El Premio Nobel hispano-peruano Mario Vargas Llosa parece entusiasmado en ser el protagonista principal de una futura novela suya sobre espionaje basada en su vida real de los últimos años, durante los cuales no ha cesado de conspirar de manera abierta y también oculta en beneficio de los intereses de Estados Unidos y contra Latinoamérica.
Por Patricio Montesinos ::
Solo citando algunas de sus actuaciones más recientes, sobran pruebas para asegurar que además de ilustre literato, Vargas Llosa está empeñado en demostrar que es un súper-agente al servicio de la Casa Blanca, y de la norteamericana Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El afamado escritor, más español que peruano, anunció hace pocas horas que participará en otro “encuentro internacional” denominado “América Latina, la libertad es el futuro”, cuya sede será nada menos y nada más que la capital venezolana, en la ya cercana segunda quincena de abril.
El nuevo foro conspirativo a escenificarse en Caracas, muy similar al montado por el Premio Nobel en Perú hace algunos días con el apoyo incondicional del agente de la CIA y terrorista de origen cubano Carlos Alberto Montaner, será organizado por el nombrado Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice), uno de los tantos apéndices que financian las instituciones de inteligencia de Washington para subvertir el orden en nuestra Patria Grande.
Ese encuentro sigue al “Seminario Internacional” de Lima, que tuvo como invitada especial a la opositora violenta y exdiputada venezolana Maria Corina Machado, quien fue la “estrella escandalosa” de varios shows mediáticos escenificados en esa ciudad capital andina contra el legítimo gobierno bolivariano del presidente Nicolás Maduro, y los procesos revolucionarios y de integración latinoamericanos.
Pero Vargas Llosa parece que se quedó con los deseos de seguir demostrando que él responde rotundamente al régimen estadounidense, y señaló que irá a Caracas para “manifestar desde adentro su solidaridad con el movimiento que lucha por la libertad de Venezuela y de América Latina”.
En declaraciones hechas a la prensa, criticó asimismo al Jefe de Estado peruano, Ollanta Humala, por “no participar de forma más directa y protagónica con la oposición en Venezuela” a Maduro, quien -según el escritor- quiere instaurar en ese país “una dictadura castrista como la cubana”.
La conducta sediciosa e injerencista del Premio Nobel fue también exhibida cuando en enero de este año visitó la ciudad boliviana de Santa Cruz, donde se reunió con el opositor Rubén Costas y otros personajillos de la frágil y dividida derecha de la Pachamama que tienen aspiraciones e instrucciones precisas de la Casa Blanca de intentar derrocar al presidente Evo Morales en las elecciones generales de este año.
No hay duda alguna que Vargas Llosa es un buen escritor, eso se le ha reconocido reiteradamente, pero lo que todavía no ha demostrado, y le queda poco tiempo para ello, es su “talento subversivo” y su “calidad como agente 007 de Washington”, porque hasta ahora no ha logrado un solo triunfo para quienes trabaja, como similar le ha ocurrido en la política.
Quizás en una de las novelas de su autoría plasme como un anhelado sueño que jamás pudo conseguir dividir a la Patria Grande, porque, claro, siempre ha nadado a contracorriente desde el Rio Bravo hasta la Patagonia.
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2ª Noti
Vargas Llosa, apologista y cómplice de crímenes de lesa humanidad
Ser buen escritor no
implica ser buena persona. La historia universal consigna los casos de
muchos buenos escritores que fueron individuos ruines, ingratos,
malvados, perversos, incluso criminales. Y lo mismo puede decirse de
otros tipos de artistas: pintores, escultores, músicos, cineastas.
La bondad no es
requisito para el dominio del oficio artístico.Ahí está, como ejemplo
paradigmático, el caso del escritor peruano-español Mario Vargas Llosa.
Nadie, que yo sepa, discute o cuestiona su calidad literaria. Pero no
hay duda sobre su nula calidad humana, sobre su maldad personal, sobre
sus inclinaciones criminales. ¿Hará falta recordar que Vargas Llosa fue
promotor, defensor y apologista de la invasión militar de Irak,
injustificable agresión que produjo miles y miles de muertos, mutilados y
desplazados? Esas decenas de millares de personas fueron víctimas
inocentes de la codicia imperialista de Estados Unidos y de la maldad de
un individuo, en calidad de cómplice y encubridor, tan torvo y
desalmado como Vargas Llosa.
