martes, 27 de mayo de 2014

No podemos celebrar

 
  
Huyamos de la izquierda que, agitando con donaire sus cadenas, tira de las orejas al capitalismo y le pide que se reporte, que sea bueno
No hay NADA QUE CELEBRAR. Me sorprende mucho la ingenuidad con la que se lanzan a los brazos de, llámale Podemos, personas a las que considero entre inteligentes y muy inteligentes.
¿Es que no os dais cuenta de que el Parlamento Europeo no tiene funciones legislativas reales, que no tiene siquiera el poder aparente de los Parlamentos burgueses nacionales? ¿no sabéis que gobierna el Banco Central Europeo y éste no está controlado por el Parlamento Europeo? que es, de hecho, al revés. ¿Es que no veis que sólo una opción de ruptura, que se plantee la salida del euro y el no pago de la deuda, precedida y respaldada por un movimiento popular, internacionalista y ANTIFASCISTA en las calles, podría, en el mejor de los casos, plantear una alternativa real? ¿no os rechina la jerga de Podemos, que habla de dar voz a la "gente", como si los banqueros no fueran gente? ¿no veis la enorme indefinición de su "pro grama"? ¿no veis que hasta Izquierda Unida tiene contenidos más transformadores, dentro de su reformismo redomado? ¿no veis la cobardía de Pablo Iglesias al desmarcarse de lxs presxs políticos, al no denunciar que hay dos compañeros que siguen detenidos desde las movilizaciones del 22 de marzo en Madrid, al no dar la cara contra los casos de tortura, abuso policial e inmensos ataques a la libertad de expresión en el Estado Español? ¿no os dais cuenta de que hablar de reformas sociales, en Europa o en España, sin negar de lleno la deuda, es como ver a un secuestrado fa ntasear con lo que se pondrá mañana para ir a la playa? ¿de verdad confiáis en una organización que considera parte de la deuda legítima? ¿de verdad vamos a hacer frente al auge del fascismo con esta izquierda "de rostro humano", "conciliadora", "ciudadana", totalmente asimilada, asumida, celebrada por grupos mediáticos, e institucionalizada?
No se trata de descartar cualquier opción electoral porque sí, pero a estas alturas deberíamos saber huir a tiempo de quienes llegan con las alforjas cargadas de personalismo, de improvisación, de propuestas vacuas, con importante apoyo mediático, que no son fruto de organización previa y sólida en las calles, que no cuentan con apoyo de un ejército popular y que no se atreven a enfrentarse de lleno a las agresiones imperialistas contra otros pueblos.
Huyamos de quienes proponen, a estas alturas, apoyar a los "sectores más desfavorecidos", "democratizar la entidades bancarias y cajas de ahorros". Huyamos de la izquierda que, agitando con donaire sus cadenas, tira de las orejas al capitalismo y le pide que se reporte, que sea bueno, que campe a sus anchas pero menos, sin hacer tanto ruido.

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