domingo, 2 de noviembre de 2014
La “marcha mundial” por Kobani consagra el nuevo papel del PKK en Oriente Medio
çHace solamente unas semanas el Partiya Karkeren Kurdistan (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), más conocido por las siglas PKK, era una más de las organizaciones terroristas cuyos miembros eran perseguidos por las policías de la Unión Europea y Estados Unidos. Hoy, debido a la resistencia que están presentando en la ciudad de Kobani ante las continuas embestidas del Estado Islámico, se han convertido en el símbolo de la lucha contra el yihadismo radical, en la más clara prueba de que esta amenaza islamista puede ser contenida y derrotada si se cuenta con el armamento adecuado.
Este hecho, que ha otorgado un inesperado protagonismo al PKK en el ámbito internacional, ha sido constatado este sábado en la llamada “marcha mundial por Kobani y contra el Estado Islámico”, celebrada en un centenar de ciudades de los cinco continentes, congregando a cientos de miles de personas en una treintena de países.
Desde Sidney a Washington, pasando por Afganistán, India, Turquía y Europa, las manifestaciones de apoyo a Kobani y al PKK exigían a las grandes potencias que respalden a la ciudad sitiada y los otros dos cantones autónomos de Rojava (Kurdistán sirio) como modelos de democracia pluralista no solo para Siria sino también para todo Oriente Medio.
Las siete concentraciones convocadas en Afganistán –en las ciudades de Herat, Farah, Nagarhar, Balkh, Takhar, Nimruz y Bamyan- dan una idea de la amplitud alcanzada por este movimiento, que también ha tenido repercusión en seis ciudades de la India y Pakistán. Solamente en Alemania e Italia se habían organizado una veintena de concentraciones en cada uno de estos dos países, mientras que en Francia eran nueve, en el Reino Unido ocho, en Suecia seis y en Austria y Estados Unidos cuatro. También se habían realizado llamamientos en Bruselas, Praga, Varsovia, Copenhague, Oslo, Helsinki, Atenas y Nicosia. Igualmente estaba previsto que manifestaciones semejantes recorrieran todo el continente americano, desde Vancouver y Toronto en Canadá hasta Chile y Argentina.
El llamamiento internacional encabezado por los Premios Nobel Desmond Tutu y Pérez Esquivel también fue seguido en Bilbao por cerca de 200 personas y sobre todo en Madrid, donde se celebró la manifestación más importante hasta hora realizada en España en solidaridad con el pueblo kurdo. Tras una pancarta donde se denunciaba “el genocidio de Kobani” y la “complicidad de Turquía”, más de 2.000 manifestantes recorrieron el trayecto entre la Glorieta de Atocha y la Puerta del Sol con banderas del PKK y de su líder, Abdulá Ocalán.
Decenas de kurdos de Turquía, Irak, Irán y Siria participaron en la marcha, entre ellos varios precisamente de la ciudad de Kobani, que no pudieron contener las lágrimas ante esta muestra de apoyo que también contó con el respaldo de una representación de Podemos. Al finalizar, Nieves Iparaguirre, del Comité de Solidaridad con Rojava y el Pueblo Kurdo, leyó el comunicado en el que se explicaba la situación por la que está atravesando la ciudad siria y la necesidad urgente del apoyo internacional para asistir a los refugiados, dotar con armamento pesado a los resistentes y conseguir que las mujeres yezidis secuestradas por los yihadistas regresen a sus hogares.
En consonancia con este movimiento de solidaridad, la Asociación Europea de Abogados por la Democracia y los Derechos Humanos en el Mundo, que aglutina a abogados progresistas de dieciocho países europeos, ha solicitado a la UE y de forma especial a Alemania que retiren de la lista de organizaciones terroristas al PKK, no solamente por el destacado papel que está jugando en la lucha contra el yihadismo, sino también debido al proceso de paz iniciado por este grupo con el Gobierno de Ankara, proceso que recibió la cobertura legal del Parlamento turco el pasado mes de junio.
En realidad, la iniciativa de esta asociación es consecuencia de este nuevo papel que está jugando el pueblo kurdo en la reconfiguración política de toda la región. En este sentido, la ciudad de Kobani y su resistencia numantina simbolizan la existencia dentro de las sociedades musulmanas de amplios segmentos de población que, pese a ser también suníes, son totalmente contrarios al integrismo y al yihadismo radical.
El pueblo kurdo, compuesto por cerca de 40 millones de personas y dividido por las fronteras de Turquía, Irán, Irak y Siria, se convierte así en una pieza clave primero para impedir la consolidación del Estado Islámico y, después, para reconfigurar los distintos sistemas políticos bajo principios democráticos y pluralistas, como ya están proponiendo en estos cuatro países los distintos partidos kurdos.
No cabe ninguna duda que, de todos ellos, el PKK y su rama siria, el PYD (Partiya Yekitiya Demokrat / Partido de la Unidad Democrática) están adquiriendo un gran prestigio entre todos los kurdos debido a la capacidad de organización y resistencia que han demostrado tanto en Kobani como en los frentes de Sinyar y Mahmur, en el Kurdistán iraquí.
El pacto alcanzado recientemente entre el PKK, el PYD y los partidos kurdos de Irak, aliados de Estados Unidos, no hace más que confirmar este reconocimiento internacional, además de consagrar una alianza estratégica que comienza a ponerse a prueba con la llegada de peshmergas iraquíes para combatir junto a los guerrilleros del PKK en Kobani.
MANUEL MARTORELL | Publicado:
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