Y ahora mismo el
conocido escritor se encuentra empeñado en conseguir que se reediten en
Venezuela los crímenes yanquis cometidos en Irak. Y también, durante las
dictaduras militares que desgarraron América Latina en las décadas
finales del siglo pasado, en Brasil, en Argentina, en Bolivia, en
Uruguay, en Guatemala, en Nicaragua y, emblemáticamente, en Chile.
¿Ignora Vargas Llosa que
esas tragedias sangrientas fueron provocadas por la política
imperialista y criminal de EU? ¿Desconoce el peruano que tras aquellas
lombrosianas dictaduras militares se encontraban los designios, los
planes, la asesoría, el respaldo político internacional y el
financiamiento de Estados Unidos?
Vargas Llosa sabe
perfectamente que al justificar y respaldar los aprestos de golpe de
Estado o de invasión militar extranjera para derrocar al presidente
Nicolás Maduro, está trabajando activa y conscientemente para que se
repitan en Venezuela las monstruosas experiencias de muchos países de
América Latina a lo largo, sobre todo, de la segunda mitad del siglo
veinte.
El novelista y
dramaturgo sabe bien que de darse un golpe de Estado o una invasión
militar de Estados Unidos (o de algún país vecino o de un ejército
mercenario) el sufrimiento del pueblo venezolano será inenarrable. Que
la inmensa mayoría de ese pueblo vería correr ríos de su propia sangre.
Que la violencia revanchista de la derecha venezolana sería una
repetición de la violencia revanchista desatadas contra los republicanos
españoles por Franco, así como de la que ordenó, fomentó y prohijó
Augusto Pinochet en Chile, tras el derrocamiento del gobierno del
presidente Salvador Allende.
Pero según nos muestra
con su conducta pública, nada de esto le importa a Vargas Llosa. A él
sólo parecen importarle los lauros y los premios. Premios y lauros,
aunque provengan, como el Premio Nobel de Literatura, de la misma
institución que les concedió el galardón a Henry Kissinger, el genocida
de Vietnam y asesino de Allende, y a Barack Obama, el carnicero de Libia
y de Siria.
¡Ah qué don Mario! Quizá
piensa que la posterioridad lo recordará sólo por su Premio Nobel y no
por sus inclinaciones a justificar las atrocidades y crímenes del
imperialismo norteamericano y de sus cipayos, él mismo uno de ellos.
Pero la historia enseña que se equivoca. Será recordado por ambas cosas.
Como Kissinger y Obama. Quizás en los siglos venideros muchos se
deleitarán con su obra. Pero muchos otros, leyéndolo o no, lamentarán
que esta celebridad haya sido un desalmado promotor, apologista y,
finalmente, cómplice de injustificables crímenes de lesa humanidad.
Miguel Ángel Ferrer / México
COMEN...
-
Vargas Llosa es un desnaturalizado, su renuncia a la condicion de latinoamericanolo retrata de esa forma.
Un intelectual no es alguien que vende una mercancía con propositos de enriquecerse y mucho menos que justifique la muerte de millones de personas con absoluta frialdad...creo sus méritos mas que intelectuales se premian por su condicion de servidor del sistema.
Personalmente lo retrate desde que tuve en mis manos una obra suya que no termine de leer pues encontraba estaba vacia de contendido humano verdadero... y no me equivoque el tipo resulto un bufon del sistema.
Que conozca algo de componer quizas sea cierto pero le falta eso que hace que una obra tenga valor universal.
Escribir bonito, eso lo hace cualquiera.
-
Si quién es Vargas Llosa, está de sobra conocido. Lo que no entiendo es
como le permiten entrar en Venezuela a babosear su fascismo. La
generosidad lo entienden como un síntoma de debilidad y entonces estarán
perdidos. Con el imperialismo ni un tantito así.
- Muchos creen que el arte es solo la belleza
de la forma y por eso incluyen entre los artistas a muchos que dominan
bien la corteza pero que no tienen nada bajo ella. Un verdadero artista
es un verdadero interprete del alma humana en sus mejores aspectos y su
obra no es solo para gozarla con los sentidos sino para mejorar con ella
como ser humano y para cultivar el corazon en su busqueda del sentido
de la vida. Con ese requisito en mente, el abanico de los artistas se
restringe muchisimo. Y comparado con un Mozart o un Tagore, el
disponedor de bellas frases que es Vargas Llosa no hace mas que
recordarnos lo eequivocado que esta el mundo con sus idolos, sobre todo
contemporaneos
-
Asi que este es intelectual y se creyo lo de las armas de destruccion masiva de Irak?.
Pues es uno de los cuatro idiotas que se lo creyeron.
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