados con los niños cuya madre no tenía más allá de estudios primarios, por ejemplo, los hijos de madres con estudios universitarios o de secundaria presentaban un alargamiento del 32% en esta porción de los cromosomas. Es decir no sufrían de un envejecimiento celular prematuro.
“Nuestro análisis ofrece pruebas de que la exposición a un entorno desventajoso en la infancia está asociado con un acortamiento de la longitud de los telómeros”, explican los autores del estudio en sus conclusiones. Aunque la muestra no es muy grande, sus conclusiones van en la misma línea que otros estudios que se han centrado en este fenómeno.
Hace unos meses, investigadores finlandeses publicaron un estudio en el que mostraban cómo los parados sufrían un acelerado envejecimiento celular provocado por la reducción de sus telómeros. Y cuanto más tiempo en el paro, mayor era el recorte de esta parte del ADN no codificante.
Otros trabajos han relacionado esta contracción con mayores niveles de hostilidad y menor autoestima. Recientemente, científicos estadounidenses mostraron cómo sufrir actitudes racistas o discriminación acorta esta porción de los cromosomas de una muestra de hombres de raza negra.
Pero ahora se trata de niños de nueve años. La ciencia no sabe todavía qué pasará con ellos, con sus células, con su ADN, cuando sean mayores. Pero un estudio de la Universidad Carnegie Mellon (EEUU) no anticipa nada bueno. Aunque su muestra era muy reducida y formada por adultos, comprobaron que aquellos que recordaban haber tenido una infancia difícil, se resfriaban con mayor facilidad. Si el acortamiento de los telómeros interviene en un simple refriado, ¿qué otros efectos no tendrá?

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