¿Qué hacer? Se abre el debate.
Sin organización no hay revolución. Sin independencia de clase tampoco.
Los
tertulianos de Diario de Noche de Telemadrid, señalaron este jueves:
Hay que tener en cuenta que desde que está Podemos, las manifestaciones
en la capital están disminuyendo paulatinamente. Eso hay que
agradecérselo.
El día D ha llegado. Pablo Iglesias ha señalado públicamente en varias ocasiones que el programa de Podemos es "socialdemócrata", y en efecto se ve a todas luces. Bien, podemos concluir que los socialdemócratas han inflado con su gente los números de manifestaciones y marchas varias. Fotos de movilizaciones multitudinarias eran entendidas por algunos como éxitos colectivos, sin embargo la capitalización de todo eso lo está canalizando Podemos. En resumen, ahora la socialdemocracia ha encontrado una salida electoral, algo que por otro lado llevaba buscando desde siempre, y ha llegado la hora de abandonar las calles.
La izquierda revolucionaria se queda sola sujetando la pancarta. Solos ante el peligro. Y se abre el debate sobre cómo abordar esta coyuntura: continuar la movilización al tiempo que se desenmascara a Podemos versus continuar la movilización al tiempo que se colabora con Podemos. ¡Qué difícil decisión!
Sin embargo, hay un punto en común que converge de ambas posiciones: la necesidad de construir (contra)poder popular. La gran tarea pendiente de la izquierda revolucionaria, la tarea titánica. Organizaciones populares combativas fuertes y con independencia de clase. ¿Se puede construir poder popular desenmacarando a Podemos? Obviamente sí. ¿Se puede construir poder popular colaborando con Podemos? También. Hay barrios y pueblos de Madrid en los que se está haciendo.
No hay un posicionamiento infalible pero sí hay cuestiones clave:
Sin organización no hay revolución. Sin independencia de clase tampoco.
El día D ha llegado. Pablo Iglesias ha señalado públicamente en varias ocasiones que el programa de Podemos es "socialdemócrata", y en efecto se ve a todas luces. Bien, podemos concluir que los socialdemócratas han inflado con su gente los números de manifestaciones y marchas varias. Fotos de movilizaciones multitudinarias eran entendidas por algunos como éxitos colectivos, sin embargo la capitalización de todo eso lo está canalizando Podemos. En resumen, ahora la socialdemocracia ha encontrado una salida electoral, algo que por otro lado llevaba buscando desde siempre, y ha llegado la hora de abandonar las calles.
La izquierda revolucionaria se queda sola sujetando la pancarta. Solos ante el peligro. Y se abre el debate sobre cómo abordar esta coyuntura: continuar la movilización al tiempo que se desenmascara a Podemos versus continuar la movilización al tiempo que se colabora con Podemos. ¡Qué difícil decisión!
Sin embargo, hay un punto en común que converge de ambas posiciones: la necesidad de construir (contra)poder popular. La gran tarea pendiente de la izquierda revolucionaria, la tarea titánica. Organizaciones populares combativas fuertes y con independencia de clase. ¿Se puede construir poder popular desenmacarando a Podemos? Obviamente sí. ¿Se puede construir poder popular colaborando con Podemos? También. Hay barrios y pueblos de Madrid en los que se está haciendo.
No hay un posicionamiento infalible pero sí hay cuestiones clave:
Sin organización no hay revolución. Sin independencia de clase tampoco.
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