Suguiendo
estas instrucciones puedes crecer una planta de piña directamente de la
corona de la piña que compraste en el mercado.
Siguiendo con los consejos de huertos de cocina, con los cuales puedes dejar de comprar tanta verdura en el mercado y más bien crecerla tu mismo de las sobras, esta es una de las frutas que, con paciencia, podrás tener creciendo en tu casa. Además, estarás ayudando a que no haya tanto desperdicio de alimentos en la Tierra, lo cual es un profundo problema de la modernidad.
Antes de empezar, este es un breve
recuento de la propiedades de la piña: es naturalmente diurética y
depurativa, ayuda a eliminar las toxinas que acumula el organismo y
además previene el estreñimiento debido a la gran cantidad de fibra que
aporta. Activa el metabolismo y la eliminación de grasa. Es rica en
vitamina C, B1, B6, ácido fólico y potasio. Contribuye a eliminar
parásitos intestinales y mejora la digestión. Es, en pocas palabras, una
de las frutas más frescas y sanas que existen.
1. Cómo crecer una piña directo de la corona:
Ve a tu mercado local y compra una piña
que se vea sana, firma, que tenga hojas verdes (no amarillas ni cafés) y
con la cáscara de color café dorado (no demasiado verde). Si puedes
adquirir una piña orgánica, mucho mejor. Así tu planta será orgánica de
origen. Inspecciona la base de las hojas y busca pequeños puntos grises
que son insectos. Si los encuentras, desecha la corona y selecciona otra
que no tenga insectos.
Agarra toda a corona de hojas en tu
mano. Tuércela con fuerza y se arrancará de la fruta con un poco de
tallo. Si la cortas con cuchillo tendrás que remover todo el exceso de
fruta, de otra manera se pudrirá y puede matar a toda la planta. Remueve
toda la piel que se haya quedado unida a las hojas. Ahora
cuidadosamente rebana pequeñas secciones horizontales de la base de la
corona hasta que aparecen capullos de raíz como pequeños puntos o
círculos en la base plana (ver foto abajo). Intenta no rebanar mucho
tejido para evitar cortar el tejido joven del tallo.
Ahora, desprende algunas de las hojas de
hasta abajo para exponer alrededor de una pulgada de la base de la
corona (el tallo sacará raíz pero las hojas se pudrirán). Después de
esto, deja que la corona seque por un par de días antes de seguir con el
siguiente paso.
Coloca la corona en un vaso de agua
fresa y cambia el agua cada dos días. Mantén la corona alejada de
temperaturas extremas. En tres semanas verás raíces fuertes y estarás
listo para plantar la corona.
Una vez que aparecen las raíces, planta
la piña en una maceta con muy buen drenaje y tierra de maceta (puede ser
tierra para bromelias combinada con tierra para cactus mezclado con un
poco de bolitas de unicel). Una maceta de barro de ocho pulgadas es
perfecta. Coloca una dos pulgadas de piedras hasta debajo de la tierra.
Finalmente, planta la corona y riégala profundamente antes de ponerla
junto a una ventana o cualquier lugar con sol.
La tierra siempre debe estar húmeda; no
mojada (lo cual fomentará pudrición). Tomará de seis a ocho semanas para
que el tronco realmente comience a soltar raíces fuertes. No fertilices
en este punto.
Después
de un par de meses, la piña deberá sostenerse a sí misma como una nueva
planta. Si no lo hace, reemplaza lo corona por otra en las mismas
condiciones. Las hojas originales de la piña comenzarán a caer y a se
reemplazadas por nuevas. Durante este periodo la piña no debe regarse
más de una vez por semana.
Después de un año, trasplanta la piña
(siempre coloca piedras hasta abajo para permitir el drenaje). Si tienes
oportunidad de sacarlas al aire libre durante la primavera, crecerá
mucho mejor. La planta sólo dejará de crecer en los meses de invierno.
Recuerda que una vez que ya es una
planta, necesitará al menos 6 horas de sol al día en meses cálidos, y
estar dentro de tu casa en meses de frío.
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